Triple crimen de los Barrio: «Nos alegra que sigan investigando pero creemos que se están desviando»

Con los nuevos pasos que ha dado este martes la investigación del crimen, el hermano de Julia, Benito Dos Ramos, muestra una esperanza contenida. Su familia «se alegra de que sigan investigando» porque significa que «el caso sigue vivo», pero continúan creyendo «que la cosa va por otro lado«.

Se refiere a las sospechas sobre el único superviviente de la masacre, el hijo y hermano de los fallecidos, Rodrigo Barrio. El joven, que era menor cuando ocurrieron los hechos, se trasladó a Galicia con varios de los hermanos de su madre y tutores legales desde ese 7 de junio de 2004. La acusación de Rodrigo como posible autor del triple crimen destapó las sospechas de sus tíos, que empezaron a pensar que su sobrino había sido el asesino: «La visión de los hechos la tengo muy formada. Sigo pensando que Rodrigo fue el asesino» defienden 17 años después.

Desde Queirugás, una pequeña aldea pedánea de Verín (Orense) donde descansan los restos mortales de Julia y Álvaro, Benito Dos Ramos confiesa que no están al corriente de los pasos que se dan en la investigación, «nadie nos cuenta nada, nos enteramos por las noticias y porque queremos enterarnos«, asegura.

Aunque son conscientes de que la Policía sigue trabajando, la esperanza de que algún día se conozca qué sucedió realmente esa noche de primavera en Burgos cada vez se atenúa más. «Vemos que los resultados no acaban de llegar, nos costó mucho mantener el caso abierto pero sí que creemos que si continúan, es porque algo tendrán».

Sin embargo, para esta familia, «hasta que no nos demuestren lo contrario, estamos convencidos de que la cosa no va por donde están buscando ahora», señala. La Udev busca desde este martes indicios que puedan implicar a uno de los principales sospechosos del crimen, Ángel Ruiz, en los hechos ocurridos en 2004 aunque para Dos Ramos «han mirado muchas veces ahí y por eso me sorprende que vuelvan«

Cuando sucedieron los hechos, el hijo mayor y único superviviente, Rodrigo, estudiaba en régimen interno en los hermanos gabrielistas de La Aguilera, en Aranda de Duero. En junio de 2007 se le detuvo como presunto autor del crimen al considerar que había actuado motivado por los celos enfermizos que sentía hacia su hermano pequeño.

El juez decretó el internamiento en el centro de menores Zambrana, en Valladolid, donde permaneció durante tres días. Según las investigaciones, Rodrigo habría cogido un coche del centro en el que permanecía interno, habría conducido durante un trayecto de unos 45 minutos hasta su casa de Burgos a pesar de ser menor, asesinado a su familia y vuelto al colegio. Una tesis que duró tres días al decidir el Juzgado de Menores de Burgos el fin de la medida cautelar de internamiento y ordenar la puesta en libertad de Rodrigo.

Benito Dos Ramos, que fue su tutor legal, sigue argumentando que ha visto cosas que «nadie le ha explicado» y que dirigen sus sospechas hacia su sobrino. «Nadie nos ha explicado por qué tenía Rodrigo el anillo de su madre que le arrancaron del cuello, él nunca dijo de dónde lo sacó, ni por qué mintió a la Policía y dijo que no sabía conducir cuando sí que sabía«, relata su tío.

Además, insiste: «Hemos estado viendo cosas que no nos explican». Entre ellas señala las llaves del vehículo de padre fallecido, «tenía unas llaves del coche que no aparecían y mintió, dijo que yo se las había dado y no es verdad« y añade: »todos sabíamos que tenía llaves y él siguió mintiendo«.

No obstante, sobre las nuevas pesquisas, manifiesta que el objetivo es encontrar al culpable y por eso «queremos que se busque y que quien lo hizo, lo pague«.