El Athletic Club de Bilbao impuso su categoría en la fiesta del centenario del Burgos CF en un partido donde dos tantos de un inspirado Guruzeta y otro de Raúl García en la tormenta ofensiva desatada por los rojiblancos en los primeros minutos de la ... segunda mitad tumbaron las esperanzas blanquinegras.
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Los de Calero supieron igualar fuerzas frente al cuarto clasificado de Primera División en los 45 minutos iniciales pese al tanto en contra y se descentraron tras los cambios en el descanso para empujar sin el premio del gol en un último cuarto de hora de encuentro festivo en las gradas de El Plantío pese al resultado.
Arrancaba el plato fuerte de la fiesta del centenario del Burgos CF con el pausado ritmo habitual de los partidos amistosos después de la emotividad del himno de la ciudad y la emoción de los reencuentros entre muchos de los protagonistas de la historia de la entidad blanquinegra.
Todo ello quedaba atrás para dar paso al fútbol con la sorpresa en la equipación especial para la ocasión que lucían los de Julián Calero y las bajas de Ander Herrera, Balenciaga y Berenguer por lesión y la ausencia de los mundialistas para los de Ernesto Valverde.
Burgos CF
Dani Barrio, Fran García (min. 46 Matos), Zabaco (min. 60 Grego Sierra), Atienza (min. 46 Del Cerro), Raúl Navarro (min. 46 Marcos Gil) , Artola (min. 46 Mourad), Álex Bermejo (min. 60 Curro Sánchez), Aitor Córdoba (min. 46 Tito), Areso (min. 46 Borja González), Saúl Berjón (min. 60 Valcarce) y Mumo (min. 46 Lópz-Pinto)
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Athletic Club de Bilbao
Agirrezabalaga, Yuri Berchiche, Íñigo Martínez, Yeray, Ó. De Marcos, Zarraga (min. 64 Jon Cabo), Vesga (min. 72 Dani García), Guruzeta, O. Sancet, Morcillo (min. 46 Muniain) y Raúl García (min. 64 Villalibre)
Goles 0-1, min. 3, Guruzeta; 0-2, min. 49, Guruzeta y 0-3, min. 59, Raúl García
Árbitro Pizarro Gómez (Cté madrileño). No amonestó a ningún jugador
Tres minutos tardó el Athletic en imponer su calidad de Primera en El Plantío ante la tibieza de la defensa burgalesa. Un balón largo hacia Raúl García fue suficiente para que el incombustible delantero navarro cediese atrás para la llegada de Gorka Guruzeta.
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Con el balón franco en el pico izquierdo del área burgalesa, El guipuzcoano no se lo pensó dos veces y soltó un zapatazo inapelable que se coló en las redes locales por la esquina inferior izquierda del meta burgalés.
Abierto el marcador, el Burgos despertó e igualó la intensidad de los visitantes para disputarle, con sus armas, el partido a los rojiblancos. Los de Calero, con el guión habitual, cedieron el balón a los de Valverde y se compactaron en defensa para dificultar el avance visitante.
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Con el paso de los minutos, el cuadro blanquinegro cogió confianza y cambió paulatinamente el encuentro para llevarlo a su terreno, el de las transiciones rápidas, sin sufrir demasiado atrás. Apenas un par de tiros lejanos de Vesga y Morcillo sumaron los bilbaínos a su haber ofensivo en los primeros veinte minutos de partido.
La producción blanquinegra la asumió Mumo, que cogió el timón de los contraataques castellanos para gestionarlos en velocidad o frenando para cuajar una posesión más larga con la que descansar y salir de su campo.
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La media hora de partido confirmó el total equilibrio en el encuentro. Los de Ernesto Valverde lo intentaban sin demasiado ímpetu por medio, sobretodo, de los disparos de Morcillo y los desmarques y el trabajo de Raúl García.
Por su parte, los de Calero dieron un paso hacia adelante y comenzaron a apretar la salida de balón de los vascos para recuperar lo antes posible. De esta manera, el Burgos dispuso de un par de balones que no consiguió concretar en acciones de peligro sobre la portería de Agirrezabalaga.
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Con la alternancia de ataques sin concretar, el partido se fue encaminando al minuto 45 en el que Pizarro Gómez indicó el camino de los vestuarios y dejaba a Calero dando vueltas sobre la manera de revertir el temprano gol de los vizcaínos.
La reanudación trajo consigo un carrusel de cambios. El Burgos dio entrada a varios canteranos y a jugadores de la primera plantilla que habían sido suplentes como Mourad, Borja González o Matos.
Valverde solo realizó una modificación dando entrada a Muniain por Jon Morcillo, una de los más activos en ataque de la primera parte para los rojiblancos. Y le salió bien.
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El cuadro vasco aumentó la intensidad en los primeros minutos de la segunda mitad y aculaba a un Burgos que aún se ordenaba tras los siete cambios introducidos por Calero.
Con el mismo protagonista y casi minuto que en el inicio del choque, un despeje de la zaga castellana fue devuelto por Yeray con un pelotazo que, tras un excelso control de Guruzeta, se convirtió en el segundo del partido en el minuto 49 para los de Valverde ante las enérgicas protestas burgalesas que pedían fuera de juego del '12' del Athletic.
Muniain y Sancet movían el fútbol de los visitantes ante un cuadro burgalés que no conseguía sacudirse el acoso. La insistencia volvió a tener premio en el 59 para los vascos tras un saque de esquina desde la izquierda peinado en el primer palo por Yeray y cazado por Raúl García en el área pequeña para sumar el tercero en la cuenta vizcaína.
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Tras la tormenta ofensiva, Calero decidió mover el banquillo y dar entrada a Valcarce, Curro y Grego Sierra para tratar de asentar el partido y equilibrar el caudal futbolístico desplegado por los de Ernesto Valverde.
Pero el Athletic estaba disfrutando en la fiesta blanquinegra y los cambios tuvieron un efecto efervescente breve en el juego burgalés. Pasada la hora de partido, el balón seguía siendo rojiblanco y a través de él, el cuadro vaso continuaba siendo el protagonista del encuentro.
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El 'búfalo' Villalibre tuvo el cuarto en una jugada trenzada desde la derecha por los bilbaínos pero, a puerta vacía, no logró conectar el remate. Los minutos dieron el temple necesario a los locales para arrebatar en varias ocasiones el esférico al rival y pisar campo contrario, aunque sin continuidad.
Ya a medio gas y con el partido encarrilado, los de Valverde bajaron el ritmo, lo que permitió a los blanquinegros igualar el choque y dificultar las acciones ofensivas rojiblancas.
Con el último cuarto de hora del partido rebasado en el cronómetro, el Burgos encontró su mejor ocasión del encuentro en las botas de Borja González, que se incorporó con confianza al ataque y cazó un balón a media altura con potencia en una volea que salió lamiendo el poste derecho de la portería vasca.
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La entrada de Mourad dio una referencia sobre la que salir al conjunto burgalés y, a partir de él, los de Calero comenzaron a trenzar jugadas en tres cuartos de campo vizcaíno con la clase de Valcarce como hilo conductor.
Sin peligro en las áreas pese al empuje final del Burgos, el choque fue languideciendo con las gradas de El Plantío animando y haciendo la ola pese al resultado para celebrar los cien años del fútbol burgalés y la buena salud de la que goza y expone el club blanquinegro, de momento, en Segunda División.
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