El Burgos CF asalta el liderato de Segunda tras conquistar el Gran Canaria

Los de García Pimienta amenazaron durante buena parte del encuentro la portería burgalesa con la calidad de Viera, Sandro y Moleiro, pero fue el Burgos quién terminó matando a la contra por medio de Curro tras la entrada de Artola y Bermejo.

Con los isleños volcados desesperados en la búsqueda de la igualada, la resiliencia del Burgos tuvo recompensa a través del incombustible Matos, que puso en bandeja a Mumo la sentencia del partido para aupar al conjunto blanquinegro a lo más alto de la clasificación.

Arrancaba el partido en el estadio Gran Canaria con García Pimienta dando una muestra del respeto que ha conseguido el Burgos esta temporada. El entrenador canario cambiaba su esquema habitual a los cinco defensas para buscar amplitud y abrir el entramado defensivo del cuadro blanquinegro.

Desde el primer minuto se dibujo el partido que a priori por el juego desplegado por ambos equipos se podría esperar con la UD Las Palmas monopolizando el balón y los de Calero cerrando espacios y buscando su momento para hacer daño.

Pero pronto dejo claro el Burgos que no le hace falta demasiado control del esférico para llevar peligro a la puerta defendida por Alvaro Valles. El campo ancho propuesto por el equipo 'pío-pío' lo aprovechaba el Burgos para salir al galope tras las recuperaciones o con balones largos directamente desde Caro.

Con este panorama, los primeros diez minutos de partido transcurrieron con una sucesión de transiciones rápidas visitantes y réplicas canarias más pausadas. Con las ideas claras pero sin mucho tránsito en zonas de peligro, el balón parado fue la llave para abrir la cuenta de ocasiones de gol en el partido. Y fue el Burgos el que abrió el candado.

Una falta desde el flanco derecho permitió a Curro poner con su zurda un centro fuerte a media altura y con rosca en una jugada ensayada que Atienza punteo entrando desde atrás y el meta canario repelió como pudo para evitar el primero del conjunto castellano.

El aviso llegó a los pupilos de García Pimienta, que metieron una marcha más a su juego para acular al Burgos en su campo. Los Viera, Pejiño y Benito Ramírez comenzaron a trenzar pases por dentro y Las Palmas empezó a encontrar los huecos entre las líneas defensivas blanquinegras.

En el minuto 19, Las Palmas golpeaba primero con una rápida combinación de calidad entre Pejiño y Jonathan Viera, que terminó batiendo por entre las piernas a Caro. La punta de la bota traicionó en esta ocasión al director del juego isleño, que cayó en un fuera de juego pitado por el asistente y confirmado por el VAR después para alivio de los visitantes.

A pesar de haberse anulado, el tanto animó aún más a los locales para buscar las grietas del muro burgalés. Los de García Pimienta las encontraron a través de la movilidad de sus jugadores de arriba, en especial del 9, Sandro Ramírez, que puso a prueba a Churripi Caro con varios disparos secos que encontró en varias ocasiones.

El conjunto canario intensificó el asedio ante un Burgos que defendía como gato panza arriba -como de costumbre- y acumulaba más despejes en su extensa cuenta para frustración tanto del respetable local como de sus jugadores, que veían como cualquier envío peligroso encontraba una pierna, cabeza o pecho blanquinegro en medio que evitaba su avance.

Tras resistir los constantes envítes del cuadro isleño, el Burgos se sacudió el dominio canario con varias llegadas sin concretar que, pese a no generar demasiada inquietud, alejaban el esférico del área burgalesa.

Así, con el Burgos encontrando aire en los balones largos y Las Palmas intentando coger desprevenida a la defensa blanquinegra, Ávalos Barrera indicó el camino de los vestuarios con todo por decidir en la segunda mitad.

Mismo guión de partido en la reanudación con el Burgos marcando un claro 5-4-1 en defensa, ordenado y compacto, y una UD Las Palmas con la idea de seguir percutiendo en la rocosa defensa burgalesa para poder batir a Caro.

Pero no todo era igual. Calero sacó el equipo dos pasos hacia adelante con la intención de achicarle espacio de juego a los de García Pimienta para contrarrestar las rápidas combinaciones de los jugadores canarios y evitar que el equipo se hundiese sobre el área de Caro.

El partido entró en una fase de igualdad en la que ambos equipos se anulaban con sus respectivos planteamientos y en la que los entrenadores comenzaron a mirar de reojo a los banquillos para agitar el avispero y conseguir una reacción en el equipo.

Pasada la hora de partido, Calero introdujo a Artola y Bermejo en el campo para refrescar la punta de ataque y lograr mayor movilidad en las transiciones rápidas del equipo. Y exactamente dos minutos tardó el Burgos en darle la razón a su entrenador.

En el minuto 64, la frescura de Bermejo y Artola armó una de las galopadas que tanto gustan a los blanquinegros trenzada y secundada por Curro, que también quiso sumarse a la fiesta.

Tras un rechace dentro del área previo centro desde la derecha, Matos, que acompañó la jugada desde la otra banda, cedió para que el 16 blanquinegro rematase con más corazón que contundencia un balón que, tras besar el larguero, entro en la portería canaria.

Sí señores, el Burgos se ponía líder de Segunda Divisón con el 1-1 que el Racing de Santander cosechada ante el Deportivo Alavés en los Campos de Sport de El Sardinero para delirio de la parroquía blanquinegra en la grada visitante del estadio de Gran Canaria.

García Pimienta replicaba desde la banda introduciendo a Moleiro y Vitolo para intentar responder al tanto visitante con rapidez. Las Palmas metió una marcha más y volvió a inclinar el campo hacia la meta de Caro. Pero Elgezabal, Córdoba y Grego Sierra no estaban por la labor de echar por tierra ese gol de otro anotado por Curro.

Una y otra vez, los canarios se veían emboscados dentro de los defensores blanquinegros y sin claridad para poder generar ocasiones y empatar el encuentro.

El talentoso Moleiro se hizo un hueco en el área en el 76 para, tras un rebote, poner a Viera en el mano a mano con un Caro que desvió con la mirada el chut ligeramente desviado a la derecha de la portería blanquinegra.

Volvía a asediar la UD Las Palmas que veía como se le escapaba el liderato y la imbatibilidad como local en el mismo partido. Aparecía de nuevo haciendo daño Moleiro al filo del minuto 80 con un remate colocado a la base del palo que se habría colado de encontrarse Caro bajo palos.

El hombre récord se sacó una parada antológica más para repeler el esférico fuera de las redes blanquinegras y sostener, como buen seguro de vida, la ventaja del Burgos en el partido.

Pero el caprichoso destino le tenía guardado a los de Calero un ascenso a lo más alto de la tabla con la épica que requiere el ser el primero en una competición como la categoría de plata del fútbol español.

El colegiado expulsaba a Artola por dos amarillas consecutivas en apenas cinco minutos para que los blanquinegros hiciesen el más difícil todavía en el estadio de Gran Canaria.

Con el minuto 90 cumplido y toda la UD Las Palmas volcada sobre la portería visitante, Matos, cuya fortaleza física desafió los límites humanos, robó la pelota en la línea divisoria para esprintar, chocar contra otro defensa isleño y ceder a Mumo la sentencia definitiva.

A la desesperada, Viera probó de nuevo la capacidad de Caro desde fuera del área con un trallazo teledirigido que el onubense, que por algo es leyenda a orillas del Arlanzón, despejase con un soberbio manotazo.

Con el cerrojo del meta blanquinegro bajo palos, los de Calero cerraron una victoria histórica con uno menos para conquistar la primera posición y, tras el empate babazorro en tierras cántabras, colocarse como líderes de Segunda División. El Burgos CF ya no se cuela en la fiesta porque, ahora, la fiesta es del Burgos.

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