El Burgos alcanza un acuerdo con Salmerón y desbloquea la ficha de Calero

El conflicto entre el club y Salmerón arrancó el pasado verano, cuando el Burgos CF despidió al técnico y sus ayudantes. Aquel despido derivó en la reclamación de alrededor de 280.000 euros por el año de contrato que aún tenían en vigor, pero que el Burgos CF se negó a pagar, asegurando que Salmerón estaba negociando con el UCAM Murcia. Finalmente, el asunto acabó en los tribunales.

Esa circunstancia ha impedido hasta el momento tramitar la ficha de Calero, que no ha podido sentarse en el banquillo durante las primeras nueve jornadas de liga, una circunstancia tan incómoda como peligrosa, habida cuenta de la exigencia de la Federación por contar con un técnico a todos los efectos.

Según apuntan fuentes del club, la solución ha llegado mediante el acuerdo entre los propios gestores del club y el exentrenador para liquidar el contrato sin esperar a la resolución judicial, dando así cumplimiento al compromiso alcanzado ante la plantilla el pasado lunes por el máximo accionista de la entidad blanquinegra, Antonio Caselli.

En todo caso, el conflicto generado a raíz del despido de Salmerón era uno de los principales problemas que venía acumulando el club en las últimas semanas, pero no el único.

De hecho, la semana pasada, el Burgos Promesas cerraba la ciudad deportiva de Castañares a la primera plantilla del Burgos CF después de que la entidad blanquinegra no pagara las deudas que, según la directiva del Promesas, se arrastran casi desde principios de temporada y ascienden a varios cientos de miles de euros. Esa circunstancia ha obligado al Burgos CF a buscar alternativas y desde el pasado viernes viene entrenando en El Plantío.

Además, a la vista de las numerosas informaciones y rumores en torno a la delicada situación económica de la SAD, la plantilla y el cuerpo técnico mantuvieron el pasado lunes una reunión de cerca de tres horas con el propio Caselli, que consiguió calmar los ánimos.