«Si no se hubiera ascendido, la situación hubiese sido muy crítica»

Y a eso se ha dedicado Martínez en los dos meses y medio que lleva en el club. Dos meses en los que, junto a los consejeros del grupo Yucón, los asesores legales y económicos del club y los responsables de La Liga, ha intentado poner orden en el Burgos CF. Y no ha sido fácil.

¿Cómo le convencieron los miembros de Yucón para unirse al proyecto del Burgos CF?

Cuando el club ascendió, yo todavía estaba en La Liga y nos pusimos en contacto con ellos para empezar a trabajar en el presupuesto y plantear el límite salarial. En aquel momento todavía estaban los Caselli, pero un día me llamaron los actuales consejeros para explicarme que los argentinos todavía no habían movido nada y que necesitaban a alguien que conociera los entresijos de todo esto. En un primer momento, me preguntaron si conocía a alguien de ese perfil y eso se convirtió en un ofrecimiento. Básicamente les dije que si llegábamos a un acuerdo, yo podría estar interesado. Llevaba ya cinco años ya en La Liga, en el mismo puesto, y en ese momento vi la oportunidad de buscar un nuevo reto profesional y seguir creciendo.

¿Qué club se encontró cuando llegó en julio?

Los primeros días fueron muy complicados, porque aunque ya sabía muchas cosas, desconocía las tripas del club. Esos días fueron una auténtica avalancha de cifras, contratos, impagos y deudas, muchas de ellas a muy corto plazo. El gran problema que tenía el club en ese momento era de liquidez. No tenía dinero ni ingresos y a muy corto plazo tenía que pagar una enorme cantidad de dinero. A partir de ahí, junto con el auditor, pusimos las cifras un poco en orden y empezamos a renegociar muchas de esas deudas para intentar conseguir aplazamientos y otros acuerdos que nos dieran aire. Con los proveedores ha sido relativamente sencillo.

Además, el club tenía deudas con jugadores, denuncias en AFE y en FIFA e impagos con Hacienda y con la Seguridad Social. Tampoco se habían reservado los 500.000 euros necesarios para inscribirte en La Liga, etcétera. Toda esa situación hubo que corregirla poco a poco.

Aún así, la situación se recondujo y el Burgos CF ratificó el ascenso.

En ese momento, el club no tenía ningún ingreso, por lo que el esfuerzo que hicieron los inversores, sobre todo en el mes de julio, sumado a los primeros días de campaña de abonados, nos sirvieron para ir pagando todo eso. El 2 de agosto conseguimos inscribirnos en La Liga y el día 15 conseguimos jugar el primer partido con todos los jugadores inscritos, algo que nos costó Dios y ayuda, por cierto. Estuvimos una semana llamando a la FIFA y a clubes brasileños con los que teníamos deudas por jugadores brasileños que yo desconocía que habían pisado tierras burgalesas. Fue una auténtica locura, pero conseguimos sacarlo adelante.

¿Cómo delicada era la situación? ¿Se corrió riesgo real de desaparición?

La situación era muy delicada. De hecho, si no se hubiera ascendido, la situación hubiese sido muy crítica. En ese escenario, la opción más lógica hubiese sido el concurso voluntario de acreedores por parte de los consejeros. Sin embargo, con el ascenso deportivo, el escenario cambió. Obviamente, con recursos propios, el club no hubiese podido inscribirse en Segunda División, pero el esfuerzo económico del grupo Yucón permitió sacarlo todo adelante.

¿Y cómo de delicada es la situación ahora?

La deuda sigue siendo alta. Se ha ido renegociando todo y se está pagando poco a poco. La última sorpresa fue la del embargo derivado del cese de Traversone. Después de todo lo que hemos visto, no creo que nos encontremos nada más y, en principio, todo está ya encauzado, pero nunca puedes decir de esta agua no beberé. Ahora, en todo caso, tenemos que hacer un análisis exhaustivo de la tesorería y estudiar cómo van a entrar los ingresos del proyecto de La Liga Impulsa de CVC, que será una cantidad importante. A ver cómo lo metemos en la coctelera y podemos hacer frente a todos los pagos que tenemos que hacer a lo largo de la temporada.

De momento, sabemos más o menos los gastos e ingresos que vamos a tener. El martes que viene se publicará el límite salarial. Seremos de los más bajos porque somos recién ascendidos y tenemos una mochila bastante importante. También los ingresos los tenemos calculados, aunque dependemos hasta cierto punto de si vamos a poder meter a más o menos gente en el estadio y de si vamos a poder vender entradas.

Lo que está claro es que hemos tratado de usar lo mínimo. No podemos tirar la casa por la ventana. Tenemos que ir con pies de plomo y actuar con sentido común, intentar hacer las cosas bien. De momento, deportivamente estamos compitiendo y estamos muy satisfechos.

¿A cuánto asciende la deuda actual?

A 30 de junio, la deuda era de unos 10 millones de euros.

¿Qué otras sorpresas se han encontrado además de la del finiquito de Traversone?

(Suspiro) Quizá el asunto más llamativo sea lo del patrocinador. Recuerdo que cuando llegaron los argentinos, mi padre me comentó desde Burgos que habían conseguido un patrocinador de 800.000 euros, una cifra que se antojaban imposible para la categoría. Ese dinero no se cobró, pero existe un contrato. Estamos valorando, con nuestros asesores legales, si existe la posibilidad de poder denunciar o reclamar. Luego había contratos con jugadores con cifras de Segunda División en Segunda B. Todo eso es una mochila que se ha ido cargando. En la temporada 19-20 se perdieron más de 3 millones de euros y en la 20-21 se han perdido más de cinco. Esa situación era insostenible.

¿La viabilidad del club depende de la permanencia en Segunda División?

No. Pero no es un 'no' rotundo. La verdad es que sería complicado. Habría que amoldarse a la nueva situación, pero hay que tener en cuenta que una vez que has estado en Segunda División, al menos para el primer año, cuentas con una ayuda por el descenso y te devuelven la participación contable que hayas aportado a lo largo de la temporada. Estaríamos hablando de unos 2.250.000 euros. Ese dinero, sumado a lo que se pueda generar en la Primera RFEF, daría para sacar el club, aunque habría que hacer muchos cambios para ajustarse a la realidad. Para el segundo año, sin esas ayudas, habría que ver en qué situación nos encontraríamos.

¿Qué limite salarial se esperan?

Prefiero esperar a verlo antes de aventurarme. Obviamente, tenemos un cálculo y por supuesto que lo cumpliremos. Estamos cumpliendo con las cifras de ingresos que plantamos en su día a La Liga y tendremos margen para el mercado de invierno si vemos que es necesario.

¿Qué áreas del club necesitan mayor profesionalización?

Cuando llegué, la mayoría de la plantilla de empleados que trajeron los argentinos ya habían salido del club o han ido saliendo en estos meses. La plantilla de personal no deportivo creo que era excesiva. En muchos casos, no se sabía muy bien cuál era la función de cada uno y un club necesita contar con gente que conozca el sector. Por ejemplo, hemos incorporado a Irene García, que conocía todo el reglamento de televisión y de marketing desde un club recién ascendido como el Logroñés, hemos completado el departamento de marketing y hemos contratado a un responsable de las infraestructuras del estadio, algo que considerábamos necesario. En todo caso, me da la sensación de que ahora, con menos gente en las oficinas, estamos haciendo más cosas que las que se hacían años atrás.

Uno de los mayores quebraderos de cabeza estos meses ha sido El Plantío, ¿no?

Sí, ha sido complicado sacar adelante las reformas, pero también muy gratificante comprobar que la gente ha apreciado los esfuerzos. Ha sido una inversión importante y hemos ido a contrarreloj, pero el resultado es muy satisfactorio, aunque todavía estamos haciendo cosas. Lo más importante ha sido adaptar el estadio a las retransmisiones de televisión, con la cabina central y la plataforma para la cámara central. También se ha limpiado y pintado todo el interior y el exterior del estadio, se han mejorado los accesos por los vomitorios y se ha hecho una obra importante en la zona de los vestuarios, porque había que poner varias salas para el director del partido, los árbitros o el control antidoping. Y luego, por supuesto, el césped, que ha sido una auténtica locura, entre otras cosas porque no sabíamos qué nos íbamos a encontrar debajo. Al final, lo cierto es que la meteorología se ha portado y los trabajadores han hecho un trabajo excelente para llegar a tiempo.

¿Cuánto ha tenido que invertir el club sólo en el estadio?

Estamos cerca del millón y medio entre las diferentes obras. Lo más caro ha sido el césped.

¿Qué falta por hacer?

Nos faltan algunos detalles menores. De momento, La Liga está muy contenta con lo que hemos hecho y nos han puesto de ejemplo para muchos clubes.

¿Y a medio plazo, qué exigencias en infraestructuras tienen sobre la mesa?

Lo más importante es la iluminación. Ahora mismo tenemos un año de carencia, pero el año que viene habrá que hacer un esfuerzo para mejorarla. También habrá que mejorar los accesos y tendremos que implantar el sistema AVET, que es el que funciona con La Liga, e implantar el UCO. De momento, en los informes de los primeros partidos no hemos tenido sanciones en cuanto a reglamento de televisiones, condiciones del estadio y demás, pero, por ejemplo, tenemos que mejorar algunas publicidades. Son cosas menores, pero hay que ir afinándolas.

¿La concesión del estadio está envenenada?

No, ni mucho menos. Pero sí que es cierto que nos gustaría que las instalaciones estuvieran mínimante adecuadas para poder explotarlas. Nos cuesta más la obra para poder explotar un local en los bajos de Lateral y Fondo que lo que podríamos sacar con su explotación. Eso es lo que pedimos. Pero esa es una cuestión entre los consejeros y el Ayuntamiento.

En todo caso, el modelo de concesión pública se va implantando en el mundo del fútbol.

Sí, a excepción de unos pocos clubes que tienen el estadio en propiedad, el resto está apostando por concesiones a largo plazo. Esa fórmula da la posibilidad de poderlo explotar, no solo el día del partido, sino durante todo el año, y puedes dar vida al estadio. Si la concesión sigue adelante, sería perfecto, pero para poder sacarla rendimiento, necesitamos que haya unas condiciones mínimas, y en algunas partes del estadio no las hay, pero insisto, este es un tema que están tratando directamente los consejeros con el Ayuntamiento.

Una vez solucionados todos los problemas del club a corto plazo, ¿cuál es el plan a largo plazo?

Estamos precisamente en ese momento. Necesitamos analizar todas las opciones que tenemos y ver hacia donde tiramos. Ya hemos ido comentando propuestas y tenemos varias ideas que tenemos que ir concretando, sobre todo aprovechando el acuerdo de La Liga Impulsa (CVC). En este sentido, parece que este ha sido el mejor momento para ascender, ya que podremos contar con un dinero extra. Sobre la mesa está la posibilidad de hacer la tribuna nueva y la de invertir en la ciudad deportiva, ya sea en Castañares de la mano del Promesas o en otra ubicación diferente. Luego, en la trasera del Fondo Sur está la Corrala...

Estaba.

Cierto. Estaba. Tenemos que valorar qué hacer allí. Quizá se pueda plantear hacer un aparcamiento subterráneo y encima un centro deportivo con gimnasio y sala de recuperación para que los jugadores puedan usarlo en invierno. En definitiva, tenemos varias ideas y en breve tendremos que ponernos seriamente a ello, sobre todo porque con el proyecto de CVC, La Liga nos va a pedir dentro de poco conocer la idea del club. De hecho, seguramente nos ayudarán a decidir en función de la situación en la que estamos.

¿Cómo impacta al club el convenio con el Promesas más allá del ámbito deportivo?

Es una contraprestación de servicios. Para nosotros no supone un gasto, sino una inversión. Estamos colaborando con ellos, pero también estamos usando sus instalaciones, tanto el primer equipo como el División de Honor. Al final es un contrato en el que cada uno pone su parte. En nuestro caso, aportamos una cantidad económica para mantener al equipo en Segunda RFEF y que consiga los objetivos comunes. Este es un barco en el que todos tenemos que remar en la misma dirección