El Burgos aguanta el arreón y araña un punto en Tenerife

Gabriel de la Iglesia

Burgos

Sábado, 12 de abril 2025, 20:53 | Actualizado 21:40h.

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Garra, solvencia defensiva y unas buenas dosis de fortuna. El Burgos CF, que ahora mismo parece tocado por una varita, consiguió hoy arañar un más que sufrido empate en el Heliodoro Rodríguez López ante un necesitado Tenerife que se quedó con la miel en los labios después de que el árbitro de la contienda anulara dos goles a los hombres de Cervera en la recta final.

CD Tenerife

Edgar Badía; Mellot, Sergio González, León, David Rodríguez; Luismi Cruz, Bodiger (Fabio, min.61), Aitor Sanz, Waldo (Cantero, min.61); Diarra (Ángel, min.80), Enric Gallego.

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Burgos CF

Cantero; Arroyo, Aitor Córdoba, Grego Sierra, Florian; Atienza, Morante (Expósito, min.72); Ojeda (Borja Sánchez, min.72), Curro (David González, min.67), Íñigo Córdoba (Espiau, min.67); Fer Niño (Pipa, min.87).

• Goles: Sin goles.

• Árbitro: Orellana Cid (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Bodiger, Sergio González y Aitor Sanz por el Tenerife y a Curro, Ojeda, Florian Miguel, Atienza y Borja Sánchez por el Burgos. También expulsó a Salvi en el banquillo tinerfeño.

• Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de la Liga Hypermotion disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 15.891 espectadores.

Salió bien plantado el Burgos al césped del Heliodoro Rodríguez López. La ausencia por sanción de Álex Sancris supuso el retorno al once titular de Íñigo Córdoba por la banda zurda. En el perfil diestro también reaparecía Dani Ojeda, mientras Iván Morante se posicionaba junto a Atienza en el centro del campo.

Con esos tres cambios respecto al partido anterior, los de Ramis arrancaron con intensidad, con la línea adelantada y presionando bien la salida del balón rival. Sin embargo, aquella puesta en escena acabó diluyéndose a medida que pasaban los minutos. Y es que una vez superado ese estéril arreón inicial del Burgos, el cuadro blanquinegro bajó el bloque y el Tenerife asumió el control del choque.

No es que pasaran grandes apuros los de Ramis, muy seguros con dos líneas en apenas unos metros, pero fue el Tenerife el que más se asomó al área rival en un primer tiempo carente de ritmo e ideas por parte de ambos conjuntos.

Cantero apareció en el minuto 22 para sacar una mano espléndida en una jugada previamente anulada por fuera de juego, y Ojeda probó con un disparo muy tímido sobre Edgar Badía minutos después. Esa fue, de hecho, la única ocasión relativamente clara en el primer acto de un Burgos gris, incapaz de hilvanar una buena transición tras recuperar la pelota. Ni Arroyo ni Córdoba conseguían ganar línea de fondo y Fer Niño y Curro se desesperaban por momentos.

Mientras tanto, el Tenerife, falto también de acierto, se acercó en varias ocasiones al área de Cantero. José León cabeceaba muy desviado un saque de esquina y Bodiger probaba minutos después con un disparo lejano que se marchó a las nubes de Tenerife.

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A pesar de estar acechando el área rival, los hombres de Cervera no conseguían dar con la tecla ante un Burgos excelso en labores defensivas, más allá de algún error puntual. El que más cerca estuvo de encontrar premio fue Luismi, que en el 38 recibía muy bien posicionado en el balcón del área chica y cruzaba demasiado ante la salida de Cantero.

El Burgos respiraba y enfilaba el camino a vestuarios con la necesidad de proponer algo más si quería meter el miedo en el cuerpo al Tenerife. Y lo cierto es que en los primeros compases de la segunda mitad el partido se animó. No se había disputado todavía un minuto cuando Íñigo Córdoba cabeceaba un gran centro de Arroyo al segundo palo que se marchaba alto por muy poco.

La réplica del Tenerife llegó de manera inmediata, con una doble ocasión a la salida de un córner que la defensa del Burgos sacó con muchísima garra. Imperial Grego Sierra yendo abajo con todo.

El partido transitaba ya por un escenario muy diferente al de la primera mitad, con un Burgos mucho más largo e incisivo que a punto estuvo de encontrar el premio del gol en una magnífica jugada de Fer Niño. El delantero blanquinegro se zafaba con maestría y algo de fortuna de su par al borde del área y se plantaba sólo ante Edgar Badía, que le ganaba en el mano a mano para sostener a su equipo.

Aquella ocasión terminó por desatar la locura sobre el césped. Los dos equipos se estiraron y se lanzaron al ataque en un toma y daca en el que el Tenerife parecía estar más cómodo. En el 64 Enric Gallego mandaba al poste un increíble despeje de Cantero y el árbitro anulaba por fuera de juego un gol de Diarra en el 68. Un gol que, por cierto, llegó tras otra espectacular acción de Cantero.

Ramis movía el avispero y daba entrada a Borja Sánchez, Expósito, David González y Edu Espiau para apostar por un sistema con doble punta para encarar unos últimos minutos. Unos últimos minutos que acabaron siendo una auténtica locura.

El Burgos, que para entonces parecía más interesado en guardar la ropa y no perder un punto que en arriesgar para ganar tres, tuvo que echar el resto para frenar el arreón de un Tenerife al que el empate no le servía para nada.

Un Tenerife que, de hecho, se llegó a ver de nuevo con la victoria en sus manos en la recta final con un lanzamiento de falta de Luismi que Ander Cantero, imbatible hasta ese momento, se comió. El balón, que no había tocado nadie, acabó en el fondo de la red, pero la sala VOR llamaba al colegiado para su revisión por un posible fuera de juego posicional. El árbitro comprobaba las imágenes y, efectivamente, anulaba el gol en una decisión muy, pero que muy discutida por el Heliodoro Rodríguez López.

El Tenerife se desesperaba, pero no tiraba la toalla y en el descuento -de 12 minutos- se volcaba de nuevo sobre el área del Burgos. Tanto que, en una de las últimas jugadas del encuentro, pudo acabar llevándose el premio, pero el enésimo centro de Luismi no encontraba rematador y el balón se escapaba por apenas unos centímetros.

Al final, el Burgos consiguió sobreponerse a los nervios y la rabia del cuadro local para sumar un punto más que le permite alcanzar los 50 puntos y seguir mirando hacia arriba.