La lucha contra la pobreza, el calentamiento climático, los precios del petróleo, el crecimiento económico, los conflictos en Oriente Medio y la ayuda para Africa son temas que han tenido encima de la mesa los representantes del G-8 en cada cumbre. Llevan tiempo intentando ... abordar asuntos con una difícil respuesta. Entre ellos se ha unido otro, que preocupa a la comunidad científica y que la sociedad no es consciente de ello. Se trata del abuso de los antibióticos, que según estiman en 2050 dejarán de ser efectivos.
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Ante tal situación, el Área de Microbiología de la Universidad de Burgos, liderada por el doctor David Rodríguez-Lázaro, se ha convertido en un referente a nivel internacional para luchar contra el abuso de antibióticos. «Trabajamos en la epidemiología desde las granjas hasta el hospital, como el de Valladolid o León. Ahora estamos empezando con el de Burgos. Hemos secuenciado ya más de 4.000 bacterias para ver cómo es el flujo de esa resistencia», explica Rodríguez-Lárazo.
Un estudio publicado recientemente afirma que mueren al año 30.000 personas en Europa por la resistencia a los antibióticos. En España, los datos oficiales, rebajan esos datos a 2.000, por encima, por ejemplo, de las muertes de tráfico. Y todo esto va en aumento. «El problema más serio que tenemos a nivel médico e infeccioso es la resistencia a los antibióticos. Las estimaciones, si no cambiamos radicalmente, en 2050 habrá 10 millones de muertes anuales y será la principal causa de mortalidad por encima del cáncer con un coste de 100 trillones de dólares a nivel mundial», recalca el doctor de la Universidad de Burgos.
El problema, según el Área de Microbiología, es que los antibióticos dejarán de funcionar porque las bacterias «se están volviendo resistentes», lo que reduce las opciones terapéuticas. Y si no hay antibióticos, no hay cirugía, ni tratamiento para el cáncer... «Estamos al borde de una época postantibiótica. Los antibióticos los tenemos dentro de nuestro ADN social, como la lavadora o Internet. Las lavadoras e Internet van a seguir funcionando, pero los antibióticos, no», analiza Rodríguez-Lázaro.
David Rodríguez-Lázaro | UBU
A principios del siglo XX, las personas se morían por sacarse un diente. Las muertes, en EE.UU., se asociaban a la tuberculosis; en Reino Unido la esperanza de vida era de 40 años, pero la clororación del agua, la aplicación de vacunas, la mejora de la higiene y los antibióticos han hecho que se duplique en un siglo la esperanza de vida.
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Y toda esa torre se empieza a caer por un uso incorrecto de este tipo de fármacos, con origen en Atención Primera o en la farmacias. «El 50% de las recetas de antibióticos en Atención Primaria no son necesarias. La gripe o el constipado no se curan con antibióticos. En la producción animal se han usado los antibióticos, en Europa ya no, para engordar los animales. Además se han hecho tratamientos, en momentos críticos como el destete, a todo el rebaño. Y todo es porque se han ajustado los precios en el sistema productivo. Si te retrasas un día en llevarlos al matadero, puedes tener pérdidas», lamenta el profesor de la UBU.
David Rodríguez Lázaro | UBU
A esa situación se une la colaboración, en algunos casos de las farmacias, pues muchos pacientes van antes a por el antibiótico que a por la receta. «Si lloras en una farmacia, en el 50% de los casos consigues el medicamento sin la receta», continúa Rodríguez-Lázaro.
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En este escenario, el Grupo de Investigación Reconocido de la Universidad de Burgos 'Microbiología Una Salud' lleva trabajando desde su creación en el estudio de la ecología y epidemiología de la resistencia a antimicrobianos desde la producción primaria hasta el ámbito hospitalario.
David rodríguez-Lázaro | UBU
Este grupo está formado por investigadores, médicos, veterinarios, microbiólogos, farmacéuticos y tecnólogos de los alimentos desarrolla un abordaje integrado 'One Health' (Una medicina, Una salud) para el estudio de aspectos fundamentales en el control de agentes patógenos de carácter zoonósico, desde la producción primaria, la elaboración y distribución de los alimentos hasta el ambiente hospitalario. Para ello se profundiza tanto en la detección (empleando estrategias novedosas, rápidas y sensibles), y la epidemiología y modelización del riesgo asociado a los principales microorganismo patógenos de carácter zoonósico que pueden estar vehiculados por los alimentos.
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Asimismo, los integrantes de este grupo han sido pioneros en el estudio de aspectos microbiológicos emergentes en el marco de la estrategia 'One Health' como el análisis de la presencia y control de virus entéricos en la cadena alimentaria y en el ambiente hospitalario, la modelización del riesgo microbiológico de una manera cuantitativa en distintas cadenas de producción y en el estudio de la ecología de la resistencia a antimicrobianos en la cadena alimentaria y en el ambiente hospitalario. Se trata de un grupo de referencia en el análisis rápido de microrganismos en alimentos por métodos moleculares, así como en la implantación de plataformas de secuenciación para la caracterización integral de microorganismo o poblaciones microbianas en el medio ambiente, los alimentos o en instalaciones alimentarias y sanitarias.
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