La Unidad de Mínima Exigencia de Cáritas Burgos ha cerrado sus puertas un mes más tarde de lo habitual debido a las condiciones climáticas y a la situación de emergencia sanitaria. Durante el tiempo que ha permanecido abierta ha superado las 1.000 pernoctaciones, atendiendo ... a 38 personas sin hogar.
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De estos 38 usuarios atendidos, en coordinación con el área de Servicios Sociales municipal, solo cuatro han sido mujeres, siguiendo un patrón habitual en este colectivo. Por nacionalidades, 16 han sido españoles, el 50%, cuatro latinoamericanos, seis europeos comunitarios y diez africanos, con una media de edad de 43 años. En lo que respecta a la edad, destacan la del usuario más mayor, 73 años, y la del más joven, 18. De los usuarios, diez han accedido a este recurso temporal durante cinco días o menos.
Desde la coordinación del programa, su responsable, David Polo, señala que «todos los usuarios han recibido alternativas para no quedarse en la calle. La UME destaca sobre todo por su flexibilidad, y por intentar adaptarse a las necesidades de las personas que se acercan hasta aquí». Entre estas carencias, además, subraya que «los casos en los que hay problemas relacionados con la salud mental también requieren de un mayor esfuerzo», ya que son cada vez más numerosos.
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