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El vino es uno de los productos estrella de Burgos, con miles de bodegas que se reparten por la provincia burgalesa. Ribera de Duero y Arlanza son las denominaciones de origen que demuestran la importancia de este producto. Y en la capital hay un lugar especializado en el mundo del vino: Tiempos Líquidos.
«Es un sueño de una vida», declara el propietario del establecimiento Diego González. Junto a su pareja, Laura Rodríguez han creado una experiencia única para los amantes del vino. Con tan solo 7 meses de vida este local se ha convertido en un referente de los 'winelovers'. «Siempre ha estado en nuestra cabeza tener en nuestra ciudad natal un local como este», destaca el burgales. Tras varios años fuera de la ciudad, aprendiendo y formandose en su profesión de sumiller querían traer todo lo aprendido para que sus paisanos y turistas «puedan disfrutar».
«El concepto lo llamamos 'wineroom', la traducción sería como un salón de vinos», explica la sumiller. Este local especializado en el mundo del vino destaca por ello, por eso no es un bar sin más, no se sirven refrescos ni destilados sin alcohol, tan solo hay mosto, algo de cerveza y el resto vino. Trabajan con unas 600 referencias por botella, consiguiendo con estas cientos de referencias hacer cada día una propuesta diferente por copas, entre 20 a 25 vinos diferentes que se pueden probar. «Desde lo que llamamos kilómetro cero que es Rivera y Arlanza hasta bebidas de cualquier lugar del mundo», recalca Laura.
Además de ofrecer productos de diferentes lugares del mundo, tras elegir la bebida idónea para cada cliente, esta pareja explica a cada cliente el producto de dónde viene, quién está detrás y cuál es su zona geográfica de procedencia. «Siempre tenemos cosas nuevas para poder abrir y descorchar», expone el propietario. Tantos vinos no se pueden disfrutar solos, porque también se pueden acompañar con algo de comida, desde bocados muy pequeños como gildas o platos para compartir, «comer y cenar también es posible, tenemos platos calientes, embutidos, quesos y postres, entre otros», manifiesta Diego.
Muchos se preguntan que es ser sumiller, y por qué tiene tanta importancia. Y es que en nuestra cultura, el vino es un producto muy relevante. Entonces una persona experta en esta bebida se convierte en un elemento valioso para la gastronomía y para el mundo del vino. «Para nosotros es una forma de vida», confiesa la dueña.
Tanta es su trabajo para ellos que se encuentran entre los 100 mejores sommeliers de España, Diego consiguió el Top 2 y Laura posicionarse entre la posición 51 a la 100. «Es el resultado de la carrera, que vamos haciendo a lo largo de los años», explica Laura. Dicha gala pone en valor el curriculum y la experiencia de los participantes.
«Para nosotros fué una gran alegría, es un reconocimiento al esfuerzo que hacemos», confiesa la sumiller. Esta clasificación les ha dado un chute de energía para continuar y seguir formandose en esta profesión.
Anteriormente estos expertos del vino han trabajado en varios restaurantes con soles de la Guía Repsol o con varios reconocimientos gastronómicos. Pero nunca llegaron a pensar que su pequeño 'Wineroom' iba a conseguir un Solete a pocos meses de su apertura. «Es de agradecer que la Guía Repsol haga estas pequeñas menciones a locales pequeños», destaca Laura.
Entrar en esta lista es un privilegio para esta pareja, «nos hizo muchísima ilusión conocer la noticia», expone Diego. Una de las caracteristicas primordiales y que ponen en valor los chefs para entregar este reconocimiento es que el establecimiento tenga esencia única y auténtica, la cual cumple a la perfección este lugar burgalés. Y esta autenticidad la vió Ricardo Temiño, chef con Estrella Michelín de Burgos que nómino a este local para conseguir su primer Solete, y así lo hizo.
Este salón del vino, además de tener una idea novedosa a la hora de dar platos y servir vino, tiene varias peculiaridades que destacan. Como por ejemplo la inexistencia de barra, «no queríamos limites entre el cliente y nosotros», enfatiza la propietaria. Cualquier cliente tendrá, su mesa, su silla y sin tiempo, para poder distrutar de la bebida y la comida.
Otro elemento importante y significativo de Tiempos Líquidos es el mundo del agua, la hidratación dentro del mundo del vino. «El cliente siempre va a tener una botella de agua a la hora de pedir sin cobro alguno. La cristalería, imprescindible para esta pareja, diferentes tipo de copas invaden este local. Cada vino tiene una copa en la que debe ir, para que el disfrute y los aromas de la bebida se degusten de diferente manera con cada vino.
«Nosotros decimos que siempre hay un vino para cada persona», confiesa el sumiller. Y esto es lo que encuentran ellos, a través de los gustos y conocer un poco más los sabores que destaca el cliente eligen el vino ideal para él o ella.
La pareja describe su local como una experiencia única, más en concreto así: «Tiempos Líquidos es ese lugar donde poder disfrutar con una copa de vino y generar más inquietudes a tu persona, acompañado de comida».
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