No todo es drama para las empresas burgalesas en plena crisis sanitaria, social y económica. Hay oportunidades de negocio y bastantes propietarios se han amoldado a la situación para explotar sus cualidades y aumentar, incluso en sectores dañados, su facturación durante el estado de alarma ... y desconfinamiento. Son dos ejemplos, los de 'Hasta la cocina' y 'Mutobre', que marcan un camino para poner en valor los aspectos positivos de sector empresarial en la provincia.
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El primer caso es el de Juan José Mutilba, propietario de Mutobre (distribuidora de agua mineral para empresas), y que en vez de lamentarse en momentos de crisis se puso manos a la obra para evitar que su negocio languideciera mientras la covid-19 dañaba a su empresa y a las que distribuye su producto. La pandemia había mandando a muchos empleados al teletrabajo y sus fuentes de agua se dejaron de usar. No se consumía agua en las oficinas y eso lo notó en la facturación. «Bajamos hasta un 40%», apunta el propietario.
Pero el desánimo no se apoderó de Multiba, en el sector desde hace 22 años, y apostó por el negocio con la contratación de un gerente y un comercial. «Además teníamos más trabajo, al comprobar el estado de nuestros clientes para saber si estaban cerrados o si seguían teletrabajando. Hemos hecho un esfuerzo muy grande y ahora miramos mucho al sector doméstico y pequeñas oficinas con una tarifa ajustada, además de dar servicio a municipios de la España vaciada», detalla.
Y con el trabajo por delante, Mutilba consiguió dar la vuelta a la situación para empezar a ver cómo la facturación superaba a la de meses pasados. «Cuando hemos tomado las medidas correctoras, en julio, igualamos cifras del año pasado, y en agosto lo hemos superado en un 6%, pensando que aún existe mucho teletrabajo. Si no es por estas decisiones, estaríamos hablando de bajar casi un 75% respecto al año pasado. Por eso, el incremento está rondando el 28%», recalca el propietario de la distribuidora, que no cree que hubiera cerrado por las consecuencias de la pandemia. «De no haberme reciclado, no creo que hubiera desaparecido al existir una buena gestión de reparto y estar la empresa consolidada, pero se hubiera notado en la merma del personal, además de seguir con una estructura un poco más antigua. Ahora estamos pensando en ampliar la plantilla. No hablamos de ERTE ni ERE, como pasa en la mayoría de las empresas», continúa.
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Aythami Pérez Miguel
Buena parte del éxito de Juan José Multiba radica en el gerente, Rafael González. «La situación es complicada en España, salvo para las empresas que sean del sector de la alimentación. En el agua embotellada estamos hablando de un producto saludable. El consumo de agua sigue existiendo y ya no se ve tanto el botellón de agua y sí el botellín. Ese nicho de mercado ha crecido. Además, hemos amoldado una tarifa plana para que cualquier familia o empresa tenga un mínimo o máximo de consumo sin tener que pagar más», incide González, que recalca la importancia de abrirse a municipios de la provincia. «Tenemos localidades de La Bureba o la Ribera, en las que el agua no es tan buena. Tener el servicio del agua embotellada en la provincia es positivo. Mutobre se ha solidarizado con esa España vaciada. Hemos puesto de nuestra parte y si tenemos que ir dos veces, aunque no esté previsto, lo hacemos», prosigue el gerente.
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El crecimiento, del que apunta González que ha sido totalmente orgánico (sin utilizar financiación externa), es tan palpable, que Juan José Mutilba pretende dar un paso más. «Estamos empezando en este lanzamiento de darnos a conocer en el mundo rural. Ahora esperamos un crecimiento alrededor del 40%», añade.
Situación similar han vivido Carlos Alfaro y Laura Ausín en Villangómez con su negocio hostelero, otro sector que padece en sus carnes la escabechina de la covid-19. 'Hasta la cocina', especializada en la preparación de menús diarios para empresas, prácticamente apagó sus fogones con el estado de alarma y el teletrabajo. «Durante el final de marzo y abril parecía que se iba a acabar el mundo. No sabíamos qué iba a pasar», recalca Alfaro.
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Pero él y su mujer dieron una vuelta a su negocio para que la actividad no cesara. «Adaptamos la cocina e hicimos una tienda en nuestras instalaciones para exponer nuestros productos. En verano ha funcionado muy bien. Sabíamos que la gente iba a ir a los pueblos y en julio, agosto y septiembre hemos facturado más que el año pasado, haciendo otra cosa distinta. Nosotros nos ocupamos de comedores de empresas y muchas de ellas han cerrado esos meses o están teletrabajando. Intentábamos sobrevivir hasta octubre», asegura el copropietario, que agradece esa idea para ampliar su negocio. «La crisis nos ha puesto en el mapa ante la gente. Trabajábamos con Ayuntamientos, empresas, pero nos faltaba conectar con el cliente pequeño. Hemos sembrado mucho este verano para recoger este invierno, Navidad o el verano que viene», continúa.
Sus clientes habituales, las empresas, recuperaron parte de la normalidad en octubre, pero eso no impide para que en 'Hasta la cocina' se siga dando el servicio. «Ahora atendemos a esos clientes bajo encargo. Durante el verano, hemos aumentado nuestra facturación en un 15% respecto al año pasado», explica Alfaro.
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