El Burgos CF se pierde en El Alcoraz

Saltó el Burgos al césped de El Alcoraz con las ausencias notables de Grego Sierra y Andy, fijos en los últimos choques, y con Juanma y Matos de nuevo en el banquillo en detrimento de Ernesto y Fran García. Calero, que volvió a apostar por defensa de tres centrales y dos carrileros, buscaba manejar el tempo del partido ante un Huesca que hasta la fecha no había respondido a las expectativas.

Sin embargo, al choque le faltó ritmo desde el primer minuto. Ni unos ni otros eran capaces de hilvanar su juego y los acercamientos a las áreas se podían contar con los dedos de una mano. Aún así, era el Huesca el que ofrecía mejores sensaciones sobre el verde ante un Burgos que prefirió contemporizar antes que presionar desde el ataque la salida del balón rival.

Los de Calero apostaban por las transiciones rápidas mientras el Huesca intentaba mascar algo más sus jugadas. En una de esas, Andrés pudo sorprender al cuadro blanquinegro, controlando por la derecha e internándose con cierta facilidad en el área para lanzar un disparo que acabó en córner. Unos minutos después, Pablo Martínez cabeceaba un buen centro de Poveda que también se marchaba a saque de esquina. Por su parte, la escasa aportación ofensiva del Burgos la puso sobre la mesa Guillermo, con un disparo lejano que se marchó fuera en el 15.

A medida que avanzaban los minutos, el Huesca ganaba metros, y a falta de un juego excelso, obligaba al Burgos a dar un paso atrás. En el 18, Elgezabal sacaba sobre la línea un remate del Huesca que ya iba camino del gol. Y tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo. En el 22, un córner mal defendido por el cuadro blanquinegro permitía a Pablo Martínez poner un balón en el segundo palo. Allí, la indecisión en la salida de Caro y la mala suerte se aliaron para que Miguel Rubio acabara conectando con la pelota y marcando en propia puerta.

El gol dio alas al cuadro altoaragonés, que a partir de entonces se hizo fuerte sobre el césped ante la apatía del Burgos CF. No es que el Huesca estuviera exhibiendo un gran fútbol, pero su superioridad sobre el cuadro burgalés estaba siendo suficientemente evidente como para no pasar apuros. Sólo Guillermo, que no llegó por centímetros a cabecear un buen centro de Fran García, hizo temer a la parroquia local, que vio cómo su equipo encadenaba hasta tres buenas ocasiones al filo del descanso sin obtener premio.

Buscó alternativas Calero tras el paso por vestuarios, dando entrada a Navarro en sustitución de Zabaco para apuntalar el centro del campo. Ya fuera por el cambio o por la charla en el descanso, lo cierto es que el Burgos dio un paso al frente en la segunda parte, adelantando sus líneas de presión y abriendo más el juego ante un Huesca que aceptó la nueva versión del cuadro blanquinegro.

Aún así, el conjunto local pudo poner el segundo en el marcador con sendas ocasiones de Timor y Mateu nada más regresar al verde, pero la falta de puntería en una ocasión y la intervención de Miguel Rubio en la otra lo impidieron.

El Burgos parecía hilvanar mejor su juego, pero aún pecaba de falta de profundidad e ideas. Calero echaba un vistazo al banquillo y daba entrada a Juanma, Malbasic y Matos para intentar revolucionar el choque en el 62. Y en parte lo consiguió. No en vano, el baile de cambios, al que también se sumó el conjunto dirigido por Xisco Muñoz, derivó en un partido mucho más abierto y dinámico en el que, sin embargo, el Huesca hizo más méritos para llevarse la victoria, sobre todo tras una triple ocasión clarísima que ni Mateu, ni Seoane ni Poveda acertaron a aprovechar.

Los minutos pasaban y los nervios arreciaban, tanto en el césped como en la grada. Y es que, el partido se calentó en los últimos compases, en los que pudo pasar de todo, incluidas varios acercamientos de cierto peligro de unos y otros y una subida de Caro al remate a la salida de un córner a falta de casi diez minutos.

Al final, en todo caso, el marcador no se movió. El Burgos regresa a las tierras del Cid de vacío y con la esperanza de recuperar la sonrisa el próximo fin de semana con una victoria que dejaría encarrilada la permanencia.