El Burgos CF cae ante un insistente Eibar en una segunda parte gris

Pero el hueso a roer esta jornada era duro y no lo iba a poner fácil, como demostraron desde el pitido inicial. La SD Eibar, uno de los equipos que más alto presiona la salida del balón rival, propuso un juego asfixiante en las inmediaciones de Caro, por lo que Calero decidió salir con un 5-4-1 que dio buen resultado en buena parte del encuentro, pero que no sirvió para lograr la victoria y el liderato.

Los primeros minutos de tanteo no llevaron demasiado peligro a ninguna de las dos áreas, con ambos conjuntos 'agazapados' esperando la oportunidad de asestar la primera dentellada. El primer aviso llegó por parte de la escuadra dirigida por Gaizka Garitano. Era el minuto 12 del partido cuando Tejero puso en apuros a Caro. El lateral derecho condujo el balón en tres cuartos del terreno de juego y sacó un zurdazo desde fuera del área al palo largo que obligó al cancerbero onubense a tener que estirarse para sacar una mano salvadora.

La intensidad del encuentro obligó a Julián Calero a mover el banquillo en el minuto 25, cuando tuvo que dar entrada a Mourad sustituyendo a Álex Bermejo, que se retiró tras un encontronazo con Nolaskoain. El jugador armero protegió el balón con el codo-antebrazo y dio al delantero blanquinegro en la cara, que tuvo que retirarse con sangre en el rostro. El árbitro no sancionó la jugada como falta.

El Eibar, muy acostumbrado a jugar directo y a conducir la pelota rápido para llegar hasta la zona de ataque y cargar el área se vio maniatado por la tela de araña tejida por el Burgos CF, muy bien cerrado, que defendía bien el área y con Caro como último cerrojo a abrir.

Y sin embargo, el Burgos CF se encontraba muy cómodo sobre el césped. Sabedores de que el plan de partido iba como estaba previsto tuvieron la paciencia necesaria para aprovechar la oportunidad. Gaspar Campos recibió entonces el balón en zona ofensiva, recortó con una pausa que le permitió dejar a los dos defensas de Eibar clavados y desde el vértice del área soltó un zapatazo que coló por la escuadra izquierda de la portería defendida por Luca Zidane, que no pudo hacer nada por atajarla. Quinto gol de Gaspar Campos esta temporada con el Burgos CF.

La intensidad continuó en aumento aunque no se tradujo en ocasiones de peligro para ninguno de los dos conjuntos antes de que el árbitro pitase el final del tiempo reglamentario y mandar a ambos equipos al vestuario.

Tras la reanudación el partido comenzó vertiginoso. Quizás el Eibar, apremiado por la necesidad de marcar pronto, salió con un punto más de velocidad al campo, pero el Burgos no perdió la posición y siguió tejiendo la tela de araña que tan buenos resultados le dio en el primer periodo.

Curro y Gaspar siguieron haciendo diabluras cada vez que tuvieron balón y metros, creando la sensación de que estaba más cerca el segundo local que el primero visitante, a pesar de que el dominio del esférico era de los armeros que insistían en cercar a Caro.

Garitano, viendo que no lograba mover el marcador, hizo un triple cambio y entraron Rober Correa por Tejero, Imanol por Ríos Reina y Blanco Leschuk por Bautista en el minuto 62. Tres cambios hombre por hombre para buscar frescura en los suyos.

El Eibar comenzó a ganar terreno y a poder hacer su juego. Si en la primera mitad solo pudo poner 13 centros en el minuto 70 del encuentro ya había conseguido sumar 31. Esto hizo que la presencia de los hombres del Eibar se multiplicase en el área del Burgos CF y se tradujo en el empate armero.

Tras uno de los múltiples centros, el balón se fue a saque de córner, córner que botó Vadillo y al que Caro salió en falso. Quien fuera salvador en muchos partidos esta temporada falló en la salida y dejó el balón muerto en el área pequeña para que Stoichkov solo tuviera que empujarla.

El empate cayó como un jarro de agua fría en El Plantío y espoleó al equipo armero que buscó poner nerviosa a la zaga blanquinegra. Los visitantes se hicieron entonces con el dominio total del encuentro y buscaron con ahínco llegar de nuevo hasta Caro.

Y en el 87 encontraron el premio que tanto buscaron. Matheus Pereira envío picado el esférico que lo ganó Corpas la espalda de Córdoba para dejársela de cara para Blanco Leschuk, que definió en el mano a mano fácil batiendo a Caro y poniendo el 1-2 en el marcador.

En el último suspiro del encuentro los jugadores del Burgos reclamaron un penalti a Curro, al que Rober Correa traba la pierna derecha dentro del área y le hace caer, pero el colegiado consideró que el contacto no fue suficiente para decretar la pena máxima. La acción terminó con amarilla para el jugador blanquinegro.

Despues ya no hubo tiempo para más. El Burgos CF no pudo hacer mágia en los últimos segundos del encuentro como se ha acostumbrado esta temporada y visitará al Granada como segundo clasificado.