El Burgos no levanta cabeza

El Burgos CF continúa en caída libre. El cuadro blanquinegro sumó hoy una nueva derrota (y ya son cuatro en los últimos seis partidos) frente al Elche en un partido en el que los hombres de Jon Pérez Bolo se vieron superados en todas las facetas durante la primera mitad. De nada sirvió la reacción de los burgaleses en la segunda parte, en la que no fueron capaces de contrarrestar el solitario gol de Mendoza.

No termina de dar con la tecla Bolo, que a la vista de los últimos resultados y de la acumulación de partidos, decidió dar un cambio radical a su equipo, metiendo numerosos cambios y apostando por una defensa de tres centrales con Ian Forns y Pipa en los carriles, Atienza y Navarro en la medular y Espiau en punta. Una apuesta pensada a priori para contrarrestar la querencia del Elche por masticar las jugadas y castigar a sus rivales a fuerza de balones al área, pero que conlleva riesgos.

Y así se pudo comprobar desde el arranque. Desde el primer momento fue el Elche el dueño absoluto de la pelota, basculando con solvencia y criterio en busca del hueco en la defensa del Burgos, plantada en un bloque muy bajo. Cierto es que el cuadro ilicitano no generaba ocasiones claras sobre la portería de Cantero, pero su presencia en zonas peligrosas fue permanente durante los primeros compases, en los que el Burgos se dedicó a achicar balones y buscar en largo a Espiau para que intentara bajar al piso algún balón y organizar a partir de ahí el ataque. Una opción que resultó del todo infructuosa.

Y eso a pesar de que el Burgos pareció ser capaz de zafarse de la superioridad de su rival durante unos minutos, en los que consiguió tener más protagonismo con la pelota, pero sin peligro real. Ese escenario, no obstante, resultó ser un espejismo, ya que el Elche no tardó en asumir de nuevo el control absoluto del choque, ganando casi todos los duelos en la medular, generando segundas jugadas y encadenando acercamientos al área.

El Burgos sufría para cerrar espacios ante la avalancha ilicitana, que lanzó un par de avisos superado el primer cuarto de hora con un disparo lejano de Salinas bien atajado por Cantero y un remate en boca de gol de Yago que no encontró portería.

Así, tras varios acercamientos y un buen puñado de saques de esquina, el Elche finalmente encontró el premio. En el 29, Mendoza ganaba la posición dentro del área chica y cazaba un centro medido de Salinas para cruzar ante Cantero y enviar el balón a la red.

El gol supuso una auténtica bofetada para el Burgos, pero hacía total justicia a lo que se estaba viendo sobre el césped del Martínez Valero. El cuadro burgalés, totalmente inoperante en la parcela ofensiva, estaba viviendo en campo propio y apenas acertaba a lanzar algún balón largo a Espiau, muy solo en la punta de ataque. Ni siquiera Curro, bien encimado por la defensa rival, parecía ser capaz de romper la dinámica del choque. Suya fue la única ocasión real de la que dispuso el Burgos en la primera mitad, con un latigazo lejano bien atajado por un seguro Dituro.

Salinas pudo aumentar la renta para los de Eder Sarabia la filo del descanso con otro lanzamiento lejano que obligó a Cantero a sacar los guantes de paseo e inmediatamente, el colegiado señalaba el camino a vestuarios; quizá, lo mejor que le pudo pasar al Burgos en ese momento.

Era evidente que el cuadro castellano necesitaba dar un cambio radical si quería rescatar algo positivo del Martínez Valero. Así lo entendió también Bolo, que tras el descanso dio entrada del tirón a Sancris, Íñigo Córdoba y Borja Sánchez, recomponiendo su sistema a defensa de cuatro.

El Burgos dio entonces un paso al frente, adelantando significativamente sus líneas de presión y achuchando al Elche en la salida. Cierto es que el juego del cuadro blanquinegro era intermitente y que el Elche seguía queriendo la pelota, pero las sensaciones generales no tenían absolutamente nada que ver con las del primer tiempo. El Burgos, al fin, era un equipo reconocible, que apretaba a su rival en campo contrario, ganaba duelos, recuperaba en zona peligrosa y se desplegaba con criterio. El partido, pues, entraba en una dinámica muy diferente.

De hecho, en los primeros compases fue el Burgos el que más lo probó. En el 60, Sancris probaba con un gran zurdazo lejano que a punto estuvo de sorprender a Dituro, y cuatro minutos después, Curro marraba la que quizá fue la ocasión más clara hasta el momento, mandando a las nubes un balón servido en bandeja de plata por Espiau en el interior del área chica.

Tuvo, eso sí, un contratiempo inesperado Bolo. En el 72, el técnico vasco se veía obligado a retirar del campo a Íñigo Córdoba por lesión y dar entrada a Fer Niño. Se le acabaron entonces las opciones de banquillo al cuadro burgalés, que ya había puesto toda la carne en el asador para intentar, al menos rascar un punto. El problema era precisamente ese, que los minutos pasaban y la pésima imagen de la primera mitad aún pesaba en el marcador. Ir a remolque en esta competición siempre es complicado.

Aún así, el Burgos lo intentó con todo, trenzando jugadas en tres cuartos y buscando a sus puntas mientras un Elche con más pausa buscaba la sentencia. Mendoza probaba a Cantero en el 73 con un disparo bien atajado por el portero blanquinegro.

El Burgos estaba protagonizando un quiero y no puedo ante un Elche muy serio en todas sus líneas, que a pesar de la reacción blanquinegra del segundo tiempo no cedió ni un centímetro y frenó las revoluciones para intentar cerrar el choque. Un choque que a punto estuvo de cambiar de signo en el descuento con un postrero disparo desde la frontal de Borja Sánchez, que se estrelló en el palo largo para aumentar la frustración de los burgaleses.

Al final, una nueva derrota que coloca al Burgos en una situación comprometida. Tras sumar apenas dos de los últimos 18 puntos en juego, el cuadro blanquinegro ha tirado por la borda el gran arranque de temporada y comienza a sondear zonas peligrosas.