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Los resultados no han estado a la altura de las expectativas generadas. Tras un magnífico inicio de año, con datos de visitas y pernoctaciones muy por encima de los registrados en la misma época el año pasado, el sector turístico de Burgos está a ... punto de cerrar un verano «más flojo» de lo esperado.
Así de hecho lo demuestran los datos oficiales de julio, que apuntan a un descenso del 6,36 % del volumen de pernoctaciones en la provincia (140.493) respecto al mismo mes de 2022. Una caída que en el caso de la capital se contiene al 3 % pero que, en todo caso, refleja una dinámica contraria a la observada en otros puntos del territorio nacional.
El portavoz de la patronal de los hoteles de Burgos, Luis Mata, reconoce que los últimos meses no han estado a la altura de lo que se preveía tras los buenos datos cosechados en marzo, abril y mayo. «Aunque teníamos muy buenas perspectivas por el ritmo de reservas, a partir de junio vimos que las pernoctaciones empezaban a flojear». Y a partir de ahí, los meses de julio y agosto tampoco han respondido a la expectativas de los hoteleros, afirma Mata.
En este sentido, el portavoz del colectivo reconoce que «el interior no ha funcionado tan bien como la costa este año». Además, las olas de calor de agosto no han ayudado, a su juicio, a que el sector se mueva en plazas como Burgos.
En todo caso, abunda, esos factores no explican por sí mismos la caída de los datos, ya que otras provincias del entorno, como Salamanca o Palencia han mejorado el volumen de pernoctaciones, y la caída en el resto no ha sido tan pronunciada como en Burgos. «Quizá falta promoción» y, sobre todo, «mejorar las comunicaciones». Y es que, a juicio de Mata, «nos están dejando al margen» de los grandes corredores que tanto han aportado a la provincia en el pasado.
Sea como fuere, la caída de los datos turísticos también han afectado al resto del sector hostelero, tal y como reconoce su portavoz, Enrique Seco. «La mitad de junio y julio no han sido especialmente buenos. Calculamos que la facturación puede haber caído alrededor de un 8 % respecto al año pasado. Y si a eso le sumamos el incremento de los costes, podemos hablar de una caída de los beneficios del 15 o el 16 %», explica Seco.
Sí que parece haberse recuperado el ritmo durante el mes de agosto, pero en este caso, las olas de calor también han supuesto un quebradero de cabeza para bares y restaurantes. No en vano, cuando hace tanto calor, la gente sale de sus casas mucho más tarde y el ocio se traslada al horario nocturno, concentrando en esas horas buena parte de la facturación.
El problema, señala Seco, es que los establecimientos tienen previamente estipulado su horario de cierre, y con ola de calor o sin ella, tienen que echar la persiana cuando toca, a pesar de que todavía tengan en la terraza muchas mesas con clientes. «El Ayuntamiento quizá debería darle una vuelta a eso», señala Seco.
Con todo, el portavoz de los hosteleros y el de los hoteleros coinciden en buena parte de su análisis, destacando el incremento de la presencia del turista extranjero en Burgos, pero lamentando la caída de las cifras del turismo nacional y advirtiendo de la caída de los beneficios.
Una situación que habrá que ver cómo evoluciona en los próximos meses, ya que, según Mata, ahora mismo hay algunas incertidumbres, fundamentadas en parte en los datos económicos y en el continuo alza de los costes.
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