El Burgos CF somete al Real Oviedo en El Plantío

Tras unos primeros instantes de igualdad, el tanto del ariete gaditano dio confianza a los de Bolo, que fueron creciendo en el partido y minimizando a un cuadro asturiano impreciso y desnortado.

Con el mazazo de la inferioridad, las opciones de Álvaro Cervera se comenzaron a diluir mientras el cuadro blanquinegro encontraba su mejor versión en el terreno de juego y disponía de varias ocasiones para finiquitar el encuentro con el segundo gol.

Los ovetenses tiraron de coraje para poner algo de picante a un final de encuentro al que el conjunto castellano supo bajar las revoluciones para evitar sorpresas y sumar los tres puntos en su casillero.

Arrancaba el partido en El Plantío con novedades en el once de Jon Pérez Bolo. La baja de última hora de Edu Espiau y la marcha de Goldar obligaban a buscar alternativas, que en este caso se concretaron en la entrada de Ander Martín y el retraso en la posición de Elgezabal para ocupar el centro de la zaga junto a Aitor Córdoba.

Con el capitán haciendo las veces de central, Atienza volvió a su rol de ancla del centro del campo burgalés con la misión de frenar el fútbol de Jaime Seoane -que debutaba con la camiseta ovetense- y sobre todo, Víctor Camarasa, el jugador más relevante en las dos primeras jornadas para el cuadro carbayón.

Con estas cartas sobre el verde de El Plantío, los primeros minutos del choque discurrieron por los derroteros previstos. Ambos equipos con mucha intensidad y midiéndose mutuamente a la espera de un error que abriese espacios en la zaga contraria.

Curro aviso en el minuto 7 con un cabezazo a centro desde la izquierda que se marchó desviado por encima del marco de Leo Román. Apenas dos minutos después, volvían las malas noticias para Jon Pérez Bolo, que veía como Elgezabal tenía que ser sustituido por Grego Sierra tras una lesión muscular que ahondaba en los problemas en el centro de la defensa burgalesa. Pero dicen que siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana. Y fue Fer Niño el encargado de hacerlo.

Un gran cambio de juego encontró a Matos liberado en la izquierda para que poner un centro medido al desmarque del '9' blanquinegro, que se anticipó a su marca y, con clase, la cruzó de espuela inalcanzable para Leo Román.

Intentó la réplica el Real Oviedo tras el saque de centro, pero Sebas Moyano no acertó a rematar entre los tres palos defendidos por Caro. Tras este amago, la confianza de ir por delante en el marcador permitió al Burgos CF asentarse sobre el verde y comenzar a acumular recuperaciones ante el incipiente dominio asturiano de la posesión.

La profundidad que no encontraban los de Álvaro Cervera sí la aprovechaban en fase ofensiva los burgaleses, que ante el pasito adelante de los visitantes hallaron los espacios para las transiciones rápidas que tanto gustan a orillas del Arlanzón.

Dani Ojeda estuvo a punto de ampliar la ventaja tras una enorme recuperación abajo de Curro Sánchez que la pierna de un zaguero asturiano desvió lo justo para que la pelota lamiese por fuera el palo derecho del meta ovetense. Más enchufados, con las ideas más claras y con el segundo entre ceja y ceja, el tramo final de la primera mitad pasó por las llegadas blanquinegras y las indecisiones e imprecisiones de los jugadores del Real Oviedo, completamente superados sobre todo en la medular.

A perro flaco, todo son pulgas y, para colmo, el conjunto asturiano veía como la remontada se ponía aún más cuesta arriba después de que un plantillazo en un balón dividido se convirtiese en la segunda amarilla para Jaime Seoane. Viti pudo remendar el golpe con el empate pero, el balón que cazó en área burgalesa lo rechazó Caro con una excelsa salida para achicar los espacios al delantero.

La última de los primeros cuarenta y cinco minutos la tuvo Fer niño, que tras una combinación de orfebrería fina junto a Dani Ojeda soltó un latigazo de zurda que a punto estuvo de colarse pegado al palo izquierdo de Leo Román.

Sin cambios tras el paso por los vestuarios, el Real Oviedo daba inició a unos segundos cuarenta y cinco minutos que se antojaban difíciles para intentar al menos la igualada tras la expulsión de Seoane y la buena dinámica de los de Bolo en el último tramo de la primera parte.

En el lado burgalés, el conjunto blanquinegro lo tenía claro. Calma en el juego y a esperar el momento para después, mediante un pase filtrado o largo desde atrás -como los ya habituales de Caro- crear ocasiones de peligro. Así las cosas, el cuadro burgalés se adueñó del partido imponiendo un ritmo sosegado en construcción y esperando a los de Álvaro Cervera, que al contar con un efectivo menos, se juntaban en bloque bajo para defender.

En el minuto 65, un balón hilado desde atrás ante un Real Oviedo hundido en su campo provocó una triple ocasión burgalesa en la que se instaló el run run del segundo tanto burgalés en los 9.854 asistentes en El Plantío, pero que nadie pudo embocar en la portería visitante.

Con un asedio permanente sobre el área asturiana, Ander Martín mando el segundo -y casi definitivo- tanto del Burgos CF al larguero desde el área pequeña y a puerta vacía tras recoger el rechace de Leo Román a un primer disparo desde la derecha. A doce para el final, Alemão ponía un nudo en la garganta de los burgaleses tras una cazar un balón en el centro del campo y cabalgar con potencia hasta internarse en el área y conectar un disparo cruzado que hizo sombra en el palo izquierdo de Caro y enmudeció El Plantío.

El Real Oviedo intentó dar un último arreón con diez para llevar algo de inquietud al área castellana ante un Burgos CF que puso cloroformo a un partido que languidecía y que con los tres pitidos de Arcediano Monescillo se convirtió en la primera victoria de la temporada para los de Bolo.