Unas impresionantes llamas ponían en alerta a la ciudad a última hora de la noche de este jueves. Se estaba quemando el Castillo de Burgos. Al menos esa era la sensación que provocaban las llamas y el intenso humo que se veían salir de ... la parte baja del cerro de San Miguel, en los entornos de la calle San Franciso. Un fuego forestal, intencionado y con varios focos, que movilizó a todos los efectivos del Parque de Bomberos de Burgos, que estuvieron apoyados por agentes de la Junta, Policía Loca y Nacional.
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Blanca Carpintero, concejala de Seguridad Ciudadana, confirmaba a medianoche, cuando el incendio ya estaba controlado, que habían sido dos los focos que lo habían originado. Uno en la zona de Eras de San Francisco, y que afortunadamente no afectó a las viviendas unifamiliares, y otro a la altura del hotel Abba. «Evidentemente el incendio ha sido provocado, es lo que ahora mismo tenemos en claro». Igualmente, Carpintero aseguro que el fuego estaba «controlado, pero la dimensión real de la zona afectada todavía no se conoce y no la sabremos hasta mañana» (por este viernes).
Policía Nacional y Policía Local estuvieron ayudando en la labor, organizando el tráfico, sacando a los curiosos del lugar y reagrupando a los jóvenes que, como otras noches, estaban en la zona afectada reunidos. También participaron la empresa SEMAT y los Servicios de Extinción de Incendios de la Junta de Castilla y León. Y los vecinos de las viviendas sacaron sus mangueras para refrescar la zona e impedir que las llamas bajaran en dirección a sus casas.
En generla, se mantuvo la calma gracias a la rápida actuación de los bomberos, aunque eso no evitó que la zona se llenase de curiosos. Por ese motivo, los agentes de Policía Nacional tuvieron que pedir a vecinos y curioso que abandonasen el entorno, en las traseras de las viviendas, principalmente, por la gran cantidad de humo que había en el lugar.
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El fuego se iniciaba sobre las 22.45 horas de este jueves y se conseguía controlar para la medianoche. Los bomberos pudieron volver al Parque de Burgos en torno a la una menos cuarto de la madrugada. En la extinción se contó con una bomba rural, otra urbana, la nodriza y vehículo auxiliar.
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