El Burgos CF evita el toque de queda

El primer gol del encuentro lo metió el fútbol al coronavirus al ver público en las gradas en partido oficial. Es verdad que aún se escuchaban a los jugadores. Sus indicaciones, sus protestas y sus quejidos, pero también se oía a la afición, espaciada y sin juntarse, como si estuviera en el rincón de pensar. Aun así, el fútbol con afición, ya es otra cosa.

Arrancó el encuentro con el Burgos C. F. activo en el campo contrario. No había dudas, a pesar de perder en el primer encuentro de la temporada en casa del Valladolid Promesas. Tal vez esas buenas sensaciones sembradas el pasado fin de semana, asomaron en los primeros compases en las botas de Juanma. Una ocasión del escurridizo atacante blanquinegro puso el primer 'uy' en la grada.

Espoleó a los suyos la gran oportunidad de Juanma, pero el Sporting de Gijón B despertó paulatinamente. Eso sí, con acercamientos aislados que no intimidaron a Barovero. Hasta que llegó Saúl Berjón, muy activo en la primera parte, con un certero remate que puso el primer gol del encuentro, además del que ya le había metido el fútbol a la covid-19. Era primer gol en esta temporada de los de Julián Calero, que volvió a ver el partido desde la grada al no estar tramitada aún su ficha.

A partir de ese momento, en el minuto 28, se vieron los mejores minutos del Burgos en la primera parte. Aproximaciones de Juanma o disparos lejanos de Lobato daban tranquilidad a los casi mil aficionados que se acercaron hasta El Plantío. Tan solo un tiro de Santamaría hizo estrenar los guantes del portero argentino.

Dominó también el inicio de la segunda parte el Burgos. El protagonismo en la banda de Berjón en la primera parte se trasladó a la zona de Navarro, con internadas, todas ellas, peligrosas. Los asturianos no se acercaban al área rival y eso tranquilizaba a los burgaleses, que buscaban el segundo sin precipitarse.

Era cuestión de dormir el encuentro y eso lo conseguían los burgaleses. Al filial asturiano le costaba respirar y su balón casi ni circulaba por el campo de los blanquinegros. Estuvo a punto de hacer el segundo Alarcón, que entró en esta segunda mitad, pero su balón envenenado lo despejó Sánchez.

Los minutos se consumían y el Burgos seguía sin cerrar un encuentro que no preocupaba a la parroquia local. Y así fue.