El Burgos CF, sin regalo de Reyes

Empezó el Burgos muy frío, a tono con el ambiente meteorológico de El Plantío. El Espanyol, que presentaba varias novedades respecto a su apuesta habitual en liga, se hizo pronto con el control del partido, moviendo la pelota con criterio y obligando al cuadro burgalés a mantenerse firme para neutralizar la innegable calidad de los 'pericos'. Notable esfuerzo en este sentido de la zaga blanquinegra, mucho más eficaz en la contención que en la salida en los primeros compases. Y es que, los hombres de Calero, que desde el primer minuto optaron por salir jugando desde atrás, se estrellaron contra la línea de presión del Espanyol.

Fruto de esa dinámica llegaron las primera opciones del conjunto 'perico', que se encomendó a la calidad de Vargas y la velocidad de Wu Lei. Fue precisamente el jugador asiático el protagonista de los dos primeros sustos del conjunto visitante, que a punto estuvo de inaugurar el marcador en el minuto 10 con un disparo escorado que se marchó ligeramente desviado tras un error defensivo.

Aquella ocasión pareció despertar al Burgos CF, que a partir de ese momento empezó a desquitarse la superioridad del Espanyol a base de contundencia defensiva y mayor claridad de ideas. Saúl Berjón y Pisculichi comenzaron a carburar, y con ellos, lo hizo el equipo, que fue de menos a más a medida que avanzaban los minutos.

La zaga había aprendido de los errores de los primeros minutos y practicaba una salida del balón más segura, buscando alternativas para mover la pelota de un lado al otro hasta encontrar el hueco. Un hueco que no tardaría en aparecer. En el 24, Álvaro Rodríguez sacaba petróleo de una recuperación en campo propio, se marcaba una carrera de 40 metros y cedía un balón en bandeja de plata para la llegada de Guillermo, que no conseguía contactar en boca de gol.

En aquel momento, era el Burgos el dueño y señor de la pelota ante un Espanyol más contenido y gris. Los hombres de Vicente Moreno se estaban viendo superados en el centro del campo y sus internadas se estrellaban constantemente contra la maraña blanquinegra. Sólo Mérida, con un disparo mordido desde la frontal que se estrelló en Zabaco consiguió volver a poner en ciertos apuros al Burgos.

Mientras tanto, los hombres de Calero seguían a lo suyo, manejando el tempo del partido, aunque sin la contundencia necesaria como para inaugurar el marcador. Tras varias internadas de cierto peligro, Guillermo volvía a tener el gol en su testa a centro de Berjón, pero el ariete vasco no conseguía dirigir la pelota hacia la portería.

La primera parte se abocaba al final y, a pesar de la falta de pegada, el Burgos estaba firmando un buen papel, jugando de tú a tú frente al Espanyol y dominando en varias fases un partido, en todo caso, muy competido.

Poco cambió el guión del choque tras el paso por vestuarios. Si acaso, el Espanyol regresó con un planteamiento algo más vertical que le permitió ganar metros en los primeros compases. Ya en el 54, Campuzano pudo abrir el marcador con un tremendo disparo desde el punto de penalti que se fue terriblemente desviado, pero que metió el miedo en el cuerpo. Y apenas dos minutos después, llegó el mazazo. Didac ganaba la pelota en el costado izquierdo y servía un centro milimétrico al corazón del área chica, por donde aparecía Wu Lei tras romper la línea defensiva para rematar a placer.

El tanto cayó como un jarro de agua fría sobre la parroquia blanquinegra, que veía cómo el partido se ponía cuesta arriba a pesar de las buenas sensaciones que estaba transmitiendo su equipo. Tocaba forzar la maquinaria en busca del empate.

Ya con los hombres de refresco sobre el césped y ante un Espanyol más contemporizador en su juego, el Burgos se lanzó a por el empate. Y a punto estuvo de conseguirlo Juanma en tres ocasiones, pero un magistral Oier se alzó como salvador de su equipo. En el 58, el cancerbero 'perico' le sacó dos remates consecutivos al menudo delantero blanquinegro. Y en el 62', el propio Oier tocaba lo justo para evitar otro gol cantado de Juanma tras una falta botada con calidad por Berjón.

Aún tuvo el Burgos más opciones para empatar merced, de nuevo, a Juanma, que no llegó por centímetros a conectar un remate en boca de gol, y Medina, que perdió la carrera frente a un onmipresente Oier en el 83'. Más de uno soñará esta noche con el portero 'perico'.

Su actuación, al final, resultó determinante para que el Espanyol aguantara el resultado hasta la recta final, en la que el Burgos tiró más de corazón que de cabeza, estrellándose frente a un sólido Espanyol que, además, terminó de matar el choque con un gol de Svensson tras una tremenda jugada individual.

Al final, será el Espanyol quien esté en la próxima ronda de la Copa del Rey. El Burgos, por su parte, deberá centrarse en la liga. Este fin de semana, por cierto, se verá las caras con el Real Oviedo B con el objetivo de seguir en la pelea por el ascenso.