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Polígono Industrial de Villalonquéjar. BC

El sector del Metal reclama que la potencia industrial no penalice a Burgos ante nuevas inversiones

Patronal y sindicatos firman un convenio laboral que dará estabilidad en plena incertidumbre por la falta de componentes | La conversión del sector del automóvil es uno de los retos de futuro para Burgos

Viernes, 23 de julio 2021, 13:04

La industria del Metal atraviesa por momentos muy complicados. A la crisis derivada de la pandemia de la covid-19 se le han unido problemas como la falta de componentes electrónicos, el aumento de los costes de materias primas o el incremento de la factura ... de la luz. Y todo ello impacta en la rentabilidad de las empresas, en su viabilidad económica y en el crecimiento de un sector que es clave para la economía burgalesa.

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Por ese motivo, patronal y sindicatos reivindican la potencia industrial de Burgos y, sobre todo, reclaman inversiones que permitan su crecimiento y afrontar los retos de futuro, como la conversión del sector de la automoción con la llegada del coche eléctrico. Juan Ignacio Ruiz, secretario general de la Federación de Industria de CC.OO., insiste en que «Burgos tiene que pelear» por las inversiones y exigir que haya un «reparto justo» en Castilla y León.

Se trata de «centrar el tiro», frente a políticas regionales que intentan asentar industria en provincias más necesitadas, con menor activiad económica, en detrimento de otras como Burgos porque aquí ya hay mucha industria. Sin embargo, donde hay capacidad, donde se tienen los recursos y los servicios, y donde hay interés empresarial es en Burgos, y capital y provincia deben reclamar apoyos.

Y la preocupación se intensifica ante la llegada de fondos europeos vinculados a la crisis de la covid-19. Andrés Hernando, el presidente de la patronal del Metal (Femebur), asegura que «las castañas nos las tenemos que sacar nosotros del fuego», que tienen que ser las propias empresas las que trabajen «duro» para conseguir que las inversiones lleguen a Burgos, como ya se está haciendo.

Eso sí, no niega que existe riesgo de que la provincia pueda recibir menos dinero pues, al contar con un 20% de PIB industrial, se superan los límites marcados por la Unión Europea. Hernando insiste en que no se puede apoyar a otros territorios con menor actividad en «detrimento de industrias que están y que hay que mantaner», y menos en un momento de tanta incertidumbre económica.

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Falta de componentes

La industria del metal está luchando contra un «grave problema» de falta materia prima y de componentes electrónicos, explica Hernando. Y, aunque ambas situaciones preocupan al sector, lo que más les inquieta es la falta de componentes, pues es un problema estructural, y no coyuntural como la falta de materia prima. Además, esta se subsana adquierdo otro material, aunque encarezca el coste de producción, pero para los componentes no hay alternativa y se espera que todavía tarde un año en solucionarse.

A esta realidad se suma la subida de la luz, de ahí que el nuevo convenio laboral, que se ha firmado este viernes, suponga un respiro para el Metal en Burgos. Da cierta estabilidad en lo que a costes laborales supone, pues tendrá vigencia durante tres años, y garantiza que los trabajadores no pierden poder adquisitivo, de modo que la industria se puede centrar en trabajar y hacer frente a la inestabilidad que generan el resto de variables que impactan en la producción y sus costes.

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Entre ellas, el proceso de reconversión de la industria del automóvil, clave para una provincia con una industria auxiliar muy potente. «Los cambios se van a producir, es innegable y será rápido», apunta Juan Ignacio Ruiz, pero no se debe generar «alarmismo», matiza Ramiro Marijuán, el secretario general de UGT-FICA en Burgos. Asegura que, en España, «se ha empezado la casa por el tejado» en cuanto al cambio de modelo en automoción, y se ha generado miedo.

«Tenemos tiempo», afirma, para adaptarnos a la nueva realidad, pero también se necesita inveriones. La reconversión supondrá, al menos sobre el papel, entre un 20% y un 30% menos de mano de obra, pero se abrirán nuevas posibilidades de formación que hay que saber gestionar. Y clave será también controlar la producción de componentes para evitar situaciones como las actuales, que dejan vendidas a las empresas.

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