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Ángela Ortega, primera estudiante que participa en el programa 'Cuerpo Europeo de Solidaridad'. Diego Herrera Carcedo
Ángela Ortega, la primera estudiante de la UBU que participa como voluntaria en el Cuerpo Europeo de Solidaridad

Ángela Ortega, la primera estudiante de la UBU que participa como voluntaria en el Cuerpo Europeo de Solidaridad

Esta universitaria del Grado en Ingeniería Electrónica Industrial ha colaborado en un proyecto con niños con problemas de audición y comunicación en la ciudad alemana de Friburgo

Miércoles, 31 de julio 2019, 10:33

Ángela Ortega, estudiante del Grado en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, acaba de regresar de su estancia de 11 meses en Friburgo, en el sur Alemania, tras participar en el programa del Cuerpo Europeo de Solidaridad. Se trata de la primera estudiante ... que participa como voluntaria en esta iniciativa de mano de la Universidad Burgos.

Desde el septiembre pasado Ángela ha participado en un proyecto con niños de 3 a 6 años con problemas audición y comunicación. «Me llamo la atención los audífonos electrónicos que utilizan, que se conectan mediante un implante coclear y transforman las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo», afirma esta futura ingeniera.

El Cuerpo Europeo de Solidaridad es una nueva iniciativa de la Unión Europea cuyo objetivo es crear oportunidades para que los jóvenes trabajen como voluntarios o colaboren en proyectos diversos que beneficien a comunidades y ciudadanos de toda Europa, como la prevención de catástrofes naturales y la posterior reconstrucción, la asistencia en centros de acogida de solicitantes de asilo u otros problemas de tipo social, en sus propios países o en el extranjero

Los proyectos son presentados por las organizaciones autorizadas por la Comisión Europea y las entidades de envío, como la Universidad de Burgos, facilitan la búsqueda de voluntarios, que también pueden inscribirse de forma personal. El programa está abierto a personas de entre 18 y 30 años independientemente de su formación.

Pese al esfuerzo que ha supuesto para Ángela esta pausa relativa en su formación, esta alumna se muestra muy satisfecha con su participación. «Valoré el aprendizaje que me podía aportar esta experiencia, algo que no podía aprender en las clases, y realice 4 asignaturas a distancia del tercer curso y solo tuve que venir a realizar los exámenes en diciembre y junio».

La oportunidad que supone este programa, tanto personal como profesional, es lo que más destaca: «Ver que he sido capaz de vivir 11 meses en un país sin conocimientos iniciales del idioma, que si propones un proyecto te escuchan, las competencia adquiridas a la hora de trabajar en equipo, liderazgo, resolución de conflictos, proponer ideas…, además de conocer las diferencias entre la forma de trabajar en España y Alemania, la implicación que he encontrado en el trabajo y el sistema que siguen, más colaborativo y las puertas abiertas por parte de compañeros y superiores», son señaladas por esta joven como las principales enseñanzas de su estancia.

La diversidad de los participantes es otra de las características del programa y supone un plus como resalta Ángela, así como la convivencia con otros voluntarios. «Periódicamente teníamos seminarios, de una semana o 5 días, donde nos reuníamos todos los voluntarios de Alemania y conocer las vivencias de diferentes perfiles de voluntarios: estudiantes, médicos, pedagogos psicólogos…supone un intercambio cultural que te hace ver más allá de tu programa o tu vida en España».

De su día a día con los niños, resalta que: «Gracias a esta experiencia ha podido comprobar cómo la tecnología que trabajamos en la universidad tiene un impacto directo en la vida de las personas, en este caso de los niños con los que trabajé en el kindergarten, y como se puede mejorar con un seguimiento periódico, por ejemplo, los audífonos que emplean los niños se pueden hacer resistentes al agua…».

Este programa se encargar de financiar alojamiento, manutención, formación en idiomas, antes y durante la estancia, dinero de bolsillo, viajes, abonos de transporte, seguro médico…un importe variable en función del país en que se desarrolle y la duración, entre 2 y 12 meses. En el caso de esta burgalesa el importe ascendió a cerca de 700 euros mensuales.

Ángela recomienda esta experiencia a todo el mundo «Muchos de los participantes del programa buscan establecerse en Alemania o en otros países de Europa y esta es una magnífica oportunidad de conocer el país, el idioma, las costumbres…».

Centro de envío

El Centro de Cooperación de la Universidad de Burgos, como entidad de envío, difunde las convocatorias y hace un proceso de selección, para posteriormente asesorar y ayudar a las personas elegidas, aunque no sean miembros de la comunidad universitaria con los trámites de seguros médicos, inscripción en formaciones online…

Este seguimiento, apoyo y asesoramiento también es uno de los aspectos que esta joven voluntaria pone en valor. «Nos asesoran antes de la salida y durante la estancia tenemos reuniones mensuales con los tutores de apoyo que siempre están a nuestra disposición».

Tras un sencillo proceso de inscripción, se realizará la selección de los participantes, que podrán incorporarse a una amplia gama de proyectos relacionados, por ejemplo, con la ayuda a la prevención de catástrofes naturales o a la posterior reconstrucción, la asistencia en centros de acogida de solicitantes de asilo u otros problemas de tipo social.

En septiembre otra estudiante, en este caso del Doble Grado en Derecho y ADE, Laura Pérez, viajará a Rumanía para participar en un proyecto de desarrollo rural.

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