No se teme por la vida del menor que se precipitó desde un décimo piso

«Es un milagro». Así han reaccionado las primeras personas que intentaron socorrer a este menor de 17 años después de que cayera desde una altura de diez pisos. Lo hizo en un patio de fachada muy estrecho y quedó tendido en un tejado de uralita sobre el propio portal del edificio. El rescate fue especialmente delicado por este motivo y los bomberos de Burgos tuvieron que utilizar el camión autoescala para sacarle del hueco en el que se encontraba malherido pero consciente.

Según estas personas que estuvieron cerca de él hasta que llegaron bomberos y ambulancia, el joven se mantuvo consciente durante el rescate. «Viendo el sitio, tuvieron que frenarle las barras que hay a lo largo del hueco de la fachada y creo que fue determinante que cayera sobre la uralita», explica un testigo presencial.

El suceso tuvo lugar en una céntrica zona de la capital burgalesa y a una hora en la que la calle está muy concurrida. Los bomberos tardaron unos 30 minutos en sacar al menor debido al angosto hueco en el que se hallaba y a que esa parte de la avenida se encuentra en obras. La Policía Local tuvo que cortar el tráfico para facilitar las labores de rescate y cuando la UVI móvil trasladó al herido al hospital, sobre las 20:30 horas, se restableció la circulación.

Las autoridades descartan casi por completo que fuese un accidente y se centran en la posibilidad de que se trate de un «intento autolítco». No obstante la investigación descartaba este miércoles que hubiese un caso de bulling o acoso detrás, según informaba la propia delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones.

Este incidente causaba una gran conmoción en el barrio y también en la ciudad de Burgos y alcanzaba una fuerte repercusión a nivel nacional debido a la oleada de suicidios por parte de menores que se han conocido en las últimas semanas.