El Burgos CF continúa con su maldición lejos de El Plantío

Porque el CD Tenerife dejó claro desde el inicio que no se lo iba a poner sencillo, pues su objetivo se presumía jugoso y al alcance de su mano. Por ello los de Asier Garitano salieron mandones al verde, y en los primeros minutos del encuentro, no dieron apenas oportunidad a los burgaleses de tratar el cuero.

El Tenerife se asociaba y tocaba el balón, pero tampoco creaba demasiado peligro a la portería defendida por Caro, sin embargo, los de Bolo tampoco encontraban la manera de quitarle el balón a los locales para poder crear peligro.

La ocasión más clara para el Burgos llegó de un balón muy peligroso para Espiau, que buscó marcharse solo para encarar a Juan Soriano, pero la zaga chicharrera se recompuso a tiempo para evitar la situación comprometida. Apenas un par de minutos después la tuvieron los locales tras un contragolpe. Mo Dauda se internó por banda, dejó el balón a Enric Gallego que llegaba desde atrás, pero su lanzamiento se marchó muy por encima de la portería de Caro.

Waldo se convirtió en uno de los principales dolores de cabeza del Burgos CF. El jugador pacense buscó los espacios a la espalda de la defensa del Burgos. Pase al área que se marcha muy escorado. En el 40 la volvió a tener Enric Gallego, que entra como obús para rematar el córner botado por Roberto López desde la izquierda de Caro, pero el esférico no encontró puerta.

El partido se volvió loco en el minuto 42, cuando Moreno Aragón señaló penalti y expulsión de Mo Dauda. El extremo saltó con el codo y golpeó en la cara de Elgezabal cuando este intentaba rematar dentro del área un centro de Matos. La segunda amarilla a Mo Dauda dejaba al Tenerife con uno menos y parecía que encarrilaba el partido para los de Bolo.

Pero como si de una maldición se tratase lejos del Arlanzón, Curro colocó el balón sobre el punto de penalti y, tras coger apenas unos pasos de impulso, lo lanzó al centro de la portería, donde Juan Soriano lo despejó sin apenas problemas. Antes de llegar al descanso todavía tuvo tiempo el Tenerife de reclamar un penalti por mano en su área, pero finalmente el colegiado señaló el camino de los vestuarios con el empate a cero inicial en el marcador.

La segunda parte arrancó con un Burgos CF mucho más peligroso y volcado sobre el terreno del Tenerife. Con uno menos, los chicharreros se convirtieron en un equipo correoso que no dejaba al Burgos jugar con fluidez. Curro y Mumo probaron a la defensa local, pero sin duda la mejor oportunidad la tuvo Edu Espiau, que vio como Juan Soriano despejaba su remate a bocajarro con el pecho en un balón que se colaba en la portería.

Y cuando más dominaba el Burgos CF, llegó el gol del Tenerife. Roberto López con la pierna derecha remata el balón que le puso Medrano tras superar a Saveljich, que no ataca al balón y le deja centrar para que Roberto López ponga el primero en el marcador.

Apenas tres minutos después el árbitro del encuentro volvió a señalar el punto de penalti, esta vez a favor del Tenerife. Mumo derriba a Sergio Soriano a la salida de un córner y Enric Gallego se encarga de batir a Caro que no puede hacer nada por detener el lanzamiento. El partido había entrado en un tramo en el que se había vuelto totalmente loco y en el que el Tenerife salía claro ganador del intercambio de golpes.

Pero los de Bolo siguieron intentándolo, primero en las botas de Curro, que remató según le llegaba el esférico para obligar a Juan Soriano a despejarla con una buena parada; después fue Ander Martín quien tuvo el gol en sus botas tras aprovechar un rechazo en el área, pero de nuevo Soriano desbarató la oportunidad.

Sin embargo, y por tercera vez, Moreno Aragón señaló los once metros, esta vez por una mano en el área tinerfeña, que se saldó con un nuevo penalti a favor del Burgos CF. De nuevo fue Curro quien colocó la bola sobre el punto de penalti y, en esta ocasión sí, lanzó fuerte y ajustada al palo para poner el 2-1 en el electrónico.

El gol dio alas a los de Bolo, que obligaron a los chicharreros a dar un paso atrás y aguantar las acometidas de los locales. El partido transcurría en campo local, pero el Tenerife trataba de parar el juego cada vez que podía para frenar el empuje de los visitantes. El Burgos CF trataba de meter balones al área, pero entre Soriano y los zagueros fueron despejando el peligro de los castellanos. A pesar de ello, el Burgos CF tuvo un par de saques de esquinas a los que subió a rematar Caro, pero no pudo ser. De nuevo, y esta vez contra uno menos, el Burgos CF vuelve a casa con las manos vacías.