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La consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León respeta la decisión del Tribunal Supremo que apoya retirar la custodia a Mauricia Ibáñez de sus dos mellizos, a los que tuvo en 2017 con 64 años mediante un tratamiento ... de reproducción asistida en Estados Unidos.
Desde la consejería manifiestan que lo más importante es el bienestar de los menores y, en este sentido, afirman que los servicios sociales solo velan para que los menores estén atendidos.
El Alto Tribunal ha dado la razón a la Junta de Castilla y León y a la Audiencia Provincial de Burgos, que argumentaban que los niños se hallaban «en situación clara de desprotección», según informa Ical. Ahora tienen cuatro años de edad y permanecen en régimen de acogimiento familiar.
En 2017 los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León asumieron la tutela de los menores manifestando que existía «riesgo» para su protección.Mauricia acudió entonces a la Justicia para reclamarlos, pero el Juzgado de Familia dictó sentencia en contra. En el fallo, recordaba que ya «fue objeto de seguimiento» por el caso de otra hija más mayor que ahora tiene 11 años y la declarada en desamparo en 2014, debido a que su madre se opuso a las medidas que determinó el Gobierno regional para garantizar el correcto desarrollo de la niña.
Mauricia afirmaba en declaraciones a BURGOSconecta: «Me temo lo peor», pues el régimen de acogimiento familiar es siempre una solución temporal. Los niños estuvieron, en un primer momento, con una familia de Burgos aunque en marzo de 2018 pasaron al acogimiento con una familia de Valladolid. Desde entonces, Ibáñez los visitaba periódicamente en el punto de encuentro familiar de la capital del Pisuerga. «Están bien pero no están con su madre», insistía Ibáñez, que lleva ya ocho demandas judiciales en tres años..
La lucha de Mauricia Ibáñez por sus mellizos suma ya ocho demandas judiciales, «todas ellas desestimadas». Al poco de conocerse el nacimiento de los pequeños, los servicios sociales de la Junta se pusieron a trabajar con Ibáñez. Sin embargo, los niños solo estuvieron doce días con ella en casa, el tiempo entre que pasó entre que salieron del hospital y se le retiró la custodia a la madre.
«Los niños me dan fuerza», reconoce Mauricia Ibáñez, quien asegura que «todo ha merecido la pena y volvería a hacerlo igual», mientras lanza duras críticas contra los servicios «antisociales», que fueron también los que le retiraron la custodia de su hija mayor, que a su juicio vive «como una refugiada» en Canadá.
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