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La comunidad que acoge más segundas viviendas de empadronados en Euskadi en el resto de la geografía nacional es Castilla y León, concretamente la provincia de Burgos, por delante incluso de Cantabria y de Valencia. Así lo confirma el último informe elaborado por el Observatorio ... Vasco de la Vivienda, que revela que uno de cada cinco hogares tienen otra casa al margen de su residencia habitual, según informa El Correo. Hay 204.405 familias que poseen 232.232 inmuebles, si bien de éstos solo 105.674, el 45%, están fuera de los tres territorios (el 97,8% en el ámbito nacional, 1.627 en Francia y las otras 671 diseminadas por el resto del mundo).
En Castilla y León salen 27.850 propiedades, de las que el 72% están en Burgos, según confirma el director de Planificación y Procesos Operativos de Vivienda del Gobierno vasco, Mario Yoldi. Cantabria es segunda, con 19.607, y La Rioja, tercera con 12.840.
La Comunidad Valenciana, a pesar de haber sido un gran polo de atracción, ocupa la cuarta posición con 9.508. Por detrás quedan Extremadura (5.364), Navarra (5.292), Andalucía (5.288), Aragón (4.561), Galicia (3.968), Cataluña (2.687) y Madrid (2.410).
Hay dos grandes justificaciones del predominio castellano entre las preferencias vascas. La primera es su histórico peso en la inmigración a Euskadi, como subraya el propio Yoldi, «gente que ha heredado o comprado en su pueblo natal». La segunda razón es una cuestión más práctica a juicio de Garbiñe Henry, socióloga urbana y directora de Innovación y Emprendimiento de Deusto. «Hay personas a las que les aconsejan pasar temporadas en climas secos por temas de salud, y alejados de la alta densidad de las grandes ciudades, de la contaminación...», subraya.
Garbiñe Henry reconoce que la segunda residencia es un fenómeno relativamente contemporáneo. Se desarrolló con fuerza a partir de 1970 al mejorar el nivel de vida de la población tras las penurias del franquismo. También tuvo mucho peso la inmigración, cuyas casas principales en los pueblos acabaron transformadas en segundas residencias. En ese sentido, el País Vasco fue uno de los grandes receptores de trabajadores, lo que explicaría estas cifras.
En los últimos años, sin embargo, la fiebre de la segunda vivienda se ha enfriado bastante en Euskadi; y «lo seguirá haciendo». De hecho, de estar entre los primeros puestos de la tabla nacional ha pasado a la quinta posición, superada ya por Madrid, Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana.
A juicio de la socióloga, el envejecimiento de la población tiene que ver mucho con este proceso. «La mayoría de los que participaron en el 'boom' de la residencia vacacional ya se han jubilado y muchos están vendiendo por razones económicas o porque sus hijos no quieren usar aquellos inmuebles», subraya.
Luego, está la carestía de la vivienda y las dificultades económicas de buena parte de la población para comprar un segundo inmueble. Los jóvenes, además, «han cambiado su forma de disfrutar de las vacaciones y no quieren verse atados a una casa en un pueblo, muchas veces sin grandes servicios. Prefieren apartamentos turísticos, sol, playa, grandes atracciones...». La vida ya no es igual.
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