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El tímido arranque de la reapertura de la hostelería durante la mañana ha continuado en la tarde del viernes. La cercanía de las fechas navideñas ha invitado, quizás, a que los burgaleses eligieran otros planes para el ocio del viernes.
Las terrazas, y los interiores ... ya abiertos de los establecimientos de hostelería no presentaban grandes aforos (dentro de lo permitido) y los pocos clientes que se animaban a tomar algo optaban por hacerlo al aire libre.
Tan solo los bares más de moda para la juventud de la ciudad presentaban algo más de ocupación. La música de un altavoz conectado a un móvil indicaba que las ganas de fiesta eran muchas. Risas en grupo y ganas de hacer frente a las bajas temperaturas en la Plaza de la Flora.
Apenas a unos metros, Víctor esperaba en su local a que la gente terminara de animarse. Con la verja recién levantada pues no ha podido mantener el negocio abierto con el modelo 'para llevar' aseguraba que «siendo viernes» lo normal era que «hasta más tarde» no se notara el movimiento.
Sin embargo, a partir de las 21:00 horas no podrá recibir a más clientes y solo podrá permitir la entrada a un 30% de su aforo. Eso no le restaba ganas e ilusión. «Esperamos que se vaya animando la gente. Que tengan ganas de salir, ver las luces y tomar algo», afirmaba. Por si acaso dejaba claro su mensaje: «Yo les espero».
Algo similar estaban viviendo Esteban e Isabel. «Está todo muy bien, muy tranquilito. Sabemos que la primera semana es la más conflictiva», explicaba Esteban. Aunque sí tenían claro que de esta jornada de apertura esperaban «poco».
«Mañana esperamos más», apuntaba Isabel, que añadía al deseo de que la gente tuviese ganas de salir el sábado que lo hiciese «ordenadamente». «Como hoy, la gente lo está haciendo muy bien», aseguraba.
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Esteban iba un poco más allá y matizaba las palabras de sus compañera: «Los chavales lo están haciendo muy bien». «Tenemos una clientela muy maja que responde bien», seguía Isabel. Ambos estaban contentos porque no han tenido que ejercer de policías para recordar a nadie las medidas de protección que deben adoptar y se afanaban en poder todo a punto dentro de la barra.
Tan solo unos metros más allá los grupos de jóvenes continuaban con sus consumiciones en La Flora bajo la atenta mirada de una patrulla de la Policía Local que controlaba que todo continuase en orden.
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