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El reparto de los titos, tradición con cinco siglos de historia, regresa a Burgos. Lo hará llueva, nieve o salga un sol radiante, con niebla o frío, así ha sido desde siempre, desde 1502. Solo la pandemia canceló este acto en el 2021. Pero antes ... de llegar a este punto, al reparto en Gamonal del manjar, hay un trabajo que realizan los miembros de la Cofradía de San Antón en la sede del Antiguo Pueblo de Gamonal.
Los preparativos comenzaron hace días, el viernes 12 de enero, ya que se manejan kilos y kilos de ingredientes. Unos ingredientes que son los mismos que hace siglos, la receta se repite, pero el precio va subiendo. Hace dos años, según recuerdan en la cofradía, las 20.000 raciones que se repartirán costaban unos 6.000 o 7.000 euros, este año el precio es ya de unos 15.000 euros, el doble.
«Este año hemos tenido problemas porque es mucho dinero para adelantar. Primero compramos los ingredientes y luego el Ayuntamiento nos daba la subvención. Este año con la firma electrónica y el cambio de trámites casi nos quedamos sin subvención y esto no se hace, hemos ido tarde, así que tampoco hemos vendido papeletas, que ayuda algo a financiarnos», explica uno de los cofrades. «Ahora estamos pendientes del 30% de la ayuda del año pasado y de que para el día de San Antón nos llegue el 70% de la de este año», explican.
Decenas de cofrades y colaboradores se han juntado desde hace varios días en este local como es tradición. «Entre semana cuesta más porque hay gente trabajando, los fines de semana solemos juntarnos más», reconoce. Lo bueno es que esta tradición sí tiene relevo generacional, como ellos mismos aseguran.
Entre conversación y risas, bromas y chascarrillos se afanan en la labor. Una labor que da continuidad a una tradición de siglos que, además, es una Fiesta de Interés Turístico Regional.
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Patricia Carro
El miércoles 17 de enero los miembros de la Cofradía de San Antón se enfundarán sus trajes blancos, elaboran completamente la receta y reparten los titos entre los vecinos de Burgos. Se distribuyen unas 20.000 raciones de titos entre platos y cazuelas.
La preparación comenzó el viernes con el pelado de ajos, aunque los productos se adquieren durante mucho tiempo antes. Desde Villasidro llegan unos 2.000 kilos de titos, también llamados almortas, es más conocida su harina que la legumbre, pero se cocina como un garbanzo con un sabor un poco más fuerte.
A la receta hay que sumar los ajos, unos 250 kilos de ajos, lo que primero se trabaja. Se pelan y se meten en duernos para evitar que fermenten. Una parte de los ajos se destina a los refritos. Se añaden unos 250 kilos de cebolla y 3.000 pimientos calahorranos. Los ingredientes se pican y se van preparando a lo largo de la semana previa. Se añaden unos 15 kilos de pimentón dulce y 15 kilos de pimentón picante, 3.000 guindillas, unos 25 kilos de sal y 10 kilos de laurel, sin faltar el aceite de oliva.
El miércoles 17 los cofrades abren el ojo de madrugada y se reúnen a las 5 de la mañana. Los titos se ponen en remojo el día de antes, pero esa mañana hay que cambiarles el agua, para ello cuentan con la ayuda de los Bomberos de Burgos. A las 8 horas se suelen encender los fuegos con cientos de kilos de leña. Este año el reparto comenzará después de la misa de San Antón que empieza a las 12 horas.
Para la preparación este miércoles usarán 17 calderas y unos 1.400 litros de agua. Se ponen a cocer los titos y, progresivamente, se va añadiendo la cebolla, los dientes de ajo, las guindillas, los pimientos y la sal. También se prepara el refrito, se añade y, tras un último cocido de 45 minutos, los titos están listos para repartirse.
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