Un proyecto burgalés pionero consigue fabricar hormigón reciclando palas de aerogeneradores

Desde hace dos años, un grupo de investigación de la Universidad de Burgos (UBU), está estudiando cómo revalorizar estos residuos, concretamente, las palas de los aerogeneradores.

Se trata del grupo de investigación SUCONS (Sustainable Construction Research Group). Vanesa Ortega es su directora y explica que su objeto de investigación es buscar un uso a ese residuo que ahora mismo está siendo ya tan problemático.

Trabajan en convertir las palas de los aerogeneradores desmantelados en materias que se puedan añadir al hormigón y fabricar así hormigones técnica y económicamente viables para su uso en diferentes aplicaciones como edificación u obra civil. «Trabajamos en materiales de construcción y hemos decidido incorporarlo al hormigón», explica Ortega. El objetivo global es crear entornos resilientes y sostenibles, migrar hacia una economía circular baja en carbono.

Hasta ahora España no había tenido este problema, pero los primeros parques eólicos están alcanzando ya los 25 o 30 años de vida útil que tiene un aerogenerador. Otros países sí se han enfrentado antes al dilema de qué hacer con estos residuos, pero no todos sus ejemplos son «medioambientalmente sostenibles», explica Ortega. «En algunos países las palas todavía se llevan a vertederos o se emplean como combustible. Esto no es sostenible. En otros casos, por ejemplo, se ha hecho mobiliario urbano con ellas», explica la directora del grupo de investigación.

El trabajo comenzó hace dos años y ya son capaces de incorporar las palas recicladas al hormigón en porcentajes de hasta un 10% de este material. «Esto no es fácil. No es que esperemos obtener un mejor hormigón cuando incorporamos un residuo, lo esperable es que no consigas un hormigón mejor que el convencional, pero sí un hormigón con las prestaciones adecuadas para el uso definido. De esta manera podremos asegurar la retirada de un volumen importante de palas de aerogenerador, mediante su adición al hormigón que es el material de construcción más consumido en el mundo», añade Ortega.

El grupo SUCONS trabaja con el Triturado de Pala de Aerogenerador (TPA) obtenido tras un proceso mecánico de las palas de los aerogeneradores consistente en el corte selectivo de la pala y un triturado realizado en molino de cuchillas.

El resto de componentes del molino eólico (torre, góndola, etc.) tiene su propio proceso de recuperación. «La dificultad de reutilizar el material de las palas reside en la variada composición de las mismas con resinas poliméricas, fibras de vidrio, poliuretano o madera de balsa, entre otros», apunta Ortega.

La incorporación de este triturado de palas afecta al hormigón, pero no tiene por qué ser de forma negativa. «En algunos casos hemos conseguido una mejora de las propiedades porque estas fibras proporcionan un efecto de cosido al hormigón. Lo que queremos es conseguir un materialapto para la aplicación buscada», apunta la directora del grupo de investigación.

Con todo, la investigación continúa para mejorar las prestaciones, en busca de novedad e innovavión. En investigación dos años es muy poco tiempo y este grupo de investigación de la UBU puede decir que está «satisfecho» con los resultados obtenidos, «y seguimos trabajando para mejorarlos, validar resultados y dar el salto de escala».

Actualmente, el grupo de investigación tiene tres proyectos activos con objetivos distintos. El primero, más antiguo, se centró en cómo tratar la pala, el corte, el triturado y definir los porcentajes a incorporar en el hormigón. El segundo se centra en aumentar los porcentajes de triturado de pala en las mezclas y, además, se combina con árido procedente de hormigón reciclado.

El último de los tres proyectos se trata de un proyecto prueba-concepto con el que van a ejecutar la pavimentación de una calle.