Quería volver a la que fue su casa la temporada pasada y no dudó en hacerlo cuando rescindió su contrato con el Real Valladolid. José Antonio Caro (La Palma del Condado, Huelva, 3 de mayo de 1994) se ha ganado el cariño de la ... afición blanquinegra y parece que también la confianza de Julián Calero.
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Para empezar la temporada parece haberse ganado el puesto de titular por delante de Dani Barrio, aunque teniendo en cuenta que el técnico la pasada campaña apostó por la alternancia bajo palos habrá que esperar para comprobar si volverá a repetirse esta circunstancia.
Si el debut en la categoría de Juan Artola pareció guionizado por él mismo, no distó mucho el partido de Caro ante el Málaga. Salvador de su equipo, se convirtió en la pesadilla real de Rubén Castro, a quién sacó tres manoplas realmente buenas para mantener su portería a cero.
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Decisivo pues en la primera victoria blanquinegra, sus paradas han ayudado a que al Burgos CF le falten tres puntos menos para asegurar la permanencia una vez más. Además, ha sumado su primera portería a cero, hasta nueve consiguió la pasada temporada, ocho de ellas en partidos completos y una en la media hora del encuentro entre Fuenlabrada y Burgos (1-2) donde sustituyó a Alfonso Herrero y en el que él no encajó gol.
Sus mayores cualidades son su elasticidad, el dominio que posee del uno contra uno y un gran juego de pie, tanto en el golpeo corto como largo. Este último fueron sus principales bazas en la Ponferradina, cuando los balones profundos hacia Yuri facilitaban el control del brasileño, que descargaba para permitir la llegada de la segunda línea.
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También usó esta arma en los pocos encuentros que pudo disputar en el Real Valladolid, cuando su precisión en el desplazamiento largo hacia Ünal o Guardiola facilitaba que se superaran las líneas de presión de los rivales.
Caro es valiente en el juego aéreo, aunque el juego por alto sea también su mayor defecto. Capaz de poner a prueba la salud cardíaca de los aficionados burgaleses, el cancerbero andaluz sufre en los balones por alto que llegan cruzados y con rosca. Sin embargo, mejora su dominio del espacio con confianza y minutos, algo con lo que contó la pasada temporada de la mano de Calero.
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Su capacidad de reacción bajo palos salvaron los puntos en el minuto 93 ante el Málaga, cuando Rubén Castro le obligó a estirarse como un gato y a demostrar cuál es otra de las especialidades de la casa. Antes lo había intentado en el minuto 23, cuando un duro disparo le obligó al cancerbero a sacar la manopla. La jugada terminó invalidada por fuera de juego, Caro había bajado la verja por si acaso. La segunda de las paradas tuvo todavía más nivel. De nuevo Rubén Castro fue el protagonista. El delantero del Málaga logró ganar la espalda a toda la defensa burgalesa y se plantó solo ante Caro. El portero no dudó y sacó otra parada de su repertorio para desesperación de Castro.
Estas tres paradas de valor hicieron que El Plantío corease su nombre en una relación entre portero y afición que vive su particular luna de miel.
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