El Burgos CF seca su pólvora

Con la recuperación del olfato, los burgaleses supieron dar los zarpados en un encuentro que se complicó tras el gol de penalti de Bastón. Iba a sufrir el Burgos, pero lo que le quitaron el domingo pasado ante el Lugo, se devolvió esta noche en Oviedo.

Empieza a no ser novedad ver a un Burgos CF tan ordenado en el inicio de un partido. Da igual que Calero modifique alineaciones, porque la estrategia está interiorizada. Esta vez, Elgezabal volvía a la medular y Rubio y Zabaco entraban en la defensa. Al igual que las ocasiones no llegaban al área de Herrero, a pesar de unos activos Borja Sánchez y Borja Bastón, tampoco se generaban en el campo del Real Oviedo.

Sí, el Burgos CF segúia negado de cara algo al principio del partido, cuando Matos marró la primera gran ocasión del encuentro. El lateral, asentado ya en el once titular de Calero, mandó el balón al cuerpo del guardameta. Era la primera ocasión de los burgaleses y, otra vez como en encuentros anteriores, la desaprovechaban.

Precisamente, como ya se vio contra el Lugo, la banda izquierda del Burgos CF fue un filón. La movilidad de Berjón se entremezclaba con el aporte ofensivo de Matos, aunque esa versatilidad no servía para mover el marcador.

Por su parte, los asturianos se desentendían del juego y se agarraban la velocidad de sus atacantes. Era cuestión de que el Burgos diera un susto. Y lo dio en el minuto 30, cuando Guillermo aprovechó una gran combinación entre Álvaro Rodríguez y Juanma.

Con la pólvora ya seca del Burgos CF y de Guillermo, los de Calero se encontraron mejor en el campo, pero la calidad de los asturianos era conocida. Y el Oviedo tuvo la oportunidad de mandar el encuentro al descanso con empate. En esta ocasión, la fortuna se alió con los burgaleses y el disparo de Jimmy se estrelló en su compañero Jirka cuando ya lo estaba celebrando.

La segunda parte empezó como terminó la primera. Con un balón al larguero de Borja Sánchez. Querían espabilar los de Ziganda y lo hicieron. Sobre todo con un penalti que señaló el VAR tras un pisotón claro de Matos. Lo transformó Borja Bastón, que se encontraba muy cómodo en el campo.

Había salido mejor el Oviedo, que acorralaba al Burgos con Borja Bastón como protagonista. Pero era el día del Burgos, porque cuando mejor estaban los de Ziganda, volvió a aparecer Guillermo, que con un cabezazo despejaba todas las críticas de falta de gol del delantero y de su equipo. Su cabezazo ponía por delante a su equipo.

Eso no amilanó a los asturianos. En especial a Borja Bastón, al que se le nota su poso de haber jugado en Primera. El delantero volvió a mandar otro balón al larguero y el miedo rondaba el área del Burgos CF.

Con el dominio del balón del Oviedo, el Burgos supo esperar el momento. Y lo hizo uno de esos jugadores que estaba aparcado en la grada como Claudio Medina. Seis minutos necesitó el delantero para hacerse con un balón, recorrer medio campo en solitario y marcar a placer. Era la sentencia y solo quedaba tiempo para que Berjón se llevara una ovación del que hace poco era su equipo.