El Tenerife baja al Burgos CF de la nube

Poco tardaría el cuadro isleño en poner el choque a su favor. Y es que, apenas se habían disputado tres minutos de partido cuando Mollejo aprovechaba un error en la marca de Grego Sierra para ganar la espalda al central, meter el pie y mandar a la red un centro lateral que inicialmente parecía no llevar apenas peligro.

Aquel tanto trastocó radicalmente toda la planificación del partido, y el Burgos CF se vio obligado a dar un paso al frente, intentar asumir el control de la pelota y adelantar líneas en busca del empate. Fue en vano. Los hombres de Calero, que volvió a apostar por una defensa de cinco hombres con Matos y Álvaro Rodríguez en los carriles, lo intentaron, moviendo el balón entre líneas y buscando con insistencia los balones laterales, pero el Tenerife estaba muy bien plantado sobre el césped.

Al Burgos le estaba faltando mordiente arriba. La falta de ideas en los metros finales lastró al equipo, a pesar de estar bien plantado en la creación durante la primera media hora. Grego probó con un tímido cabezazo, mientras que Álvaro Rodríguez se inventaba en el 20 un gran disparo desde el pico del área que se marchaba alto.

Aquellos fueron los mejores minutos de un Burgos que fue de más a menos a medida que avanzaba el partido. El Tenerife, que con el marcador a favor se sentía muy cómodo sobre el terreno de juego, contemporizaba y se lanzaba con el cuchillo entre los dientes cada vez que recuperaba un balón en la medular. Así, poco a poco, los de Ramis fueron recuperando el control absoluto del choque, encadenando llegadas peligrosas al área de Herrero.

Bermejo, Mollejo, Elady y Shashoua se convirtieron en los cuatro jinetes del apocalipsis para un Burgos al que le empezó a costar un mundo encadenar tres pases seguidos. Entre ellos cuatro se fabricaron un buen puñado de ocasiones que pudieron haber encarrilado el choque antes de la media hora.

En el 29, Herrero sacaba bajo palos el enésimo remate de Elady en una jugada en la que hubo de todo, pero en la que el VAR finalmente no intervino. Diez minutos después, Bermejo ganaba un balón en la banda izquierda, rompía la cintura de Álvaro Rodríguez y se sacaba de la manga un derechazo que se estrellaba en el larguero.

El Tenerife se gustaba, esperando al Burgos en su campo, robando con cierta facilidad y lanzando un contragolpe tras otro, un escenario en el que los cuatro hombres de ataque del conjunto canario se movieron a la perfección. Los acercamientos a la portería de Herrero se sucedían y sólo era cuestión de tiempo que el segundo de la tarde subiera al marcador. Finalmente, fue Shasoua el encargado de abrir brecha, aprovechando el rechace de un gran cabezazo de Elady al larguero para batir por bajo a Herrero.

El partido se había puesto muy cuesta arriba para el Burgos, que estaba siendo incapaz de frenar las transiciones rivales y no conseguía encontrar a sus hombres de ataque. Un guion que apenas cambió tras el paso por vestuarios. Y es que, a pesar de que el Burgos regresó al terreno de juego con un punto más de tensión, el escenario seguía siendo propicio para los intereses del Tenerife, que acabaría sentenciando el choque por la vía rápida. En el 53, Bermejo conducía el enésimo contragolpe sobre la portería de Herrero y, casi a trompicones, batía al cancerbero blanquinegro para poner el tercero en el marcador.

Aquel tanto supuso el mazazo definitivo para un Burgos totalmente superado que apenas inquietó a Soriano en toda la segunda mitad. Y eso que durante un buen puñado de minutos consiguió tener presencia en campo rival, pivotando todo su juego de ataque sobre las botas de Berjón. No obstante, los reiterados centros laterales del asturiano no generaron peligro alguno. Sólo Navarro, con un disparo desde la frontal en el 74, consiguió inquietar a Soriano.

El cuadro burgalés estaba firmando el peor partido de la temporada y ni los cambios introducidos por Calero conseguían cambiar el signo del choque, que todavía le reservaba al Burgos un par de disgustos. En el 74, Álex Muñoz estrellaba otro balón en el larguero; y en el 81, Enric Gallego redondeaba la goleada mandando a la red el primer balón que tocaba tras saltar desde el banquillo. Y todavía pudo llegar algún gol más, pero el marcador ya no se movería.

Al final, un severo correctivo que baja al Burgos de la nube y le obliga a centrarse ya en el choque del jueves frente al Zaragoza.