El Burgos CF coge aire con una victoria en el descuento

Y cuando todo hacía indicar que el Burgos se tendría que conformar con un insuficiente empate ante el Eldense, llegó David López. El central mallorquín consiguió hoy amarrar una victoria balsámica para el Burgos CF tras marcar en el último suspiro un gol que vale su peso en oro. Un gol que hace justicia a los méritos del equipo burgalés en un partido gris, pero en el que los de Ramis propusieron más que un rival que se mantuvo en pie gracias al espectacular concurso de Mackay, un muro bajo palos. Un muro que, eso sí, no pudo evitar que el postrero testarazo de David López se colara en la portería.

Empezó el Burgos como un ciclón. Los hombres de Ramis, muy bien plantados sobre el césped, metieron ritmo al partido en los primeros compases, presionando bien la salida de balón de un Eldense muy frío y encadenando recuperaciones en zona de creación. El cuadro blanquinegro, que presentó pocas novedades respecto al último encuentro liguero, achuchaba, movía el balón con criterio y buscaba a sus hombres de referencia en tres cuartos.

Y a punto estuvo de encontrar el premio del gol por la vía rápida. Apenas un minuto después del inicio, Sancris se inventaba un derechazo escorado que obligaba a Mackay a volar. El balón se quedaba muerto en el área chica y ningún blanquinegro conseguía meter la pierna con claridad.

No fue esa la única ocasión clara para los de El Plantío en una primera mitad en la que, no obstante, no consiguieron encontrar portería.

Y es que, tras el asedio de los primeros compases, en los que Ojeda también probó con un lanzamiento raseado desde la frontal bien atajado por Mackay, el Burgos fue enfriándose poco a poco a medida que el Eldense se zafaba de la presión.

Los de Dani Ponz tiraron de oficio y comenzaron a pelear de tú a tú la posesión de la pelota y la presencia en campo rival a base de pragmatismo. Transiciones correctas, cambios de juego y balones largos en busca de alguna posición de remate. Y a fe que alguna encontraron, pero sin suficiente pegada como para dar un susto al Burgos, que tras levantar el pie del acelerador durante algunos minutos volvió a estirarse.

Así, Fer Niño pudo abrir el marcador en el 25 tras romper líneas y asomarse al área, pero su disparo una vez en el área se marchó desviado. Tampoco encontró portería minutos después Curro con un disparo mordido que se fue a centímetros de la cepa del poste. El propio Curro dejaría para la estadística otra buena ocasión en el 37, pero Mackay acabaría adelantándose al onubense para atajar el pase telegrafiado al espacio de Fer Niño.

Si fuera un combate de boxeo, el Burgos iría a esas alturas ganando a los puntos frente a un Eldense que apenas volvió a acercarse al área más allá de algún contragolpe bien defendido. Sin embargo, esto es fútbol, y para ganar hay que meter la pelota entre los tres palos, y ese estaba siendo de nuevo el debe del cuadro burgalés.

Tras el paso por vestuarios, el partido cambió poco el guion. Si acaso, el Eldense igualó la pelea por la posesión, pero sin verticalidad. Tampoco es que el Burgos fuese un cuchillo, pero sí que es cierto que los de Ramis se asomaron algo más a zonas peligrosas que su rival.

De hecho, y a pesar de la falta de fluidez en el juego, el cuadro blanquinegro bien pudo abrir el marcador con dos clarísimas ocasiones en las que Mackay se erigió como salvador de su equipo. En la primera, el portero salvaba un centro envenenado de Sancris que iba directo a la red; en la segunda, ya en el 60, se inventaba un paradón para atajar un derechazo de Ojeda desde la frontal.

El Burgos volvía a protagonizar, una vez más, un quiero y no puedo, una historia que El Plantío ya conoce esta temporada. Ramis movía el avispero y daba entrada a Íñigo Córdoba, Mario Cantero, Espiau y Borja Sánchez para reactivar a su equipo. Ponz hacía lo propio y el partido entraba en una fase mucho más nerviosa y vertical.

Una fase en la que el Eldense decidió asumir más riesgos, encontrando una autopista por la derecha para achuchar al Burgos a base de balones a la olla, y en la que el Burgos respondió con varias transiciones de calidad que sin embargo, parecían insuficientes.

Así, a medida que se acercaba el pitido final, el partido ganó en intensidad y ocasiones y en apenas diez minutos se vio sobre el césped de El Plantío más juego ofensivo que en toda la segunda mitad. Mackay aún tuvo tiempo de sostener a su equipo con una gran atajada ante un mal despeje de un compañero y el Burgos pidió penalti por posible mano en una jugada embarullada en el área.

Y entonces, llegó el gol. En la que se antojaba como última jugada del encuentro, en pleno minuto 94, Sancris botaba con calidad un córner al punto de penalti y por allí aparecía David López, que echando mano de poderío físico clavó un cabezazo a la línea imparable, esta vez sí, para Mackay.

Un gol y una victoria que vale más de tres puntos, por el contexto, la ansiedad acumulada y el rival. Eso sí, el Burgos deberá seguir remando para ahuyentar fantasmas.