400 trabajadores de Kronospan, pendientes de la negociación del ERTE de Burgos

La negociación se centra, principalmente, en las condiciones del ERTE y en cómo va a afectar económicamente este expediente de regulación temporal de empleo a los trabajadores. Una 'pelea' en la que los sindicatos intentan minimizar el impacto del ERTE, reduciendo no solo los días de afección sino sobre todo la pérdida adquisitiva, a través de la compensación económica.

En total, la multinacional maderera tiene 400 empleados en la provincia, divididos en varias unidades de negocio. La negociación se ha iniciado en las factorías de producción de Burgos y Salas. También en Kronospan Chemicals, pero se espera que el ERTE afecte a toda la plantilla, pues la situación se ha comunicado prácticamente a todas las unidades.

Kronospan ha alegado causas organizativas y de producción para presentar este ERTE (el segundo, después de tener que retirarse uno anterior por un defecto de forma). La ralentización del sector de la construcción, unido a la caída de las exportaciones, hacen que las ventas de la maderera se hayan reducido. Tienen los almacenes llenos y no pueden seguir produciendo más material.

Desde el comité de empresa se ha solicitado información, no solo sobre el almacenaje sino también sobre las cuentas de la empresa. Se ha pedido el balance de cuentas auditado y el balance de pérdidas y ganancias, explica Ramiro Marijuán, secretario general de FICA-UGT, pues hay que comprobar que la empresa puede hacer frente a las condiciones económicas del ERTE.

Marijuán explica que lo que más preocupa a la parte sindical es el impacto económico del ERTE. La duración, inicialmente planteada en 130 días laborales pero que se podría rebajar si empieza a salir material del almacén (y, de hecho, se ha hablado de la posibilidad de reducirla a 50 días laborales), viene dada por la propia situación de producción y ventas de la empresa.

Lo que está en la base de negociación es, en primer lugar, que el ERTE no afecte a las pagas extraordinarias ni a las vacaciones. Es decir, que los trabajadores puedan disfrutar de unas y de otras aunque estén inmersos en el expediente de regulación. Y, en segundo lugar, la compensación económica, que si bien no será del 100%, tiene que suponer una pérdida mínima para el trabajador.

Hasta ahora, se ha hablado de una compensación de unos 200 euros al mes, insuficiente pues todavía los trabajadores estarían perdiendo unos 1.300 euros, explica Marijuán. Sin embargo, mientras dure la negociación, todo está abierto. Se presentarán propuestas y contrapropuestas, como en cualquier proceso negociador, antes de cerrar (si es posible) un acuerdo.

Mientras, la plantilla vive esta situación con mucha incertidumbre. «Los trabajadores quieren saber cómo les va a afectar, cuántos días van a ser y si se va a quedar en un ERTE», explican fuentes de CCOO. Y es que la empresa ha puesto tres veces sobrelamesa la posiblidad de un ERE, y eso genera mucho miedo entre los trabajadores, que temen que la regulación temporal acabe en despido.

Además, la forma en la que se ha gestionado el ERTE está generando «desconfianza», insiste CCOO. Primero, el defecto de forma que echó para atrás el expediente inicial. Y, ahora, las propuestas y contrapropuestas de la empresa. «Hemos tenido que empezar a negociar de cero» y, ante la nueva situación, le toc al comité de empresa plantearse su postura.

A todo ello se suma la inquietud por el futuro de Kronospan en Burgos habida cuenta de que la multinacional está embarcada en la nueva fábrica de Tortosa. La factoría tiene mayor capacidad de producción, así que si Kronospan no puede asumir los entre 1.500 y 1.800 metros cúbicos de madera que se producen a diario en Burgos, los afectados se preguntan qué pasará cuando arranque Tortosa.