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Llegaba el Burgos a Villarreal con el poso de ser el único equipo imbatido de todas las grandes ligas europeas, un récord que le había permitido colarse en la 'fiesta' de la zona noble a pesar de su escaso rendimiento goleador. Quedaba por ver si el equilibrio defensivo desplegado por los de Calero iba a ser suficiente como para contrarrestar el juego del único filial de la categoría, caracterizado por protagonizar partidos abiertos y de muchas alternativas. La clave, sin duda, residía en quién iba a ser capaz de imponer su estilo.

Y lo cierto es que hubo pelea por conseguirlo en un inicio de partido vistoso, de ida y vuelta, pero sin un dueño claro de la pelota. El Villarreal, que en su feudo está mostrando una magnífica imagen, saltó al terreno de juego sin complejos, proponiendo transiciones vertiginosas y un juego muy vertical ante un Burgos CF muy bien plantado en todas sus líneas. Los de Calero volvieron a exhibir su orden táctico, juntando líneas ante los ataques estáticos rivales y taponando espacios a campo abierto.

En ese contexto, el trabajo de Atienza y Navarro, dueños del centro del campo burgalés en detrimento de Elgezabal, que regresó al eje de la zaga en ausencia de Grego Sierra, fue fundamental para frenar el ímpetu local.

Aún así, el Villarreal protagonizó varios acercamientos de peligro en los primeros compases. Tiago, Arana y Tasende pisaron área en varios momentos, obligando a Caro a intervenir para incrementar su particular récord de imbatibilidad.

En todo caso, el partido estaba lejos de estar dominado por el filial grogueta. Ni mucho menos. El orden táctico del Burgos le permitió imponer su idea a medida que avanzaban los minutos, poniendo pausa al choque y buscando con insistencia a los hombres de tres cuartos.

Borja González probaba fortuna con un zurdazo seco desde la esquina del área que se marchaba alta por poco. Minutos después era Bermejo quien lo intentaba con otro gran disparo desde la frontal que también salía desviado. Y más tarde, Artola, que regresaba a la titularidad, mandaba a las nubes un cabezazo llegando con todo desde atrás.

El partido no tenía dueño, aunque transitaba por un escenario táctico, en el que el Burgos se mueve como pez en el agua. Y es que, por mucho que el Villarreal lo intentara, el filial grogueta se estrellaba una y otra vez contra un muro.

Y los minutos seguían pasando sin que ni unos ni otros consiguieran dar el paso definitivo. Curro y Artola volvieron a probar con sendos disparos desviados desde la frontal, mientras Mbacke y Niño hacían lo propio, poniendo a prueba el temple de Caro, magnífico en todas las acciones en las que tuvo que intervenir.

El cero a cero que tan habitual está siendo esta temporada para el Burgos iluminaba el electrónico cuando el árbitro señaló el camino a vestuarios. Los de Calero estaban cómodos sobre el terreno de juego, pero necesitaban dar un paso más para poder firmar la que sería su tercera victoria de la temporada.

Un paso que al cuadro burgalés le volvió a costar un mundo tras el descanso. De hecho, poco o nada cambió el guión del choque en la segunda mitad, en la que orden defensivo se impuso a la creatividad en ambos bandos. Eso sí, fue el Burgos el que más área pisó. Nada más regresar al terreno de juego, Bermejo protestó por un codazo rival dentro del área que el árbitro no observó. El propio Bermejo probaba minutos después con un disparo mordido, y Fran García tomaba el testigo con una gran volea en el segundo palo que se estrellaba en el lateral de la red, mientras el Villarreal no conseguía desenmarañar la defensa blanquinegra.

Miguel Álvarez y Julián Calero movían el banquillo buscando romper un partido muy cerrado. La entrada de Valcarce y Gaspar dieron un aire ligeramente más fresco al ataque blanquinegro, protagonizando las mejores ocasiones del segundo tiempo. La más clara, sin duda, la firmó Gaspar, llegando en segunda línea y rematando con violencia una pelota que se estrelló en el poste. Pero ni con esas.

Tampoco consiguió el premio del gol el Villarreal, que a medida que pasaban los minutos fue perdiendo fuelle, pero que tuvo en las botas de Leal el gol en el último suspiro. El lateral, que había entrado en el segundo tiempo, ganaba la espalda de su par en el palo largo y se plantaba ante Caro, rematando fuera y salvando un punto para el Burgos CF.

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