La Cultural muestra las vergüenzas del Burgos CF

Ni el Burgos ni la Cultural habían comenzado la temporada como se preveía. A priori, ambos equipos eran dos de los aspirantes a la lucha por el ascenso a Segunda División. Sin embargo, los resultados se estaban resistiendo a orillas del Arlanzón y el Bernesga. Por eso, el choque se presentaba como una suerte de reválida para ambos, aunque quizá, la exigencia era mayor para el Burgos, que hasta ahora no había encontrado ni resultados ni sensaciones.

Y tardó en encontrarlas en el Reino de León. Una vez más, los hombres de Estévez saltaron al terreno de juego con una marcha menos que su rival. Ya pasó frente la Real Sociedad B, el Alavés B, el Haro y el Calahorra. Y como ya sucediera en esos cuatro encuentros, el cuadro blanquinegro pagó cara su caraja inicial. Tras varios minutos de dominio leonés, con ocasiones claras para Luque y Gudiño, la Cultural abriría el marcador en el 12 gracias a un perfecto cabezazo de Luque a la salida de un saque de esquina ante el que Palatsí poco pudo hacer.

Ese tanto pareció despertar al Burgos de su letargo y los hombres de Estévez dieron un paso al frente en los siguientes minutos. Así, a falta de fluidez en el juego, el cuadro blanquinegro se encomendó a la calidad de Pisculichi a balón paradro. El argentino pudo empatar en el 16 con un gran libre indirecto que se estrelló en el lateral de la red. Y Juanma, en el 32, pudo batir a Leandro con un cabezazo sin ángulo que a punto estuvo de sorprender a propios y extraños.

Sin embargo, más allá de esos acercamientos puntuales, el Burgos estaba siendo inferior a su rival. Es más, después de esa tímida reacción blanquinegra, la Cultural volvió a tomar las riendas del choque a base de intensidad y juego entre líneas. Un juego trenzado a las mil maravillas por hombres como Kawaya, Luque o Dioni ante el que el Burgos parecía un rival menor. Por momentos, los jugadores blanquinegros perseguían sombras y achicaban balones sin parar, encomendándose al pelotazo para intentar encontrar alguna ocasión. Pero la fórmula estaba condenada a fallar.

Así, tras sendas ocasiones de Goti para el Burgos, y Gudiño y Castañeda para la Cultural, el conjunto leonés marcaría el segundo. Y lo haría, además, casi a placer. Kawaya trenzaba una jugada espectacular, cedía la pelota a Dioni y éste la ponía hacia atrás ante la llegada en segunda línea de Luque, que completamente solo no fallaba ante Palatsí.

El Burgos se marchó a vestuarios con un 2-0 en contra y con una tremenda sensación de impotencia. Una vez más. Cierto es que los hombres de Estévez parecieron arrancar la segunda parte con otro ritmo, presionando bien la salida del balón rival y encerrando a la Cultural en su campo en los primeros compases. Sin embargo, aparte de un centro chut de Carlos Martínez que se paseó por la línea de gol, el Burgos apenas generó peligro y el cuadro leonés tardó poco en asumir de nuevo el mando del choque. De hecho, los de Aira estuvieron a punto de marcar el tercero en el 50 con un disparo desde la frontal de Gudiño que se envenenó, obligando a Palatsí a estirarse para evitar el tanto.

A partir de ahí, el encuentro se convirtió en un ejercicio de solvencia por parte de la Cultural frente a un Burgos demasiado errático y sin ideas, que parecía jugar a trompicones y sin criterio. Estévez dio entrada a Marcelo y Wilson, pero ni con esas. También dio entrada a Andrés González, que regresaba a los terrenos de juego a pesar de ir muy justo en su recuperación. Todo un aviso a navegantes de Estévez.

Sin embargo, de poco sirvieron los cambios. La Cultural seguía siendo muy superior al Burgos en todas sus líneas y el tercero no tardaría en llegar. Lo acabó firmando Pichín en el 75. El delantero apenas llevaba unos segundos en el terreno de juego cuando controlaba a la perfección un gran centro de Luque y enganchaba un zurdazo imposible para Palatsí.

Aquel tanto fue la losa definitiva para el Burgos, que acabó jugando con más corazón que cabeza, pero sin la fe y presencia necesarias como para plantar cara a la Cultural. Solo Juanma, con una doble ocasión en el 88, pareció ser capaz de incomodar a la Cultural, que en la siguiente jugada ponía el cuarto en el marcador con un contragolpe perfecto culminado por Dioni.

Al final, un 4-0 que refleja a las calras la superioridad del conjunto leonés sobre el Burgos, cuyo entrendaor podría tener las horas contadas. Y es que, tras un verano repleto de ilusión, son demasiados los fantasmas que sobrevuelan El Plantío.