El Burgos CF se queda con las ganas ante el Levante

Blanquinegros y granotas comenzaron cautos el partido, midiéndose en un inicio de mucha puja que terminó con los de Felipe Miñambres haciéndose con el balón y los de Bolo atacando los espacios. Guión de partido perfecto para los locales.

En esas, Álex Sancris desató la locura con un espectacular golazo que puso el delirio en El Plantío. A partir de ahí, acoso y derribo burgalés y camino de espinas para los visitantes hasta el descanso. Tras el paso por vestuarios, los levantinos crecieron y, merced a esa mejora, llegó el tanto de la igualada de las botas de Roger Brugué. Así, el último cuarto de hora tornó en un ida y vuelta constante en el que el arquero del Levante volvió a aparecer para sellar el reparto de puntos.

Arrancaba el choque en El Plantío con el saque de honor de la vigente campeona del Rally Dakar 2024 en categoría Challenger, Cristina Gutiérrez, haciendo el saque de honor que calentaba motores en un encuentro cuyos primeros minutos fueron de absoluto tanteo.

Nadie quería cometer un error que decantase rápido el partido y el balón quemaba en las piernas de burgaleses y levantinos, lo que provoco diversas imprecisiones. Querían llevar la iniciativa los de Bolo, que se agrandan en este aspecto en casa, a través de la pelota y con los archiconocidos envíos largos al espacio que tanto daño suelen provocar en las defensas visitantes. Lo intentó Álex Sancris por partida doble en el siete de partido con un duro disparo que repelió Andrés Fernández. El segundo se marchó desviado a la izquierda pero ya amenazaba el Burgos CF desde media distancia como uno de las alternativas al intentó granota de hacerse con el control del partido.

Querían ese protagonismo los de Miñambres, guión también apetecible para los blanquinegros, gustosos de galopar al contragolpe con espacios. Más lucha y pugna que fútbol en los siguientes minutos, con ambos conjuntos buscando el camino para encontrar el gol. Y en El Plantío, el gol se abre camino más fácilmente si vistes de blanquinegro.

Corría el minuto 23 cuando Álex Sancris recogió el balón tras un saque de esquina en la izquierda, amagó, fintó para abrirse el hueco, y sacó un disparo con comba al palo largo, una banana que olía, sabía y supuso el primero del partido para poner el delirio absoluto entre la parroquia blanquinegra.

Con el 1-0 y el Burgos CF momentáneamente segundo y en ascenso directo, El Plantío entonó el «Volveremos a Primera», un cántico que envalentonó aún más si cabe a los de Bolo, que se volcaron a por el segundo. No se arrugaron los de Felipe Miñambre, que en lugar de acularse continuaron en busca de un gol antes del descanso que enfriase el ambiente y encarrilase la remontada para la segunda mitad.

Un resbalón de Matos estuvo a punto de dar la réplica a los levantinistas, que aprovecharon para internarse en dominios de Caro. Fue entonces cuando Fabricio, con pierna derecha, conectó un cañonazo con tal potencia que rozó la red por fuera y noqueó a uno de los aficionados de detrás de la portería que -afortunadamente- pudo recuperarse.

Fue un aviso a navegantes para los de Bolo, que en la jugada siguiente, volvieron a enlazar una buena jugada de abajo a arriba para plantarse en tres cuartos, ashí donde la zurda mágica de Curro suele aparecer. Y lo hizo. El 16 blanquinegro sacó un ajustado disparo al palo izquierdo del meta visitante que, tras estirarse todo lo que pudo, logró desviar a córner. Pero de ese saque de esquina nacieron otros dos tiros ajustados, uno de pie y otro de cabeza, que a punto estuvieron de poner el segundo en el marcador. Olía la sangre el Burgos CF. Y El Plantío también.

Con esa amenaza constante, los de Felipe Miñambres protagonizaron un pequeño arreón estéril en las postrimerías del primer tiempo que finalizó con los tres pitidos de Sánchez López y la sonora ovación que los 9.753 burgalesistas que acudieron al estadio brindaron al equipo que les está haciendo creer en el sueño del ascenso.

Salió el Burgos CF con la misma intención e intensidad para buscar el segundo ante un Levante incómodo que no terminaba de encontrar su hueco en el partido pese a los intentos, sobre todo por banda, para llevar peligro a la portería defendida por Caro. Un zapatazo de Curro estuvo a punto de multiplicar por dos la ventaja en el marcador ante un cuadro granota que lo intentó acto seguido con un chut de Pablo Martínez que obligó al meta burgalés a sacar los puños para despejar cualquier tipo de amenaza.

Un lance entre Fer Niño y Maras, que antaño sería una disputa sin más, supuso, a juicio de un Sánchez López quizá con gatillo fácil, una tarjeta amarilla para el ariete blanquinegro que provocará una sensible baja para los de Bolo de cara a la visita a El Alcoraz del próximo finde. Cumplida la hora de partido, el cuadro levantino despertó y comenzó a arreciar con llegadas de peligro. Por la izquierda, la tuvo Pablo Martínez dentro del área, que centro raso pero no encontró ninguna bota amiga que embocase a gol. Tuvo otra Fabricio, que al igual que la anterior, peco de potencia incontrolada y se marchó por arriba de la portería local.

Cuando parecía que mejor estaba el Levante, un contragolpe de dos recién entrados al partido, Bermejo y Edu Espiau, estuvo -otra vez- a punto de poner el 2-0. Un gran autopase del 19 por banda derecha le permitió encontrar la llegada de ariete catalán que, apurado, metió la punterita para que el balón se encaminase, casi llorando a las redes visitantes. Pero no entró. El palo escupió el segundo y el Burgos CF perdonó. Y lo pagó caro. Un despiste defensivo abrió un mínimo hueco que encontró Dela para filtrar un pase de otra categoría para Brugué, que en este caso, no perdonó a los de Bolo y puso la igualada en El Plantío ante la incredulidad de la parroquia burgalesista.

A menos de un cuarto de hora para el final, una galopada castellana fue rechazada por la zaga granota, que dejó un balón suelto en el borde del área. Curro lo recogió y, con confianza, lanzó un misil tierra-aire teledirigdo a la escuadra derecha de la portería visitante. Pero Andrés Fernández, inmenso durante todo el partido, voló para negar por enésima vez el segundo al Burgos CF y se levantó de nuevo para parar el remate forzado de Bermejo ante la desesperación local. No quería volver a entrar la pelota en las redes granotas.

A partir de esa gran actuación, el Levante se creció en busca de la remontada para sacar lo que sería la primera victoria visiante en El Plantío esta temporada. Estaba terminando mejor el cuadro de Felipe Miñambres, que tenía el partido donde quería ante la ansiedad burgalesa. Los de Bolo, por su parte, aceptaron el reto del ida y vuelta y, con más coraje y orgullo que elaboración, seguían inquietando a los granotas.

Lo intentó el Burgos CF hasta el final pero dos nuevas paradas consecutivas del meta levantino sellaron un agradecido empate para los visitantes y dejaban con la miel en los labios a los burgaleses en un partido en el que los de Bolo merecieron más que un punto.