El legionario español, en Burgos: «Tengo que volver a nacer para olvidar lo que he visto y vivido»

Juan, el exlegionario español al que Zelenski ha nombrado Héroe de Ucrania, ha ofrecido su testimonio con el lenguaje directo, sin filtros, y la sinceridad que lo caracterizan. Así, no se corta al recordar los riesgos que lleva aparejados esta guerra, unos riesgos que no se esquivan con la diplomacia, por la que abogan algunas fuerzas políticas.

«Yo de política no entiendo», afirma, pero «con diplomacia no se arregla nada, se arrega con el susto». Y pone como ejemplo la Segunda Guerra Mundial y las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaky, recordando que en Zaporiyia se encuentra la central nuclear más grande Europa. Qué pasaría si vuelve a manos ucranianas y caen dos drones kamikazes, se pregunta.

«Tenemos que llegar a eso», a «una matanza brutal, una explosión nuclear, una bomba nuclear», a matar millones de personas para que se firme la paz, insiste en preguntar. Tiene que haber otra salida, pero sin olvidar, apunta Juan, que Ucrania lucha por recuperar lo que es suyo. «Ucrania no quiere devolver nada porque nada es de Rusia», asevera, y por eso el presidente Zelenski sigue en Ucrania.

Ver cómo, al principio del conflicto, los padres mandaban a las niñas y los niños pequeños a la frontera, caminando kilómetros y kilómetros solos, expuestos a cualquier tipo de abuso, fue lo que le movió para decidirse a ir a Ucrania. «Hubo un revuelo y no me gustó. Me dije, tengo que ir a ayudar», cogió el petate y se sumó a un ballatón de voluntarios ucranianos.

Durante este año ha estado con diferentes batallones; se ha convertido en el primer extranjero en forma parte del ejército ucraniano, al que estuvo instruyendo durante veinte días; estuvo gravemente herido, en coma varios días y casi le dieron por muerto (su batallón encargó una gran fotografía suya para homenajearlo). «Tuve mucha suerte, suerte de estar vivo», admite«.

Y luego conoció a Zelenski, quien le ha entregado la Orden del Valor (que se suma a otras cuatro medallas del ejército que le han sido concedidas) y le ha nombrado hérone nacional. Sin embargo, nada de esto podrá hacer que se borren todas las imágenes que, día tras día, ha ido acumulando. «Lo que he visto y he vivido, yo tengo que volve a nacer para olvidarlo. No es tan fácil», apunta.

Por eso habla como habla, con una ligereza y una naturalidad que lo son solo en apareciencia. Por eso, ha acatado la orden de volver a España, a descansar. Sabe que para su pierda es fundamental, «porque si no voy a perderla». Pero admite que no está siendo fácil. «Se deja mucho atrás; es un año. El vínculo que se crea allí es muy fuerte».