Vecinos de Federico Olmeda denuncian la pasividad del Círculo Católico frente a ratas y palomas

El problema con las palomas viene de lejos, recuerdan, y en más de una ocasión se ha dado parte a la directiva del Círculo Católico, pero ni se ha conseguido acabar con las aves ni se garantiza la limpieza de las instalaciones. El problema afecta principalmente los patios, pues las palomas se cuelan, se posan en cualquier parte y sus excrementos traen de cabeza a los vecinos, insisten.

Por si esta situación no fuera suficiente, los vecinos aseguran que las obras que se han hecho recientemente para adecuar uno de los bajos e instalar allí la sede del Círculo Católico de Obreros ha dado lugar a la aparición de ratas. Se las ha visto corretear por la calle e, incluso, algún vecino las ha oído en sus portales. Afirnar que la obra no se ha hecho de manera adecuada y, de ahí, la presencia de los roedores.

Desde el Círculo Católico de Obreros, el secretario general, Rodrigo Saiz, reconoce que tienen constancia de ambos problemas, pero niega que no se haya hecho nada. Con respecto a la plaga de palomas, una queja que han recibido por escrito, apuntan, se ha dado traslado al Ayuntamiento de Burgos, «al enteder que la suciedad no es competencia de la obra social».

Y lo mismo en el caso de las ratas, aunque tampoco consideran que el problema haya derivado de las obras del sindicato, que más bien han servido para «sanear» los bajos. Además, Saiz afirma que los patios de los bloques se limpian dos veces al año, pero «si hay una queja de una mayoría de vecinos, se plantearía otro tipo de limpieza», si bien requeriría «un incremento de los gastos de comunidad».

Precisamente, los aumentos en las rentas y en los gastos de comunidad son otra de las críticas que realizan los vecinos, quienes aseguran que se han registrado subidas de los alquileres por obras o mejoras que han hecho los propios propietarios y de las cuotas de la comunidad, sin dar explicaciones y cargándoles reformas que debería asumir la obra social. Y cuando se quejan, apuntan, les intentan amedrentar amenzándoles con echarlos.

Sin embargo, en el Círculo Católico lo niegan «categóricamente» y afirman que «se estudia caso a caso» antes de modificar una cuota o una renta para sufragar obras o reformas. Rodrigo Saiz asegura que se tienen en cuenta los ingresos de los inquilinos y,a demás, durante la pandemia «se ha tenido una sensibilidad tremenda con los inquilinos», especialmente con los locales, que lo han pasado peor.

Saiz insiste en que «las rentas están por debajo del precio de mercado», una de las condiciones de las viviendas de la obra social, que cuenta con 800 en toda la ciudad. «Tratamos muy bien a los inquilinos», afirma, e indica que «no les consta que haya una mayoría de inquilinos que suscriban estas críticas», solo denuncian individuales, pero están abiertos a recibir las quejas en las oficinas de la calle Concepción.

Precisamente, una queja se recibió ante la instalación de unos bolardos en la parte trasera de la sede del sindicato. Les llegó a través de Policía Local, pero Rodrigo Saiz recuerda que la calle es propiedad de la constructora benéfica y los bolardos se han instalado porque algunos coches aparcan tan cerca que no deja acceso al local. Aun así, el Círculo Católico le ha ofrecido al Ayuntamiento negociar la cesión de la vía, para que sea pública y no privada.