Decenas de personas se han manifestado este domingo en Burgos para apoyar a los trabajadores de la limpieza en una marcha que ha tomado las calles de la capital, desde la Antigua hasta la plaza del Cid. UGT, CCOO y CGT han convocado esta movilización ... para mostrar su malestar por el estancamiento de la negociación del convenio de la limpieza, en un momento en el que patronal y sindicatos se encuentran en posturas difíciles de conciliar.
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«Por un salario digno», rezaba la gran pancarta que ha encabezado la marcha con la que el sector pretende elevar su malestar ante el nulo avance de las negociaciones con la patronal. Esta, que representa la Asociación Burgalesa de Empresarios para la Limpieza de Edificios y Locales, plantea una subida salarial del 8 % en cuatro años, mientras que la parte social solicita una subida del 15 % en los próximos cuatro años.
Por su parte, los sindicatos exigen, entre otras medidas, «la actualización o revisión salarial al IPC, bajar la jornada total anual en dos jornadas diarias y reconocer a los trabajadores de la limpieza especializados de las fábricas se les reconozca con pluses como el de peligrosidad». También incrementar los pluses por cada domingo y festivo trabajado. Algo que la patronal, por el momento, ve inviable.
La de este domingo, a la que han acudido también trabajadores del sector de varias localidades de la provincia, ha sido la primera movilización pero anuncian más, la próxima el día 30 de noviembre. Fuentes sindicales anuncian que podrían llegar a la huelga si no se reanuda la negociación que, desde su inicio, ya se planteaba larga y compleja.
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El pasado mes de abril comenzaban los encuentros entre patronal y sindicatos para la renovación de un convenio que afecta a cerca de 200 empresas y 4.000 trabajadores en la provincia, fundamentalmente mujeres, lo que lo convierte en el más importante de cuantos se tienen que firmar este año en Burgos.
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En este sentido, Jesús Martínez, presidente de la patronal del sector, aseguraba en abril a este periódico que las negociaciones se iban a llevar a cabo en mitad de un «contexto muy complejo» y «volátil», marcado por las «incertidumbres» económicas derivadas de la inflación, los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania, que se unen a la complejidad intrínseca del sector, caracterizado por una gran atomización, una gran movilidad de los trabajadores y grandes diferencias entre las propias empresas.
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