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Cuando sus dueños alcanzan la edad de jubilación, algunos comercios de Burgos echan el cierre. Sin embargo, el relevo generacional o el traspaso de negocios pueden ayudar a que estas tiendas se mantengan abiertas y sigan ofreciendo sus servicios a los burgaleses. Es el caso de Azucena.
Hace 50 años, una burgalesa llamada Azucena comenzó a trabajar en una tienda de moda de la calle Cardenal Segura. Esta se ubicaba en la margen derecha según se sale a la calle desde la plaza Mayor, cerca de donde recientemente han abierto una nueva tienda de ropa.
Sin embargo, diez años más tarde esta tienda echaba el cierre porque su jefe se jubilaba, cuenta Azucena. En ese tiempo, ella trabajaba de dependienta, pero pronto su estatus se ampliaría a dueña porque abrió su propia tienda: Azucena.
Desde hace 40 años, el letrero azul con su nombre cuelga del local número 1 de la calle Cardenal Segura. En tantos años, la ropa que ha vendido Azucena ha sido comprada por miles de burgaleses para sus hijos, nietos, primos, sobrinos... Infinidad de recuerdos de tela llevan impronta ese nombre de flor compuesto de siete letras.
Ahora Azucena da un paso atrás, se jubila, pero su tienda seguirá abierta. El negocio ha sido traspasado a un empresario de Burgos, que llevará la tienda de una forma similar a como lo hacía Azucena, además de mantener a las dependientas que llevan años trabajando en el comercio.
«Somos clientes y tenemos mucha confianza con Azucena», señala este empresario, que prefiere mantenerse en el anonimato. Por eso, al comentarle la antigua dueña que se iba a jubilar, el burgalés hizo cuentas junto a su esposa y se lanzaron a ello. «Es una tienda que funciona, que está bien ubicada», explica.
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El traspaso de la tienda Azucena se ha consolidado en septiembre, aunque ambos gestores tienen buena relación y el empresario se apoya en las dependientas para tomar algunas decisiones. «Nos conocemos de hace muchos años», aclara.
Lo mismo opina Marta, una de las dependientas de Azucena, que lleva 14 años tras el mostrador, viendo a cientos de niños y niñas crecer. Ella está «encantada» de quedarse con la nueva gerencia y lo mismo piensa Jimena, otra empleada que hasta hace poco cubría las vacaciones y ahora trabaja a jornada completa en el comercio burgalés.
En los próximos meses, Azucena seguirá como hasta ahora. Sin embargo, ya en 2025 el nuevo gerente hará una reforma del local, que tiene dos plantas. Quiere darle un «aire moderno» y «poco a poco ir transformando este negocio manteniendo toda la línea».
De cara al futuro, piensa también en la posibilidad de incorporar nuevas marcas y digitalizar el negocio. Azucena tendrá, en el futuro, tienda virtual y un impulso en sus redes sociales, con la intención de ser más accesibles y llegar a más público. Mismo comercio y misma esencia, pero otros tiempos.
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