Vuelve el mercado de Los Carros

Y es que, la situación sigue obligando a tomar medidas excepcionales para controlar el aforo, minimizar el contacto ciudadano y extremar las medidas higiénicas, empezando por el cierre físico del espacio del mercado, que esta mañana ha amanecido completamente vallado para controlar las entradas y salidas de los clientes, que se han organizado en dos únicos puntos.

A partir de ahí, se ha desplegado un protocolo sanitario basado, fundamentalmente, en el distanciamiento social. Sendos circuitos marcados en el suelo guiaban a los clientes hacia los diferentes puestos, más separados entre sí de lo habitual y con sólo dos metros de 'escaparate'. Asimismo, en cada puesto sólo se permite ahora la presencia de un vendedor a la vez y se ha de garantizar la presencia de desinfectante.

Todas esas medidas, condicionan, sin duda, la actividad. Pero lo importante es que por fin se dan las condiciones necesarias para que el tradicional mercado, que hace un par de años tuvo que abandonar su histórica ubicación en el aparcamiento de El Plantío, pueda volver a abrir.

Así lo valoraban los clientes, que a primera hora de la mañana ya hacían cola en fila de a uno para poder acceder al recinto. Y así lo valoraban los responsables de los puestos, que esperaban con ansia la vuelta al trabajo. Ese es el caso de Teófilo, de Viveros Teofi, quien eso sí, reconoce que el golpe ya ha sido tremendo.

Y es que, en su caso, «la campaña está perdida», ya que se dedica a la multiplicación de plantas. «Nuestros meses buenos son abril y mayo», que es cuando la gente planta hortalizas y flores. Sin embargo, la pandemia se ha llevado por delante casi toda su actividad, ya que no han podido vender ni en mercadillos ni casi en las instalaciones de Melgar. «Intentamos poner venta telemática, pero al final, hemos perdido el 85% de la ventas de este año». «Esperamos que para Los Santos, que también es una buena época para la venta de flores cortadas, podamos trabajar», apostilla.

Con todo, en esta primera jornada, en la que la meteorología ha invitado al paseo matutino, los puestos de venta de semilleros y brotes han sido los más demandados, mientras otros, dedicados a las hortalizas y frutas, han despachado a sus clientes con más alivio, aunque sin parar.

Ese es el caso Paco, otro habitual del mercadillo de Burgos llegado desde Aranda. A diferencia de Teófilo, él sí que ha podido «salvar los muebles» estas semanas, aunque sea parcialmente, vendiendo su producción de frutas en otros puntos. «Teníamos ganas de volver, aunque de momento es muy incómodo trabajar con estas medidas de seguridad».

Eso sí, el propio Paco insiste en la necesidad de tomar esas medidas. «Hasta que no se acabe todo esto, es lo que hay». De hecho, subraya, la reapertura «se ha hecho bien en Burgos, con distancias entre puestos y control de clientes», mientras que en otros lugares, como Aranda de Duero, «no se están tomando medidas» efectivas. Al menos de momento.

Con todo, Paco, al igual que el resto de vendedores y clientes, confía en que la normalidad vaya instaurándose poco a poco en las próximas semanas. Mientras tanto, habrá que mantener las medidas de seguridad.