El Burgos CF piensa en el Valladolid Promesas antes de tiempo

Con varias novedades en el once de Calero arrancó el encuentro. Un partido que estuvo dominado desde los primeros compases por el Burgos CF, que, sin peligro, desarrollaba su juego en el campo del Covadonga. Los asturianos, colistas en la tabla, no pasaban de la medular y confiaban en transiciones rápidas que ni existían si no fueran por regalos de los burgaleses.

Habían transcurridos más de 15 minutos del encuentro y ambos porteros seguían sin estrenar los guantes. Las ocasiones brillaban por su ausencia y la mejor noticia era volver a ver público en las gradas de El Plantío y los acercamientos por la izquierda de Lobato. Sus centros, siempre peligrosos, no hallaban rematador, pero servían para que los de Calero enseñaran la punta del colmillo.

A pesar de todo, los guantes de Aitor Rodríguez seguían con la etiqueta y el precio, mientras que los de Barovero se empezaban a desgastar con una internada de Ríos, uno de los más activos de los asturianos. Eso espoleó al Burgos, que en la recta final de la primera parte tuvo la ocasión más clara en las botas de Claudio Medina. El delantero centro, incapaz de rematar de primeras, mete la puntera para que Aitor, de rabona (sí, de rabona), sacara el primer gol del Burgos.

El resto del primer periodo fue un monólogo de los de Calero, que fueron a por el primer tanto del encuentro. Y no llegó, a pesar de que el peligro ya era una realidad. Se notaba la diferencia en la clasificación y los asturianos se empezaban ya a encomendar a la virgen de Covadonga para que llegara el descanso.

Y lo que no llegó en la primera parte, apareció en el inicio de la segunda. Una internada por la banda de Javi Gómez, que pide a gritos más minutos, se convierte en un centro y penalti sobre Juanma. El propio atacante no dudó en coger el balón y mandar a la red el primer gol del encuentro. Ya estaba los más difícil logrado.

Ahora era cuestión de no relajarse por mucho que el Burgos estuviera por delante. Y eso lo hizo de maravilla, incluso los de Calero pudieron ampliar la diferencia antes de no haber sido por Aitor, uno de los mejores del encuentro por sus reflejos en remates como el de Alarcón.

El daño de Juanma, como falso nueve tras la salida de Medina, y de Javi Gómez, entre líneas, no era contrarrestado por el Covadonga, que no sabía cómo acercarse a Barovero. Y el partido parecía acabarse cuando Juanma empezó a marear a varios defensas en el área para que el balón le llegara a Cerrajería para sentenciar el encuentro y empezar a pensar ya en el Valladolid Promesas.

Y el primero que cambió el chip para el encuentro del miércoles fue el propio Calero, que retiró del terreno de juego a Juanma y Zabaco. Un gran error al reestructurar gran parte de la defensa y de la medula. En ese caos pescaron los asturianos en el minuto 85 con zapatazo de Pozo y en el 94, cuando Martón rozó ligeramente el balón ante un inmóvil Barovero, que en la jugada anterior había sufrido un golpe.