El Burgos CF reequilibra sus cuentas

La operación, que ha salido adelante con el apoyo de la práctica totalidad de los accionistas presentes (sólo un pequeño accionista ha votado en contra), se ha planteado como consecuencia de la existencia de un patrimonio neto negativo que, con la ley de sociedades mercantiles en la mano, supone causa de disolución.

Según han explicado los miembros del Consejo de Administración, esa situación abría dos escenarios posibles. O se presentaba concurso de acreedores o se buscaba una fórmula para equilibrar las cuentas. Habida cuenta de que la primera opción no estaba sobre la mesa, se estudiaron las posibilidades y se optó por una 'operación acordeón', basada en la eliminación de las antiguas acciones, dejando el capital social a cero para, automáticamente, sacar adelante una ampliación de capital por valor de casi 3,6 millones de euros, repartidos en 152.798 acciones nominativas de 23,5 euros cada una.

Sin embargo, esta no es una ampliación de capital al uso, ya que buena parte de esas acciones ya tienen dueño. Y es que, Yucon Bussines, grupo empresarial que ahora mismo controla la mayoría accionarial, asume casi 3 millones de euros de ese nuevo capital, manteniendo la cuota con la que contaba anteriormente.

También los pequeños accionistas (menos de 50 títulos) mantendrán sus acciones, ya que los propios miembros de Yucon Bussines se han comprometido a «donarles» el mismo número de títulos con los que cuentan ahora mismo.

Es decir, que todo queda igual que hasta ahora, o casi. Queda por ver el papel que jugarán los Caselli en la operación. Hasta ahora controlaban aproximadamente el 10% de las acciones del club. Esas acciones, sin embargo, ya no existen, aunque la familia argentina tiene, a través de la sociedad Football Success Case, un derecho preferencial para comprar el mismo número de títulos que controlaba hasta ahora. Si quiere mantener esa participación, deberá pasar por caja y abonar el capital correspondiente. De momento, ni siquiera se han presentado en la Junta de Accionistas.

Y eso a pesar de que semanas atrás solicitaron una ampliación del orden del día de la reunión para intentar vincular al actual miembro del Consejo y entonces presidente del club, Jesús Martínez, con la firma de varios de los contratos más polémicos suscritos en el verano de 2019. Lejos de esquivar la polémica, Martínez ha sido claro, exhibiendo el acuerdo de venta del club firmado con los Caselli en su día en el que se ratificaba que los anteriores propietarios se comprometían a facilitar todas las gestiones mientras se formalizaba el traspaso de poderes. «Eso no quiere decir que estuviéramos de acuerdo» con los contratos que se estaban suscribiendo, ha subrayado Martínez.

En todo caso, la sombra de los Caselli aún sobrevuela la actualidad del Burgos CF. De hecho, la convocatoria de esta Junta de Accionistas y la puesta en marcha de la 'operación acordeón' surgen como respuesta a la «herencia» recibida de la familia argentina. Una herencia cuantificada económicamente en 4,7 millones de euros de resultado de explotación negativo la temporada pasada. Una situación «insostenible» a pesar de que la concesión de El Plantío haya compensado el patrimonio neto del club.

Pero además, según aseguran desde el actual Consejo de Administración, la gestión de los Caselli presenta indicios de delito en muchos frentes. De hecho, a día de hoy se sigue instruyendo la querella presentada en su día contra varios de los antiguos responsables del club por administración desleal.

En este sentido, y aunque se trata de una causa sujeta a proceso judicial, el actual secretario del club, Diego Velázquez, ha relatado algunas de las operaciones más llamativas llevadas a cabo durante la era de los Caselli, empezando por la firma del contrato de patrocinio con SR Investment.

Dicho contrato de patrocinio, valorado en 800.000 euros para la temporada pasada, está firmado entre el Burgos CF y la compañía. Sin embargo, la auditoría realizada por el nuevo Consejo ha localizado un segundo contrato, firmado en su caso entre SR Investment y Football Success Case, sociedad particular de los Caselli, mediante la que la primera sociedad le prestaba dinero a la segunda y ésta asumía el pago del patrocinio. Ese dinero, subrayan desde el actual Consejo, nunca se pagó, por lo que, de hecho, los Caselli aún le deben al club «82.000 euros» una vez compensadas sus aportaciones anteriores.

También ha destacado Velázquez la existencia de un crédito firmado entre Football Success Case y el CD Badajoz mediante el que el club extremeño prestó al Burgos 180.000 euros. De ese dinero, sólo está documentado el ingreso de 33.800. Del resto no se sabe nada, aunque ahora el CD Badajoz reclama la devolución del préstamo.

Tampoco cuadran las cuentas de la última campaña de abonados. Según la documentación con la que se cuenta, se deberían haber ingresado por esta vía alrededor de 673.000 euros, pero sólo se reflejaron en la contabilidad 552.000 euros. Y eso por no contar las aportaciones comprometidas a la Asociación Española Contra el Cáncer, ELACyl y Autismo Burgos que nunca se pagaron.

En total, la auditoría ha desvelado desviaciones contables por valor a 1,1 millones de euros, de las que el actual Consejo de Administración considera responsables directos a los Caselli y su núcleo duro. «Nuestra intención es recuperarlo» pero el procedimiento judicial «está en pañales» y «va a ser una instrucción larga», ha subrayado Velázquez.