El Burgos se reencuentra con el gol

Afrontaba el encuentro el Burgos tras sufrir la primera derrota de la temporada y habiendo sumado apenas cinco de los últimos 18 puntos en juego, una circunstancia que había motivado que el conjunto blanquinegro abandonara los puestos de play off. La falta de gol estaba lastrando a los hombres de Patxi Salinas, que en el resto de facetas del juego se están mostrando como un equipo muy sólido. Enfrente estaba el Peña Sport, que llegaba a El Plantío presentando los peores registros de toda la Segunda B, con apenas un punto en su casillero.

Sin embargo, y a pesar de la teórica superioridad que se le podría suponer al Burgos, el partido arrancó sin dueño. Cierto es que eran los burgaleses los que más proponían, pero, al igual que sucediera ya en anteriores citas, se mostraron faltos de profundidad ante un Peña Sport quizá más pragmático, pero carente de peligro en todo caso.

Y así transitaron los primeros minutos del partido, sin que ni uno ni otro acertaran a inquietar al contrario. De hecho, hubo que esperar hasta el minuto 25 para ver la primera ocasión de peligro real. En este caso, fue Iker Hernández quien, tras una buena jugada de Eneko por el extremo zurdo, probó fortuna desde la frontal con un lanzamiento que se acabó marchando desviado.

Esa fue prácticamente la única ocasión de peligro real de una primera parte aburrida, en la que el Burgos fue mejor en términos generales, pero que acabó siendo infructuosa. Y con ciertas dosis de polémica, además. Y es que, en el 37, tras una buena jugada local, Iker Hernández caía dentro del área en un encontronazo con el cancerbero navarro, pero lejos de pitar la pena máxima, el colegiado mostró la tarjeta amarilla al delantero blanquinegro al entender que había simulado penalti.

Ese lance caldeó los ánimos de la grada durante los últimos compases, pero no sirvió de nada. El Burgos encaró la bocana de vestuarios tras haber firmado quizá el peor primer tiempo de toda la temporada. La suerte es que el Peña Sport ofreció todavía menos y cerró el primer acto sin haberse acercado con peligro a la portería de Saizar.

Pero todo cambió tras el descanso. Y es que, el Burgos regresó al césped como un vendaval y en apenas minuto y medio generó más peligro que en toda la primera mitad. No habían pasado ni cuarenta segundos cuando Youssef, que había salido al campo en sustitución de Cantero, se internaba en el área y cedía un balón que acababa en los pies de David Martín, que probaba con un disparo cruzado desde el pico del área chica que Íñigo conseguía atajar.

Mejor puntería tuvo Adrián en la siguiente embestida. Nuevamente era David Martín quien probaba con un disparo cruzado que también era desviado por el cancerbero visitante. Sin embargo, el balón se estrellaría en esta ocasión en el larguero y acabaría rebotando hacia el corazón del área, donde ya esperaba el punta canario para cabecear a puerta vacía.

A raíz del gol, el Burgos se vino arriba. El propio Adrián pudo volver a marcar apenas dos minutos después con otro cabezazo enviado a córner por Íñigo. También pudo marcar Iker en la siguiente jugada, pero su disparo a la salida del saque de esquina se encontró con la defensa navarra.

El partido acababa de entrar en otra dinámica bien distinta, con un Burgos mejor plantado sobre el terreno de juego y con un Peña Sport obligado a arriesgar más para intentar no irse de vacío de El Plantío. Los hombres de Rodrigo Hernando dieron un paso al frente con el objetivo de buscar el empate. Y casi lo consiguen en el 56, cuando un cabezazo desde el corazón del área de Xiker se marchaba rozando el poste de la portería de Saizar.

Esa ocasión pareció dar esperanzas a los navarros, pero el Burgos tardó poco en volver a poner las cosas en su sitio. En el 64, Endika no acertaba a despejar un centro raso de Youssef y mandaba el balón a su propia red para poner el 2-0 a favor del Burgos. Y apenas tres minutos después, Adrián Hernández mataba el partido enganchando una volea en el corazón del área y poniendo el 3-0. Por fin, el Burgos se desataba y marcaba más de un gol en un mismo partido.

De hecho, pudo ser alguno más. Y es que, tras un par de acercamientos por parte de un Peña Sport que buscó sin éxito maquillar el resultado, Iker desaprovechó un mano a mano con Íñigo con un disparo demasiado tan tímido como predecible.

Sin embargo, el marcador ya no se movió. Ni falta que le hizo al Burgos, que firmó la primera goleada de la temporada y recuperó la sonrisa. Una sonrisa que los hombres de Salinas confían en mantener el próximo fin de semana en su visita al campo del Izarra.