El Burgos CF, al rincón de pensar

No será Julián Calero de introducir muchos cambios en el once titular, pero apostó esta tarde por la profundidad de Alarcón en la derecha en detrimento de Saúl Berjón, quien no llegó a jugar. Y su presencia en el costado se notó en los primeros momentos del encuentro. Su banda, secundado por Álvaro Rodríguez, fue un puñal en el primer cuarto de hora y por ahí llegaron las primeras dentelladas del Burgos CF.

Más dormido parecía la Unión Deportiva Langreo, que dejaba el peso del encuentro a los locales. Y es que cada equipo sabía qué armas utilizar para llevar el enfrentamiento a su terreno. Pero llegó la única noticia negativa de la tarde para los asturianos con la lesión de De Baunbag, lo que propició reajustes en el esquema de Ángel Rodríguez.

Aun así, los burgaleses no solo taladraban la banda derecha. Lobato, con el guante que tiene por zurda, denotaba peligro. Al Burgos solo le faltaba que se activara Juanma. Y se conectó en el minuto 25 para dejar muerto un balón a Guillermo, pero la linier anuló un gol de esos que en Primera División se hubiera revisado por el Var.

Y cuando mejor estaba el Burgos CF, aunque no precisara mucho peligro, aterrizó la colleja de los asturianos. Un centro lateral de David, lo remataba Ketu sin que Barovero pudiera hacer algo más que mirar el inapelable remate.

Y a partir de ese momento se desenchufó el Burgos. Se fundieron los plomos y el partido entró en eso que quería la Unión Deportiva Langreo, el letargo puro y duro. Necesitaba reaccionar el Burgos.

Y la segunda parte arrancó con la segunda colleja en forma de gol de los visitantes. Miguel Santos enganchó un balón para fusilar todo tipo de optimismo de los de Calero. Pero en vez de lamentarse por la adversidad del resultado, el Burgos reaccionó en forma de ocasiones pero sin materializar. Como la que tuvo Guillermo ante Torre, pero que marró. O la que tuvo Claudio Medina pocos minuto después, pero su remate de cabeza se fue inexplicablemente fuera.

Pero ese gol que hubiera metido a los de Calero en el partido no apareció y eso apagó a los burgaleses. No había forma de desarbolar el entramado de Ángel Rodríguez.

Hasta tal punto de que los minutos se consumían y estaba más cerca el tercero del Langreo que el primero del Burgos. Pero todo se acabó en el minuto 82, cuando Undabarrena, con los locales volcados, vio su segunda amarilla. Ahí se finiquitó el encuentro, por mucho que Medina tuviera un remate de cabeza claro o que Guillermo, al que se le está quedando cara de Toché, desperdiciara otra ocasión.