El Burgos se queda con la miel en los labios

El Burgos CF sumó hoy otro punto tras empatar en El Plantío frente a un correoso Real Oviedo en un partido muy disputado en el que los hombres de Calero no pudieron aprovechar la superioridad exhibida durante buena parte del choque. Los blanquinegros, que firmaron una primera mitad espectacular, no consiguieron perforar la portería de Nadal, y el Oviedo bien pudo llevarse la victoria en alguna ocasión puntual.

Regresaba el Burgos a El Plantío con la intención de mantener las buenas sensaciones mostradas en materia defensiva durante las cuatro primeras jornadas y dar un paso al frente en materia ofensiva. Para ello, y contando ya con casi todo su plantel disponible, Calero apostó por dar la titularidad a Mourad y Curro, dos de las últimas incorporaciones del conjunto blanquinegro, llamados a provocar un punto de inflexión en el ataque burgalesista, acompañados de Bermejo y Valcarce.

Y lo cierto es que la fórmula de Calero funcionó, permitiendo que el Burgos se hiciera dueño y señor del encuentro desde el pitido inicial, dominando todos los registros ante un Real Oviedo que tardó una eternidad en activarse. Los de Bolo, fieles a su estilo, intentaron juntar líneas y buscar transiciones rápidas, pero el centro del campo del cuadro burgalés se alzó como un muro. El trabajo de Elgezabal y Atienza en esta parcela fue, sencillamente, espectacular durante los primeros compases.

Y por delante, los cuatro de arriba se movían como una máquina recién engrasada. Los movimientos entre líneas, los desmarques de ruptura y la presión sobre la salida del balón carbayona fueron constantes.

El partido se estaba jugando en terreno asturiano y poco tardarían los de Calero en probar su puntería. En el 9, un voluntarioso y peleón Mourad enganchaba un pase de Bermejo dentro del área y retaba a Nadal, que respondía con una buena intervención para mandar el balón a saque de esquina.

Diez minutos después, Curro, que dejó destellos de calidad en cada balón que tocó, se quedó a las puertas de rematar en boca de gol un centro de Valcarce que también acabó en córner.

El Burgos acababa de firmar una magnífica media hora y estaba siendo netamente superior a su rival, pero no terminaba de sacar provecho a esa situación. Mientras tanto, el Oviedo comenzó a desperezarse poco a poco. Los de Bolo empezaron a discutir la posesión y, aunque no conseguían encontrar a Borja Bastón y Sergi Enrich, dieron un paso al frente que casi acaba en disgusto para la parroquia blanquinegra.

Y es que, en la prolongación, los carbayones dispusieron de dos ocasiones clarísimas. La primera, un disparo desde la frontal de Borja Sánchez que Caro mandó a córner; la segunda, a la salida de ese saque de esquina acabó con un disparo de Koba al poste. La fortuna quiso que el rebote golpeara en Caro y saliera hacia afuera.

El Burgos acababa de sufrir un microinfarto. Era necesario seguir sudando en la segunda mitad ante un Real Oviedo que regresó de vestuarios con un perfil mucho más agresivo y acertado en sus transiciones.

Así, los de Bolo comenzaron a pisar zonas peligrosas, comandados por un Borja Sánchez muy activo entre líneas. Grego Sierra desbarataba una ocasión clarísima de Bastón en el 56, y el trencilla anulaba un gol de Curro por falta previa de Mourad ante dos defensas.

Unos y otros dejaban cada vez más espacios y los acercamientos se sucedían en ambas áreas. Y en una de esas, el Burgos tuvo la oportunidad de abrir el marcador por dos veces. En la primera, Córdoba estrellaba un cabezazo en el palo; acto seguido era Curro el que obligaba a Nadal a mandar el balón a córner.

El cuadro blanquinegro continuaba sin encontrar el premio del gol y Calero mandaba refuerzos con la salida de Mumo, Artola y Borja González. El propio Borja volvía a probar los reflejos de Nadal con un buen disparo desde la frontal en el 69, y diez minutos después, los blanquinegros disponían de otra doble ocasión de Bermejo y Curro.

Las revoluciones se incrementaban a medida que pasaban los minutos. Y con ellas llegaron las imprecisiones y una retahíla de ocasiones que bien pudieron cambiar el signo del choque en los últimos compases. Primero fue Bastón quien, tras una buena maniobra, dibujaba un disparo cruzado que se marchaba lamiendo la cruceta. La respuesta burgalesa, ya con el tiempo cumplido, llegó de la mano de Artola y Berjón, que no pudieron encontrar portería después de que la grada reclamara un penalti por mano en mitad de un pequeño asedio.

Al final, en todo caso, el marcador no se movió y el Burgos sumó un punto más. El cuadro burgalés acumula ya cinco jornadas sin encajar un gol ni conocer la derrota, pero a pesar de la sensible mejoría exhibida en la parcela ofensiva, sigue teniendo dificultades para encontrar portería.

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