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Digno para un guion de Pedro Almodóvar se podría calificar el partido del Burgos CF contra el Haro. Momentos de letargo en la primera parte, que dieron paso a buen juego en el inicio de la segunda mitad y que concluyó sufriendo mucho para aguantar ... el empate. El término permanencia empieza a ser vital en el equipo de Salmerón, que no termina de encontrar la tecla en una plantilla, que espera más cambios en los próximos días. Dolor sin gloria.
Burgos CF
Pedro López, Leak, Miki Muñoz, Indiano (Piscu, min. 81), Juanma, Diosbert (Toché, min. 67), Julio Rico, Raúl Sánchez, Córdoba, Borja Sánchez y Alarcón (Wilson, min. 90).
1
-
1
Haro Deportivo
Fermín, Loza, Duro, Joseba (Vadiño, min. 58), Manjón (Marcos, min. 88), Simón, Javier, Armando, Esteve, Txema Pan y Calle (Blanco, min 80).
Goles: 1-0, Raúl Sánchez (min. 54); 1-1, Valiño (min.77)
Árbitro: Muñoz Piedra (Colegio madrileño). Amonestó al local Miki Muñoz y a los visitantes Javier, Calle, Manjón y Armando.
Arrancó el encuentro con el Haro rompiendo todos los esquemas. Su juego directo y poderío aéreo que se presuponían antes del encuentro se transformó en control de juego y verticalidad. Con el acelerador apretado, en el minuto 5, los riojanos ya tuvieron la primera ocasión del encuentro. No venía a pasear el Haro, ni a por el empate, y eso se palpó en la primera parte. Por su parte, el Burgos CF no se terminaba de encontrar cómodo sobre el césped. José María Salmerón había dado entrada a los nuevos fichajes y había dejado en el banquillo a pesos pesados como Pisculichi o Toché.
Quería un lavado de cara y ese no llegó con la frescura de Miki Muñoz o Alarcón. Se fue asentando el Burgos con el paso de los minutos. La calidad de Juanma daba aire fresco en ataque a los de Salmerón. Pero era un oasis en el desierto. Pequeños acercamientos y un remate de Diosbert, el héroe contra el Barakaldo, al final de la primera parte, fueron las tentativas de los locales. Había mucho que mejorar.
Con un disparo cruzado de Borja Sánchez arrancó la segunda parte. Por fin, los burgaleses conocían al guardameta Fermín, que hasta el momento tenía una plácida mañana. Despertó en el segundo periodo los de Salmerón, como ya sucedió el día del Barakaldo. Apoyados en la profundidad de Borja, hoy de carrilero, la banda derecha se convertía en un filón. Fue en el lado contrario, donde el Burgos encontró la gloria. Un pase de Diosbert dejaba solo a Raúl Sánchez para superar a Fermín.
El Haro se amedrentó y era incapaz de superar el centro del campo. El campo se inclinaba hacía la portería de los riojanos y las ocasiones no cesaban, como un disparo cruzado de Córdoba tras una falta. Pero se durmió el Burgos, y de que manera. Relajado por la comodidad con la que habían empezado la segunda parte, el Haro dio la vuelta al juego como si de un calcetín se tratara. Un buen centro de Armando dejaba solo a Valiño, que superaba a Pedro López.
Y la gloria se convirtió en dolor. Quiso reaccionar Salmerón con la entrada de Pisculichi, pero era demasiado tarde. El Burgos no había aprovechado su momento. Y los gritos de 'Salmerón, dimisión' volvían a El Plantío.
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