El Burgos CF gana en enero fortaleza en las áreas

No en vano, Goldar fue la temporada pasada uno de los mejores centrales de toda la Segunda División. Así lo indican sus números, ya que el nuevo jugador blanquinegro fue el zaguero más goleador, con siete tantos, y destacó en sus labores principales. Según los datos recogidos por SofaScore, de todos aquellos jugadores que participaron en más de 100 duelos aéreos fue el quinto que ganó más, 111, un 57,29% de los que participó. Estas cifras solo las superaran el central del Girona Bernardo Espinosa, los carbayones Dani Calvo y David Costas… y su nuevo compañero Unai Elgezabal (151, un 59,51%).

Esta estadística no es ni mucho menos azarosa en 'clave Burgos'. El entramado defensivo de Calero condena frecuentemente a sus rivales a tener que llevar el balón hacia afuera y, desde ahí, poner centros al área, dominios del mencionado Elgezabal, de Miguel Rubio y de Grego Sierra el pasado curso. A Miguel Rubio, hoy jugador del Granada, lo mejora Goldar en cantidad (111 frente a 84 duelos), aunque no en calidad (57,29% por 63,13%). Algo semejante sucede también con Grego Sierra, que participó en muchos menos duelos aéreos (39), y además, ganó alguno menos (el 58,49%).

En lo que va de temporada, Unai Elgezabal destaca de nuevo en este aspecto entre todos los defensores de la categoría (se ha impuesto en un total de 72 disputas aéreas, el 64,29% de las que ha intervenido, superado tan solo por Jorge Sáenz, del Leganés, y por Miguel Rubio). Aitor Córdoba, Miguel Atienza y Grego Sierra han ganado más del 50% de los duelos en los que han participado y más que los 27 de Goldar, quien, no obstante, viene de no ser titular en el Ibiza con la misma regularidad del año pasado o con la misma de la guardia pretoriana de Calero.

Por su parte, Sergio Castel llega de acompañar al defensor gallego en la buena temporada del Ibiza, en la que hizo nueve goles. Sin embargo, esta campaña había perdido protagonismo, lo que le llevó a salir a un mercado del que fue protagonista, ya que rechazó varias propuestas de Segunda y de varios equipos del extranjero para recalar en El Plantío. Como sucede con Goldar, su fichaje se ajusta a las necesidades y redunda en las fortalezas del Burgos, que adolecía desde el mercado de verano de la figura de un punta nato que acompañase a Mourad, cuyas condiciones son distintas a las suyas.

Fuerte y presionante, como el delantero de origen marroquí, Castel cuenta con sus mismas capacidades para referenciar y para descargar el juego hacia sus compañeros, si bien muestra una potencia fuera del área, aparentemente, mayor que la de Mourad. De los nueve goles que marcó la temporada pasada, en tres mostró su capacidad para acompañar la presión de su equipo, para activarse al espacio, conducir y definir con un tanto, cuatro los hizo apareciendo en el área para rematar a gol (uno de cabeza) y las otras dos aprovechando sendos rechazos en los dominios del portero.

Asimismo, dio cuatro asistencias, cortadas por un patrón similar: acompasando la presión elevada del Ibiza o apareciendo caído a un costado, desde donde condujo para servir el balón a sus compañeros, que se incorporaban en segunda oleada. Esto denota capacidad para ser móvil y salir de la zona de influencia del delantero, así como de transitar, habilidades buscadas a menudo por Calero en la alineación de sus atacantes. Al menos sobre el papel, sus condiciones pueden favorecer a futbolistas de segunda línea que tan buen resultado vienen dando, como son Gaspar Campos, Álex Bermejo o Curro Sánchez, que se incorporaron el pasado verano a una plantilla que, después de 25 jornadas, sigue asombrando a propios y extraños.