Paso de gigante del Burgos CF en Fuenlabrada

El Burgos se adelantaba en el marcador merced a un gran gol de Grego Sierra al filo del descanso, y el Fuenlabrada empataba nada más regresar de vestuarios. Apenas unos minutos después, Guillermo encarrilaba de nuevo el choque desde los once metros y, a partir de ahí, el Burgos aguantó la presión lo suficiente como para amarrar tres puntos de oro.

Sorprendía Calero recuperando la defensa de cuatro tras varias jornadas apostando por tres centrales y dos carrileros. Al cambio de sistema se le unieron varios cambios en el equipo titular, al que regresaron hombres como Fran García o Ernesto, desaparecidos del once titular en las últimas jornadas.

Con esa apuesta, el técnico blanquinegro buscaba ganar peso en el centro del campo con Elgezabal y Andy a los mandos de la medular y Mumo de enlace ante un más que necesitado Fuenlabrada. Al conjunto madrileño, sumido en el pozo de la clasificación, le urgía volver a sumar de tres en tres para intentar levantar la cabeza y salvar el pellejo en las últimas jornadas de Liga.

En ese contexto, y teniendo en cuenta los problemas que está teniendo el Burgos fuera de casa esta temporada, se antojaba un partido igualado. Y el choque cumplió las expectativas al dedillo, con poco fútbol y menos ocasiones en los primeros compases. Cierto es que el control recayó sobre el Fuenlabrada, pero era el Burgos el que mayor sensación de peligro generaba. A los hombres de Calero sólo les hacían falta un par de toques para plantarse en campo rival, pero una vez llegados a tres cuartos echaban en falta la pólvora.

Aún menor presencia ofensiva desplegada el Fuenlabrada, cuyo juego circulaba ineludiblemente por las piernas de Ontiveros y Pedro León, muy bien vigilados por la zaga blanquinegra.

A la vista de la situación, ni unos ni otros conseguían intimidar al rival. Cierto es que Valcarce pisó área en varias ocasiones, e incluso dispuso de un par de disparos bien defendidos, mientras que Bouldini hacía la guerra por su cuenta en las filas madrileñas, pero ni Altube ni Alfonso Herrero tuvieron que esforzarse mucho en mantener la portería a cero durante buena parte de la primera mitad.

Sin embargo, el escenario cambió una vez superada la media hora. En el 33, Andy ponía un magnífico centro al segundo palo y Ernesto enganchaba una volea con la diestra que se iba fuera por poco y cuatro minutos después, Pedro León intentaba sorprender con un libre directo que se estrelló en el lateral de la red.

El partido había ganado en intensidad e interés, y era el Burgos el que parecía navegar en aguas más favorables. Fruto de esa mayor actividad ofensiva, Mumo tenía en sus botas el primero de la tarde con un gran disparo cruzado que se iba fuera lamiendo el palo. Y, tras ese aviso a navegantes, Grego Sierra abría el marcador. El central blanquinegro se ponía la camiseta de 'killer' del área culminando una jugada a balón parado con un magnífico remate a la media vuelta más propio de un delantero. Clase. Mucha clase.

El tanto de Grego Sierra servía para poner punto y final a una primera parte dominada sin grandes alardes por el Burgos CF. No obstante, el Fuenlabrada no bajó los brazos. Ni mucho menos. Nada más regresar de vestuarios, Bouldini aprovechaba un error defensivo de los hombres de Calero para poner el empate en el marcador con un cabezazo a centro de Ontiveros.

El Fuenlabrada parecía levantar la cabeza y apretaba las tuercas a un Burgos que no se puso nervioso. Todo lo contrario. De hecho, poco le duró la alegría al conjunto madrileño, que tres minutos después veía cómo el colegiado señalaba penalti de Tachi sobre Ernesto en un contragolpe. Guillermo asumía la responsabilidad desde los once metros, volvía a ver puerta y ponía de nuevo a su equipo por delante en el marcador.

A partir de ese momento, el partido se rompió. Sergio Pellicer movía el banquillo, dando entrada a Gozzi, Kanté y Pulido en busca de una necesaria remontada. El Fuenlabrada estiraba líneas y el Burgos recibía el guante, lo que desembocó en un partido con transiciones directas y alternativas para unos y otros.

Caro tuvo que sustituir a Herrero por un golpe y Andy tuvo en sus botas el tercero por dos veces sin encontrar portería, mientras el Fuenlabrada asumía más riesgos a medida que avanzaban los minutos. No tenía otra opción. De hecho, el cuadro madrileño acabó jugando con tres delanteros en los últimos minutos tras la entrada del ucraniano Zuzulya.

El Burgos, mientras tanto, prefería guardar la ropa a nadar, y Calero ordenó a sus chicos dar un paso atrás para asegurar el resultado, una táctica no exenta de riesgos que, de hecho, obligó al propio Caro a intervenir en un par de ocasiones para sostener a su equipo.

En todo caso, el destino del choque ya estaba dictado. El Burgos sumaba su cuarta victoria a domicilio, de nuevo ante un rival que podría ser directo, y ponía tierra de por medio con la zona de descenso. El objetivo de la permanencia está cada vez más cerca.