Todavía recuerdan con pesar lo que ocurrió el Domingo de Ramos de 2019 cuando su Santísimo Cristo de Burgos se venció de la estructura que lo portaba en vertical y cayó rompiéndose un brazo. Era la primera vez que la imagen iba a procesionar en vertical y la expectación era alta, pero la estructura no aguantó y, a pesar de que en los ensayos todo había discurrido con normalidad, la talla se rompió.
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Después de aquel domingo llegó la pandemia de coronavirus que impidió que se celebrasen procesiones durante dos años, tiempo más que de sobra para restaurar la imagen, pero también para acrecentar las ganas de volver a llevarlo hasta las calles de Burgos para que devotos y público en general vuelva a verlo desfilar y borre el amargo recuerdo de aquel 14 de abril.
Sacar la escultura en vertical es un reto al que quisieron enfrentarse los cofrades de San Gil en 2019, puesto que nunca había desfilado así por las calles. En 2022 volverán a intentarlo convencidos de que en esta ocasión no va a producirse ningún problema.
Para ello están trabajando duro en cada ensayo, como reconoce Mario Sáez, cofrade de la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y de Nuestra Señora de los Dolores. «Tenemos al Cristo ya montado, en principio las cosas ahora están bien hechas», afirma, aunque reconoce que «no es que en 2019 no estuviesen bien». «Había algunos datos de los que no éramos conscientes», confiesa y recuerda que «aquello fue un golpe tremendo para todos».
Tras la caída de la imagen, el Cristo sufrió la rotura de uno de sus brazos, igual que de parte de la cruz que lo sujetaba. «Ahora le hemos hecho una cruz nueva, que fue lo que falló en 2019. El mecanismo que tenemos para montarlo está perfecto, lo estaba también en 2019, eso no falló, pero la cruz de madera, que estaba hecha de varias piezas, junto a la inclinación de la calle, hizo que una de las piezas de madera partiera», explica Mario. Y todo ello a pesar de que los numerosos ensayos en los que «todo funcionó bien». «Aquel día tuvo que pasar y pasó», asume.
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Pero ahora han pasado dos años y están preparando de nuevo la salida «con muchas ganas» y siendo «plenamente conscientes de la expectación que va a levantar el volver a sacar el Cristo de pie». Desde la cofradía, señalan que retomar la iniciativa y el proyecto de procesionar con el Santísimo Cristo de Burgos alzado en su nuevo trono es también una manera de «agradecer la ayuda y apoyos prestados en su día por todas las cofradías, instituciones y cuidadanos».
Para que todo marche como esperan, costaleros y hermanos cofrades ensayan sin descanso estos días en la iglesia de San Gil Abad. Ahora, miran al cielo ansiosos para que el 10 de abril la lluvia respete y puedan salir a la calle con su Cristo en vertical.
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