Empate a todo en El Plantío

Regresaba el Burgos a El Plantío con el objetivo de recuperar la sonrisa tras dos derrotas consecutivas, dejar prácticamente sentenciada la permanencia y, de paso, aprovechar el tropezón del Albacete para recortar diferencias con la zona de play off. Eso sí, lo hacía mermado por las bajas, con Gaspar en la grada por la cláusula del miedo, Grego Sierra lesionado y Bermejo y Castel en el banquillo entre algodones. Aunque éste último acabaría jugando en la segunda mitad, la ausencia de todos ellos obligó a Calero a buscar alternativa ofensivas, metiendo de inicio a Mourad en punta, custodiado por Curro, Valcarce y Mumo por centro.

Ante esa propuesta se presentaba un Sporting necesitado de puntos y con la sensible baja de Djuka, pero con una propuesta interesante. Con esos mimbres se desplegó un partido de ida y vuelta desde los primeros compases. Ninguno de los dos equipos consiguió llevarse el duelo a su terreno, cediendo alternativas en ambos campos, pero con escasa presencia en las áreas.

Cierto es que el Burgos, fiel a su estilo de defensa en bloque bajo y rápidas transiciones, parecía mejor asentado en el campo, pero el Sporting no perdía la cara al juego y el choque acabó transitando en el terreno de la igualdad.

Una igualdad que, eso sí, pudo romper Curro en el 17, cuando se cazó un balón muerto en el interior del área y se inventó un zurdazo que se estrelló en el larguero. El rechace le caía a Mourad, que acabó cabeceando alto, desaprovechando así la ocasión más clara del cuadro burgalés en el primer acto.

Minutos después, el propio Curro volvía a inventarse un zurdazo, en esta ocasión desde fuera del área, que obligaba a Cuéllar a firmar una buena intervención para impedir que el balón entrase por la escuadra.

Aquellos fueron los mejores minutos del Burgos, que probó fortuna también con un par de transiciones, pero que fue incapaz de volver a generar peligro real sobre la portería asturiana. Mientras tanto, el Sporting ganaba terreno poco a poco, y sin llegar a dominar en ningún momento el juego, sí pisó área rival con algo más de peligro con sendas internadas de Pedro, y Cristo que no encontraron premio.

Poco cambió el guion del partido tras el descanso. Nada más regresar de vestuarios, el Burgos encadenó varias opciones a balón parado, pero era el Sporting el que más continuidad encontraba en su juego. Sin embargo, los hombres de Miguel Ángel Ramírez se estrellaban una y otra vez contra la sólida defensa burgalesa y un seguro Caro, que apenas concedió opciones.

Cristo probaba con un cabezazo muy forzado y el Burgos recuperaba poco a poco parte de la iniciativa. Calero daba entrada a Artola, Navarro y Castel y el cuadro blanquinegro ganaba presencia ofensiva. Aún así, el principal argumento de los burgaleses seguía siendo Curro, que en el 70 volvía a inventarse otro zapatazo desde fuera que se marchaba lamiendo la escuadra.

El partido se estaba enfilando poco a poco hacia su conclusión sin que ni unos ni otros pareciesen ser capaces de desenmarañar el entramado rival. No lo consiguieron ni Otero, que no acertó a culminar un gran contragolpe asturiano, ni Curro, que en el 81 la volvía a tener en sus botas con un disparo a bocajarro bien atajado por Cuéllar.

El partido parecía abocado al empate a cero, pero ninguno de los dos equipos parecía conformarse con el empate, y lejos de bajar el ritmo, ambos quisieron quemar las últimas naves. Y a fe que el encuentro pudo tener un desenlace diferente, pero ninguno de los postreros acercamientos a ambas áreas acabó fructificando y Burgos y Sporting se tuvieron que conformar con el empate a cero.